El noúmeno en el aspecto filosófico es la cosa misma, sin forma y sin valor sustancial para el hombre; pero cuando el hombre cubierto de conocimiento ve que puede transformar esa cosa en algo valioso para la existencia individual y colectiva, a eso se lo llama fenómeno.
Entonces, en el plano vernáculo del quehacer político nos podemos preguntar: ¿Quién transformó a Javier Milei de un mero y desconocido economista a un fenómeno electoral? Claramente, fue un grupo selecto del famoso Círculo Rojo que nuclea a los más notables empresarios del país. Entre ellos se encuentran Eduardo Eurnekian, Daniel Vila, José Luis Manzano y Claudio Belocopitt, quienes también son cercanos a Sergio Massa y a Mauricio Macri. Esto demuestra que los popes del empresariado nacional juegan fuerte a la política, con motivo de que a futuro tengan un vozarrón en la mesa de poder.
¿Qué vio el Círculo Rojo en Javier Milei? Quizás, lo mismo que vieron los componentes del establishment norteamericano en 2008, cuando las figuras de George Bush Jr. y Bill Clinton eran desgastantes para el sistema político de la principal democracia del mundo. Tras la crisis económica que hizo caer la credibilidad en los bancos y en los políticos, ese establishment buscó a un hombre negro, joven, musulmán, de orígenes pobres, hijo descuidado por su padre y amado por su madre, residente de una barriada periférica de Illinois y que se hizo a sí mismo a base de esfuerzo, estudio y militancia política dentro del Partido Demócrata. Ese hombre fue Barack Obama, quien estuvo al frente de la presidencia de la mayor potencia mundial por dos períodos.
Milei vendría a ser el “Obama argentino”. Un hombre que se hizo a sí mismo con esfuerzo y dedicación, que tiene calle por haber jugado en potreros y luego pasar a las inferiores de Chacarita Juniors. Tuvo vocación rockanrolera, llevándolo a conformar bandas e ir a recitales vinculándose así con la masa. Milei proviene de una familia de trabajadores humildes. Es fanático de la Escuela Austríaca, que pone a la economía como una ciencia social y no como una ciencia dura llena de cálculos. Creó su propio mercado, viendo la cantidad de personas que lo siguen. Concluyó que escribiendo libros y dando conferencias se haría millonario y llego a ese objetivo.
Hoy irrumpe con vehemencia con un plan económico que no es difícil de aplicar, como la dolarización, y con ello destartala todo plan que Juntos por el Cambio (JxC) podría haber ideado para salvar una crisis que ellos mismos generaron. Ricardo Lopez Murphy, Hernán Lacunza, José Luis Espert, Luciano Laspina y Martín Tetaz salen a criticarlo y, así, lo instalan con más fuerzas. Milei, como sociólogo económico, sabe a la perfección que la gente quiere “verdes” con las caras de los más prestigiosos fundadores y políticos de los Estados Unidos.
En las recientes elecciones desdobladas de Misiones, Río Negro, Neuquén, Salta, San Juan, La Rioja, Tierra del Fuego, Jujuy y La Pampa, el “mileismo” no figuró como una gran alternativa y el electorado de esas provincias determinó seguir con lo mismo. Son lugares en donde el clientelismo y los empleos públicos abundan y los beneficiarios y empleados no quisieron arriesgarse a un cambio de sistema que los perjudicara en el futuro y definieron el status quo.
La Rioja fue el claro ejemplo, en donde un Menem (Martín) aliado a Milei le hizo ganar la provincia a un fanático menemista como Ricardo Quintela. En el resto, la fuerza política del economista tuvo un papel digno, ya que no llevó a Milei a la cabeza y además sus frentes electorales no se denominaban La Libertad Avanza, y en promedio obtuvieron un 7% de los votos.
El principal damnificado para los comicios venideros es JxC, ya que Milei, tomando como distrito único al país, obtendría entre un 15% y 25% de sufragios en las elecciones presidenciales. Es la sangría provocada por una inerte oposición amarilla que no posee plan y no tiene poder de convencimiento para un sector social, en su mayoría compuesto por jóvenes, que está harto de la élite política que ha venido destruyendo las bases sustentables de la sociedad.
Con este panorama, Milei no ganaría la Presidencia, pero conformaría un bloque fuerte en la Cámara de Diputados, que al momento de negociar un paquete de leyes impondría sus normas. Bajo este aspecto electoral, el Frente de Todos podría seguir reteniendo el poder a nivel nacional y bonaerense, salvo que Juntos por el Cambio sepa que estas elecciones ya no se ganan con las redes sociales y medios de comunicación, sino que se gana en la calle con las armas que el mismo frente utiliza.