Luego del ataque contra la vicepresidenta Cristina Fernández, el Gobierno realizó “relevos e incorporaciones” en la custodia de la exmandataria, al considerar que algunos de los efectivos de la Policía Federal no contaban con “el nivel” de preparación que “se esperaba” que tuvieran.
Así lo indicaron a las agencias Noticias Argentinas y Télam fuentes oficiales, que aclararon que “no se aumentó la cantidad” de personal involucrado en la custodia de la vicepresidenta.
En ese punto, precisaron que se está “ordenando y fortaleciendo el protocolo” de seguridad luego del intento de asesinato del pasado jueves en Juncal y Uruguay, en el barrio porteño de Recoleta.
“El protocolo no se tiene que cambiar”, subrayaron las fuentes consultadas y pusieron el foco en “garantizar que se esté cumpliendo” el esquema de seguridad que está establecido.
Con ese objetivo, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, se reunió este miércoles con el presidente Alberto Fernández en la Casa Rosada y previamente lo había hecho con Diego Carbone, el jefe de la custodia de CFK, quien no estuvo presente en el momento en que Fernando Sabag Montiel gatilló su revólver en el rostro de la vicepresidenta.
La decisión de realizar algunos relevos está fundamentada en que desde el Ejecutivo consideraron que los efectivos involucrados “no han tenido el nivel que se esperaba”.
No obstante, afirmaron que el operativo de seguridad “no falló”, ya que la cadena de custodia “se ha respetado” y consideraron que si un efectivo hubiera actuado mal “estaría preso”.
Además, las fuentes consideraron que el atacante “fue a matar y hay gente detrás”, por lo que rechazaron el planteo de que se trató de “un lobo solitario”, además de indicar que la información borrada del teléfono celular del atacante “se puede recuperar”.
Por último, según NA, las fuentes reiteraron que la seguridad de los miembros del gabinete nacional seguirá siendo la misma, aunque en el gobierno solicitaron “tener cuidados, porque puede haber efectos de contagio”.