El secretario de Programación Económica, Gabriel Rubinstein, volvió a salir al cruce de una supuesta “bomba de tiempo” por el volumen de deuda en pesos, lanzadas por economistas de Juntos por el Cambio, al asegurar que el esquema “es bien sostenible”, al tiempo que ratificó la meta de déficit fiscal del 1,9 por ciento para este año.
En una columna de opinión titulada “Trabajamos para mejorar lo más que se pueda y en el menor tiempo posible”, publicada este domingo, Rubinstein aseguró que la gestión encabezada por Sergio Massa no está “en modo ‘llegar’ ni en modo ‘aguantar’" ni está "dejando ‘bombas’ a estallar en 2024, cualquiera sea el resultado electoral en octubre, para beneficio de todos los argentinos y habitantes del país”.
Además, aseguró que el Gobierno cumple con “la baja permanente del déficit fiscal”, al que enumeró como uno de los objetivos centrales fijados por la gestión de Massa, y dijo que cumplirán este año con la meta fijada en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). “Gracias a las medidas tomadas, encuadramos el déficit en 2,5% del PBI, con el gasto creciendo a un ritmo de 6 puntos por debajo de la inflación. Reafirmamos la meta de lograr un déficit de 1,9% para 2023”, afirmó. “Aunque estemos lejos del objetivo de superávit fiscal primario, estamos allanando el camino para que en 2024 se pueda construir sobre los logros de 2023”, agregó.
Rubinstein volvió a dejar definiciones sobre la economía argentina luego haber sido la semana pasada uno de los voceros de la réplica ante la carta de economistas de Juntos por el Cambio que sostuvieron que la deuda en pesos del Tesoro es "impagable" y que esta situación va a dejar a quien gane las próximas elecciones "una bomba de tiempo", sobre todo los títulos que ajustan por tipo de cambio.
“Mantener el ratio deuda/PBI en 12% supone un esfuerzo fiscal del orden del 0,2% del PBI, lo cual, a nuestro juicio, es bien sostenible", dijo Rubinstein.
En ese marco, resaltó la capacidad de gestión que tienen desde el Ministerio de Economía y que continúan trabajando para mejorar la situación fiscal, las cuentas externas, acumulando reservas (a pesar de la sequía).
Sobre la situación de la política cambiaria, que en el verano volvió a generar ruido por el recalentamiento de los dólares paralelos, el secretario de Programación Económica afirmó que “la idea rectora es poder dejar de lado los controles de cambio (cepos) en cuanto sea posible, de modo que no haya brechas cambiarias”. “Pero para que liberar el cepo no sea un operativo de alto riesgo, se necesitaría contar con un stock de dólares mucho más alto que el actual (para poder intervenir exitosamente de ser necesario), y sería altamente conveniente no tener déficit fiscal primario (para no tener que aumentar el stock de pesos por motivos fiscales)”, explicó.
“Estamos trabajando activamente en ambos frentes (fiscal y de reservas), y en mecanismos que esperamos permitan bajar las muy altas brechas cambiarias actuales”, agregó.