El ministro de Economía, Sergio Massa, y quienes trabajan en el área de comercio exterior de la Cancillería, que conduce Santiago Cafiero, buscarán mostrarle a la delegación empresarial alemana el lado B de la crisis comercial argentina, disparada por el cepo cambiario. Las mujeres y hombres de negocios que arribarán este sábado junto al canciller Olaf Scholz, llegan con la idea de aumentar las compras en tres áreas clave: Energía, minería y alimentos. También esperan un guiño de parte de Alberto Fernández para que los argentinos retomen el nivel de importaciones que, si bien creció en relación con 2021 y ya superó las estadísticas de la prepandemia, está lejos del récord de 2013. El mar de fondo es la pelea del oficialismo con la Justicia local, a pocos días del inicio del debate para promover el juicio político a los integrantes de la Corte Suprema; hecho que generó un reclamo del gobierno alemán ante las Naciones Unidas (ONU) y la preocupación del sector privado por la seguridad jurídica de los activos germanos en el país.
El primer contacto, previsto para las 19 en la Cancillería, será una reunión bilateral entre el presidente Fernández y el canciller Scholz, en la que primer mandatario buscará calmar los ánimos del reclamo alemán ante la ONU, por lo que interpretó como "intentos (del gobierno argentino) de ejercer influencia política en el sistema de justicia". Media hora más tarde, Massa encabezará un encuentro con empresarios y una reunión ampliada con integrantes de ambos países, tras los cuales -confirmaron fuentes oficiales- se firmarán "instrumentos en materia comercial". El primer cónclave buscará llevar tranquilidad a las urgencias del sector privado extranjero, que -según se prevé- llenará de preguntas al ministro de Economía sobre las posibilidades de comprar de "manera segura" alimentos, energía limpia y minería.
Fuentes empresarias locales que participaron de otras tres exploraciones comerciales alemanas en el país confiaron a Letra P que las empresas europeas están detrás de la compra de materia prima, y para eso buscan un socio comercial "confiable"; luego de la experiencia con Rusia, cuya relación se deterioró a raíz de la invasión a Ucrania y las consecuentes dificultades para comprarle gas natural y soja. "Las veces que vinieron al país fue para conseguir seguridad alimentaria y energética, y ver si existían las condiciones para abastecerse de cobre. Todas las veces chocaron contra la misma pared, por no tener una Argentina que pueda ser un proveedor confiable, en medio de los vaivenes de la macroeconomía y las constantes tensiones políticas", aseguró el empresario consultado.
Si bien las autoridades gubernamentales alemanas cruzarán mensajes por las relaciones institucionales en el país, las empresas vienen con la idea clara de saber si existen posibilidades de liberar la relación comercial del cepo cambiario. A pesar de que no tienen muchas expectativas en cuanto al fin de las restricciones, esperan que exista un puente directo para el intercambio entre ambos países, aunque los ejecutivos locales conocen de primera mano que el plan es lograr abrir las puertas compradoras del país. Una flexibilización en el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) para agilizar la compra de productos desde el país europeo, al estilo del acuerdo con Brasil para lograr financiamiento a largo plazo, es una de las alternativas que ilusiona a los germánicos.
"No hay nadie que venga a invertir en la Argentina si no está la posibilidad de sacar del país las ganancias de las inversiones una vez por año, al menos. Esa posibilidad está cerrada para todo el mundo, incluso para las empresas argentinas que tenemos filiales en países vecinos", aseveró el dueño de una empresa exportadora, que en off the record le señaló a Letra P que el caudal de ejecutivos que llegan al país están vinculados con la exportación de productos propios. "La mayoría de las visitas que vienen al país son para vender, no para comprar, más allá de las subsidiarias que están radicadas hace tiempo", afirmó la fuente consultada.
La tarea de Fernández, Massa y Cafiero será convencer a la comitiva alemana de la "seriedad" del plan oficial para ordenar la macroeconomía local, de modo de domar la inflación y liberar el cepo cambiario. Caso contrario, las inversiones serán cero, según conjeturó otro empresario local. Para el sector privado, el choque entre el Ejecutivo y la Justicia pone en riesgo "todo tipo de buena intención que el ministro de Economía está tratando de llevar a cabo para que las empresas confíen en los programas de estabilización". Hasta el momento, el titular del Palacio de Hacienda se abstuvo de hablar del juicio político a la Corte Suprema que comenzó a debatirse en la Cámara de Diputados, a sabiendas de la resistencia que tiene en el sector privado, que a coro se quejó por la avanzada.
Alemania es el principal socio comercial de la Argentina en la Unión Europea, cuyo intercambio comercial fue de 3.602 millones de dólares, un 7,9% mayor a 2021. "De esta manera, el comercio bilateral volvió a crecer al igual que en 2021, pero aún se encuentra un 3% por debajo del valor de 2019. Ese año también había mostrado una caída con respecto a 2018 del 15,8%. El año de máximo nivel de comercio bilateral fue 2011 con 6.132 millones de dólares y, luego, entre 2012-2019, el valor promedio anual fue de 4.696 millones de dólares, señaló un informe que confeccionó la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) local, que preside Mario Grinman.
El estudio señaló también que el año pasado, las exportaciones fueron de 883 millones de dólares, que marcaron un incremento del 8,9% con respecto al año anterior, y estuvo compuesto principalmente por carnes bovinas (28,4% del total), aprovisionamiento de combustibles y lubricantes a buques y aeronaves (6,1%) y “Tops” de lana peinada (5,8%). Mientras que las importaciones alcanzaron los 2.719 millones de dólares, implicando una expansión del 7,6% con respecto a 2021. Los principales productos importados fueron productos inmunológicos dosificados, con el 5,6% del total, seguido de medicamentos con compuestos heterocíclicos (3,6%) y partes de turbinas de gas (3,3%).