Guerra a la inflación

El comandante Alberto, a la carga: el primer misil y un contraataque defensivo

Se viene una suba de retenciones para eliminar el diferencial de la soja y el regreso de los Precios Máximos. La Industria enciende sirenas por falta de stock.

Desde la Casa Rosada, el presidente Alberto Fernández dará este viernes por la tarde la voz de inicio de la guerra contra la inflación que el Gobierno diseñó para contener la disparada de precios que arrecia desde el inicio del año, y que promete superar ampliamente el 50,9% del 2021. Será con la ley de acuerdo con el Fondo Monetario internacional (FMI) en mano y con una batería de medidas que pondrá en la mira a la industria alimenticia y a los supermercados. Por ahora, el campo quedará al margen del campo enemigo, aunque dependerá de la revisión de la cadena de valor que realizarán en los despachos oficiales para saber en dónde está la punta del ovillo grande de las remarcaciones.

 

Las primeras balas estarán destinadas a los "especuladores" y, según confiaron fuentes del Gobierno a Letra P, estarán en la producción y la comercialización. Por eso, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y su secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, están desempolvando el plan de Precios Máximos para volver a poner en línea a una lista de alimentos de primera necesidad que mantengan, por períodos de tres a seis meses, los mismos valores.

 

Será parte de una lucha cuerpo a cuerpo con los industriales de la Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (Copal), que comanda Daniel Funes de Rioja, también presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA). Las fábricas advirtieron que la medida provocará "desabastecimiento".

 

Sucede que el fin del programa de Precios Máximos contemplaba un acuerdo de palabra para que los alimentos no sufrieran aumentos drásticos. Pero la corrida de los precios en 7,5 puntos porcentuales en febrero superó la imaginación de cualquier experto en economía o en mediciones.

 

"Se pasaron de rosca", se quejó una fuente gubernamental consultada por este medio. Desde la otra trinchera, los industriales ponen dos ejemplos de inflación. "El tomate redondo tuvo un aumento del 40% entre enero y febrero, mientras que el tomate entero en conserva subió un 3,4%. Es claro que la inflación no está en la Industria", alertó el representante de una empresa alimenticia que remite en la UIA. Por otro lado, los fabricantes hablan de "la guerra en serio". "Los precios están volando y el impacto es cotidiano. Los costos de los insumos se multiplicaron por cinco y eso empuja a los precios", se alarmó la misma fuente consultada.

 

"No va a haber ninguna medida que afecte al productor. Está totalmente descartado un aumento de las retenciones para el trigo, el maíz, el girasol y la soja", confirmó a Letra P una fuente gubernamental. Ahí ganó la pulseada el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, impulsor del diálogo con el campo. El funcionario oriundo de Chacabuco, partido que se encuentra en el noroeste del interior bonaerense, está preparado para ser vocero de las medidas que afecten a su área. Será tajante ante los acuerdos, como sucedió con la vuelta atrás de la caída de los Cortes Populares de la carne, pero mantendrá su palabra de no afectar "bajo ningún punto de vista a los productores".

 

La misma fuente oficial confió a este medio que la suba de retenciones a las exportaciones de los subproductos de la soja "es un hecho". "Hasta ahora, está en carpeta el aumento de dos puntos del diferencial en el aceite y la harina de soja", confirmó un funcionario que está al tanto de las negociaciones de último momento. El presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA) e integrante de la Mesa de Enlace, Carlos Achetoni, dejó claro que la quita del diferencial en la soja para la creación de un fideicomiso del trigo para abaratar el pan no será dinamita en la relación tensa con el Gobierno. "El fideicomiso del pan surgiría de la quita del diferencial en soja. Si sale de nosotros seguro que va a existir reacción de los productores", le dijo a Letra P.

 

Los grupos empresarios más poderosos están atentos a los anuncios, pero no recibieron ni invitaciones ni reproches para el inicio de la guerra. Creen que en el discurso encontrarán las primeras pistas para saber si a la reunión del lunes que los invitó públicamente Fernández deberán ir con pañuelos blancos o con cascos y chalecos. "Por ahora está lo que comentó el Presidente cuando se firmó el Salario Mínimo, en donde dijo que se iban a juntar el lunes. Pero por ahora no llegó ninguna invitación formal", aclaró un industrial de la UIA.

 

"¿Cuál es la diferencia del escenario de Precios Máximos de inicio de la pandemia con el escenario actual? Que si vuelven hoy, tal como está la inflación mundial y los precios locales, lo que va a provocar es el desabastecimiento. Si te pisan el precio, se trabajará por debajo del costo, o en el mejor de los casos, en la misma línea. Y si en Europa, por falta de abastecimiento cierran empresas, es inimaginable lo que puede pasar en la Argentina", advirtió un empresario industrial consultado por Letra P.

 

La mecha está preparada. Si el Gobierno la enciende, el sector privado promete evitar confrontar en el campo abierto de batalla, pero amenaza con usar algunas armas invisibles que pongan en jaque la intención oficial. La carta del Ejecutivo es juntar respaldo empresario pyme y de los gremios productivos para contrarrestar con una foto este mismo viernes y dejar en evidencia a los enemigos. Lo cierto es que resuenan los tambores. 

 

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Toto Caputo y Javier Milei.

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