EL PREGUNTÓN

¿Unidad o Fractura Ciudadana?

El sello K de 2017 activó la fábrica de teorías conspirativas. Aclaraciones y concesiones. ¿Unidad con quién? ¿Quién rompe el contrato con el pueblo de Perón?

El uso de Unidad Ciudadana -el sello creado en 2017 por Cristina Fernández para meter en los cuartos oscuros una boleta 100% CFK- en un flyer de promoción de la charla que este viernes dará la vicepresidenta en Chaco activó un intenso runrún en la pista de teorías conspirativas que encera minuto a minuto el Frente de Todos los Problemas. El portal La Política Online lanzó la primera piedra en una nota titulada "Cristina vuelve a usar sello de Unidad Ciudadana en medio de la interna con Alberto". Valen algunas aclaraciones y algunas concesiones.

 

El cristinismo nunca dejó de usar la marca Unidad Ciudadana. Ni siquiera por haber sido el principal promotor de la formación del FdT. En junio de 2020, cuando todavía duraba el amor -que ya perdía el fuego de la pasión, si es que esto alguna vez existió- o, por lo menos, cuando los socios tenían la delicadeza de lavar los trapitos sucios en casa, Letra P le preguntó a una fuente muy cercana a la vice si ese sello no había sido archivado. "Jamás", respondió. Mejor prevenir.

 

De hecho, la cuenta de Twitter de UC  siempre estuvo activa, incluso en los momentos más edulcorados de la sociedad Fernández & Fernández.

 

El contexto, claro, es otro. En medio de la guerra interna que corre cada día los límites de lo presuntamente posible en una coalición que tiene la responsabilidad de gobernar, el revoleo de la marca que usó Cristina cuando quiso demostrar que, aunque con ella no alcanzaba, sin ella no se podía no puede sino producir lógicas especulaciones.

 

Sin ir más lejos, el que firma esta nota escribió el 20 de abril, a propósito de la decisión de CFK de dividir el bloque FdT del Senado: "Ojo este dato: CFK bautizó Unidad Ciudadana a uno de los bloques que surgen de la partición de la bancada oficialista del Senado. No sea cosa que La Jefa sienta que la Historia la llama de nuevo a demostrar que, aunque con ella sola no alcance, todavía sin ella no se puede; y que lo haga aun pagando el precio de otra derrota, pero esta vez una de las grandes". (Al día siguiente, Carlos Bianco, el clon de Axel Kicillof, le escupía en la cara a este portal "Mi candidata a la presidencia es Cristina". ¡Santas casualidades, Batman!)

 

Lo que a primera vista suena gracioso es que el cristinismo use el sello Unidad Ciudadana en medio de la fractura expuesta del Frente de Todos, la criatura que La Jefa inventó, como una suerte de Frankenstein perversa. Dicen exégetas de CFK: no hay contradicción, porque la unidad es con el pueblo a partir de la implementación de políticas que defiendan sus intereses, cueste lo que cueste, haya que pelearse con quien haya que pelearse. Ok. Entonces, las malditas preguntas:

 

¿Cuál es la mejor manera de defender esos intereses, la que postula el kirchnerismo o la que sostiene el Presidente, que dice estar convencido de que el rumbo de su gobierno es el correcto para llegar al destino que prometió en la campaña, que es el de poner a los últimos primero y a la Argentina de pie?

 

¿La unidad con el pueblo sólo se rompe al quebrar, tal como entiende la vicepresidenta que está ocurriendo, ese contrato programático que el Frente de Todos firmó con el electorado o también se rompe cuando se fractura la coalición que auspiciaba las 12.946.037 boletas con la fórmula Alberto-Cristina que entraron a las urnas el 27 de octubre de 2019?

 

En todo caso, ¿quién quiebra ese contrato político?

 

¿Lo hace el Presidente blindando Balcarce 50 y dejando a su socia mentora al margen del proceso de toma de decisiones?

 

¿Lo hacen Cristina y sus torpederos disparando fuego a discreción sobre la Casa Rosada?

 

En definitiva, ¿Unidad o Fractura Ciudadana?

 

Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados. 
Daniel Passerini calculó el impacto de la medida de Toto Caputo y respira tranquilo. 

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