Patricia Bullrich pasó por su departamento, fue a hisoparse y, todavía un poco despeinada por el viaje en auto Mar del Plata-Buenos Aires, fue hasta la sede del Comité Nacional de la UCR. En la vereda la esperaba Gerardo Milman, exradical y su principal estratega de campaña. Milman ofició como mediador entre Gerardo Morales y su exjefa en el Ministerio de Seguridad de la Nación. El titular del radicalismo y la presidenta del PRO se reencontraron este martes en el zoom de Juntos por el Cambio (JxC) al que Bullrich se conectó desde la ruta. Incluso por momentos perdió la señal. Después se vieron cara a cara con sólo un par de testigos en la mesa que dan cuenta de que saldaron los enojos explicitados por el Pacto Fiscal, el endeudamiento tomado por Mauricio Macri, la reelección de los intendentes y el acercamiento a Javier Milei. Niegan una reconciliación porque dicen que no estaban peleados, sino que habían expresado diferencias en la última reunión de la coalición, cuando, según trascendidos, la pelea fue a los gritos.
Con Bullrich en La Feliz, Milman abrió la partida y le pidió un café a Morales. Después le propuso un encuentro el miércoles, con ella de regreso. Morales avisó que volvía a Jujuy y Bullrich ofreció verse el martes. Eso fue el lunes, cuando el jujeño todavía creía que habría encuentro de gobernadores y legisladores de Juntos por el Cambio con el ministro de Economía, Martín Guzmán. Pero ese mitin se canceló (en los hechos no alcanzó a agendarse) y todos los socios de la alianza opositora armaron un encuentro mixto de la mesa nacional para reclamar un plan económico y el debate parlamentario de la carta de intención con el FMI. “A la mesa no llegó, pero pasó después por el Comité”, dijo Bullrich y Morales adelantó a las 16 la reunión que planeaba para las 17.
En el arranque no hubo mención a las diferencias. Ya estaba hecho el “ablande”. Rompieron el hielo comentando los contagios de covid, conocidos incluidos. Luego, durante poco más de una hora, Morales y Bullrich, junto a Milman y Guillermo Hoerth, hablaron sobre economía, sobre poner por delante de la opinión de economistas la de los políticos y sobre la necesidad de un programa productivo con el que insistió el jujeño. “Hay que trabajar temas de producción real, tener propuestas, más iniciativas”, planteó el gobernador que busca mostrar qué podrían hacer en caso de volver a ser Gobierno en lugar de cuestionar en forma permanente la actual gestión. Bullrich insistió con hablar de energía, tras varias semanas de corte de luz, y comentó que este miércoles se juntaría con exsecretarios del área como Alieto Guadagni, Alberto Devoto, Jorge Lapeña, Emilio Apud y Daniel Montamat.
Avanzada la charla, los interrumpió Milman para explicar por qué creen que hay que sumar a Milei, tema urticante para el radicalismo. En la UCR están seguros de que el libertario espanta a los propios; los halcones del PRO creen, en cambio, que deben ampliar la base y contener a los descontentos. “Es peligroso”, respondieron los radicales. Dirigentes del PRO preguntaron a Morales si acordaría fórmulas cruzadas (entre los socios de JXC) en las elecciones presidenciales. “Hay que caminar un año y después ver”, no descartó la posibilidad Morales, que ya trajina por su precandidatura e impulsa a otros como el gobernador correntino Gustavo Valdés.
Los cuatro hablaron de cómo volver más dinámico el funcionamiento de la coalición opositora. Con Morales una vez por semana en la Ciudad y una agenda intensa, el comité de la calle Alsina recuperó movimiento. Las reuniones se alternan con la base del PRO en Balcarce, donde Bullrich tiene su presidencia. Coincidieron en la necesidad de apurar un trámite en curso: el alquiler de oficinas donde instalar “La casa de Juntos”, una base de operaciones neutral. La gestión fue encomendada al ministro porteño Juanjo Méndez y al cordobés radical Ramón Mestre. La Coalición Cívica quedó en avisar quién será su representante en la coordinación de esa base para la que ya se vieron varias locaciones.
Ella halcón y él un duro, coincidieron también en las críticas al ministro del Interior, Eduardo de Pedro, que visitó en su prisión domiciliaria a Milagro Sala. Bullrich se manifestó solidaria con el gobernador y le anticipó el tuit de apoyo que escribiría.
Acordaron seguir trabajando juntos, aunque mantienen diferencias. “Eso no impide construir”, coincidieron quienes enumeran la seguidilla de confrontaciones. En Jujuy cayó mal que Horacio Rodríguez Larreta no firmara el Pacto Fiscal y con respaldo del PRO expusiera a sus socios radicales que sí acordaron con la Casa Rosada. Lo mismo sucedió con la modificación a la ley que limita las reelecciones de intendentes, que en su versión original perjudicaba especialmente a los radicales del interior bonaerense. La estrategia de rechazo al Presupuesto Nacional y el desacierto del PRO al convocar a una sesión para tratar Bienes Personales en la que el oficialismo se impuso limaron el vínculo entre el radical y los halcones que se referencian en Bullrich y que presionan al resto de Juntos por el Cambio en el Congreso.
En las redes sociales Morales sufrió el ataque de trols, especialmente cuando reclamó dialogar con el Gobierno y asumir la parte de responsabilidad de Cambiemos en la deuda tomada con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Completó el cuadro la foto de Bullrich y Milman con el libertario Milei y el proyecto de ley para bajar el IVA que presentaron juntos. Entonces, Morales le avisó a Bullrich que también él jugaría en público y en Twitter. En cambio, este martes por la tarde usaron la red social para revelar su amigable encuentro.