El ministro de Economía, Martín Guzmán, aceleró un decreto de proyecto que incluirá la suba del piso de pago del impuesto a las Ganancias y contemplará el medio aguinaldo de junio. La falta de una respuesta contundente había elevado la tensión con el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, quien este jueves había reclamado por una eventual pérdida de poder adquisitivo de la clase media, que iba a ver licuado los aumentos logrados por el adelantamiento de paritarias. Mientras el tigrense preparaba un proyecto de ley si el ultimátum no rendía sus frutos, el Gobierno apuró no sólo el texto sino también el anuncio: será este viernes, a las 11.30, en un acto encabezado por Alberto Fernández.
Sobre el escenario, al Presidente se sumarán los dos que estaban pujando: Massa y Guzmán. También estará el secretario general de la CGT, Héctor Daer. Al cierre de esta nota, en la Casa Rosada estaban terminando de definir dónde se realizaría el anuncio. Se imponía que fuera en Balcarce 50, después de la victoria puertas adentro del líder del Frente Renovador. Un terreno no neutral. La principal barrera que tuvo que afrontar el Palacio de Hacienda fue el alineamiento de las variables para evitar un choque de antemano con las revisiones que el Fondo Monetario Internacional (FMI) realiza sobre las cuentas públicas, en el marco del acuerdo renegociado por el crédito de stand by de 2018.
"El proyecto de decreto que se está impulsando para actualizar el tope a partir del que se tributa el impuesto a las Ganancias de las personas humanas comprende la actualización de la deducción especial en los dos tramos previstos en la ley original de acuerdo a las proyecciones actualizadas de salarios y, además, la exención de la primera y segunda cuota del sueldo anual complementario para ese universo de contribuyentes, dado que la medida entrará en vigencia en el mes de junio", señalaron fuentes del Palacio de Hacienda.
Desde el entorno de Guzmán aclararon que "además de la exención en el sueldo anual complementario, también se amplía el límite para que los trabajadores en relación de dependencia beneficiados no tributen el impuesto a las ganancias”. De este modo, el ministro más cuestionado por los socios del presidente Alberto Fernández, dentro del Frente de Todos, jugó más fuerte del pedido de Massa. Se tomó el tiempo para medir que el impacto de la reducción de recaudación pueda sostenerse hasta el cierre del 2022 y dejar saldada, de manera adelantada, la discusión en torno a los ingresos de los trabajadores.
La puja técnica estaba centrada en las señales hacia afuera y adentro del país. Sucede que Guzmán es el "garante" de la aplicación del acuerdo que él mismo diseñó con el FMI y que tuvo fuertes resistencias dentro del oficialismo, con abanderados como la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el diputado y jefe del peronismo bonaerense, Máximo Kirchner. Si bien Massa no se opuso al acuerdo con el organismo multilateral de crédito, en el debate interno dejó constancia de que las condiciones podrían haber sido "más favorables" para la población. A partir de allí, se hizo pública la pulseada por la microeconomía, a través de un tema embrionario del Frente Renovador, la fuerza que lo sentó en la mesa del FdT.
Guzmán cree que el debate público de Massa es "resguardar su ascendencia en la clase medio no antiperonista". Y si bien el cuidado del poder adquisitivo es una preocupación que juran que está instalada en el quinto piso del Palacio de Hacienda, la característica del ministro de Economía apunta hacia el orden. "En su medida y armoniosamente. Eso es peronismo real", destacó una fuente del gobierno consultada por Letra P. Es cierto que el funcionario comenzó a levantar el perfil político dentro del gabinete, y ya no se muestra sólo como un técnico que resuelve problemas de debate universitario, sino que aprendió a convivir con las tensiones palaciegas.
La reducción del gasto público es uno de los puntos que más ocupado tiene a Guzmán. Con una inflación que se instaló como "prioridad" para resolver entre los problemas de gestión, la suba del mínimo no imponible para Ganancias puso en alerta el cumplimiento de las metas. "Todo se conversa. Se repriorizan los métodos para llegar a cumplir las metas", había advertido el ministro a sus colaboradores, dejando en claro que sus necesidades macroeconómicas estaban en la mesa de diálogo. Esa imagen se contrapuso con la férrea postura del kirchnerismo, y que se refleja en la falta de comunicación entre Alberto Fernández y CFK.
Según el cálculo de Massa, planteado en su carta, entre febrero y abril más de 100.000 trabajadores y jubilados comenzaron a sufrir descuentos por Ganancias. Sin aumento en el piso, esa porción se iba a agrandar y el impacto en el poder adquisitivo de la clase media iba a ser "fuerte". En un principio, el debate estaba centrado en los tiempos de publicación del decreto: antes o después del cobro del medio aguinaldo de junio. Si la fecha era posterior, iba a tener carácter retroactivo, pero la devolución sería segmentada y bajo efecto inflación hubiera licuado una parte de la recuperación salarial que se está acordando por encima del 60%.
La decisión del gobierno será aplicada vía decreto, prometían en Hacienda, será "en los próximos días" y antes del miércoles próximo, según pudo saber Letra P. Los tiempos se terminaron acelerando durante la jornada para revelar que el anuncio oficial sería este viernes. Massa logró imponerse pero la dupla Fernández-Guzmán formará parte de la buena noticia.
