Las empresas avanzaron en planes de emergencia para enfrentar la crisis energética. Sucede que, a pesar del acuerdo anunciado por el presidente Alberto Fernández, con su par de Bolivia, Luis Arce, y las negociaciones del ministro de Economía, Martín Guzmán, con la administración de Brasil de Jair Bolsonaro para destinar mayor volumen de gas desde la cuenca boliviana cedidos ante la baja importadora brasileña, en el sector privado hicieron cuentas y los números mantienen un rojo de, al menos, 30 millones de metros cúbicos al día en la etapa más cruda del invierno, que dejarán sin provisión a las industrias argentinas.
El fantasma del desabastecimiento resurgió en los últimos días ante la ausencia de un plan de crisis que permita enfrentar un conflicto que "es inevitable", según advirtieron fuentes empresarias consultadas por Letra P. Es por eso que los industriales desempolvaron los borradores que habían confeccionado para llevar a una mesa de diálogo, en donde proponían esquemas de trabajo con parates en las fábricas para evitar que el apagón energético llegue "de sorpresa" y deje sin alimentación a hornos de actividad continua, lo que generaría pozos en la producción y pérdidas millonarias.
"Después de los anuncios, nadie del Gobierno volvió a trazar un escenario actualizado. Pero la situación sigue siendo de crisis, porque no alcanzará el gas que se necesita para sostener la actividad industrial en el ritmo que tiene. Eso, más los faltantes de insumos y materias primas, pueden golpear el ritmo de producción. Y está claro que la falta de dólares es la causa de todo este problema", le dijo a este medio un empresario industrial, con plantas en Buenos Aires.
Fuentes de empresas energéticas confiaron a Letra P que ya mantienen contactos "informales" con industriales para alertar de posibles cortes en la provisión de gas y, de esa manera, poder trazar esquemas de planificación conjunta para que el impacto sea "el menos dañino posible para la producción". "Esperemos que el invierno no sea crudo y que las condiciones contextuales permitan afrontar la necesidad de abastecimiento, pero ante un pico de demanda, la prioridad es el consumo de hogares", admitió una comercializadora.
En la Unión Industrial Argentina (UIA), comandada por Daniel Funes de Rioja, confirmaron que "los números muestran que la situación está muy delicada", aunque buscaron desactivar una alerta, al sostener que se puede dar un escenario que combine buenas señales: temperaturas que no superen el récord de frío, mayores lluvias que requieran menor uso de gas para la generación eléctrica, y el envío máximo de gas Bolivia a la Argentina, entre otros puntos.
"Nosotros pedimos una mesa de energía porque veíamos el panorama muy sombrío para la industria. El Gobierno no quería instalar una sensación de crisis, pero propusimos plantear formas de reacción ante un peor escenario posible, de modo de programar tareas y que de esa manera afecte lo menos posible a la actividad", contaron fuentes industriales consultadas por Letra P. Lo cierto es que aún esperan por la conformación de una mesa de trabajo que integren el Ministerio de Desarrollo Productivo y la Secretaría de Energía con el objetivo de que de ahí surja un "sistema de alerta temprana".
En esa combinación de áreas existe tensión política. Sucede que Energía, a cargo de Darío Martínez, está dirigida casi en su totalidad por funcionarios que responden a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y al Instituto Patria, desde donde surgieron fuertes cuestionamientos a la política de ajuste de subsidios que impactarían en fuertes aumentos en los costos domiciliarios de la energía. Dentro de diez días comenzarán las audiencias públicas y desde el kirchnerismo más duro, a quien se sumó el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, alertaron de la imposibilidad de afectar a los bolsillos de la clase media con incrementos en la facturación. También se jugará el destino de la segmentación.
Pero el foco está puesto en el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, que mantiene un encono con el ministro Guzmán. Pero también talla en la interna el interventor del Enargas, Federico Bernal, otra punta de lanza del Instituto Patria. En esa mesa, según quiere la UIA, se tiene que sentar el ministro Matías Kulfas, quien volvió a los cuestionamientos del kirchnerismo desde el lanzallamadas del camporista Andrés Larroque.
"Estamos atravesados por una crisis de peleas internas que nos pone en juego la actividad de la producción. Todos los problemas que tenemos con la actividad se agravan por la falta de coordinación. Hay medidas que se deben tomar ahora, antes de que estalle la crisis. En las fábricas creemos que está más cerca de lo que se admite en el Gobierno", se quejó el dueño de una empresa consultado por Letra P.