La sorpresa de las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias fueron los 14 puntos que cosechó Javier Milei en la Ciudad de Buenos Aires. Lo que parecía una amenaza, atada a la canilla libre a sus desvaríos, insultos y prédica antisistema cedida por algunos medios de comunicación, se tradujo a un caudal de votos que lo ubicó en el podio. Aunque con resultados menos favorables, su aliado ideológico, José Luis Espert, que quedó cuarto en la provincia de Buenos Aires, alcanzó un respaldo que lo ubicaría en el Congreso. Además, Avanza Libertad logró el tercer puesto en tres secciones electorales y, de repetir en noviembre los resultados del 12 de septiembre, en varios municipios tendrá representantes en el Concejo Deliberante. Camino a las generales del 14 de noviembre, busca el voto rabioso de las fuerzas que no llegaron al piso en el primer round.
Como indicó Letra P, el huevo de la serpiente de la ultraderecha no es un monstruo en potencia que apareció el 12 de septiembre, pese a que los puntos obtenidos por las caras más visibles del modelo recién encendieron la alarma tras los resultados. Milei, precandidato a diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires, superó en las urnas los números de las encuestas y el clima de la calle y todos los análisis recayeron en la construcción y crecimiento de su espacio. Con menor rebote, cruzando la avenida General Paz, su padre ideológico, el excandidato a presidente, Espert, también tuvo una buena elección, pese a quedar en cuarto lugar, detrás de la izquierda.
Aunque finalmente estas elecciones jugaron separados, son socios. Milei destaca que el candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires fue quien devolvió al debate las ideas de libertad y que en su construcción política quiso ser “Espert con pelo”. En el juego electoral salieron a la cancha con un sello que tiene las mismas palabras, ubicadas de manera distinta: La Libertad Avanza en CABA; Avanza Libertad en PBA.
Apuntar a Juntos
En desventaja con los recursos, salieron a la búsqueda de los votos del electorado descontento con la decisión de la cúpula de Juntos de virarse al centro y dejar relegada al ala dura en el armado de listas. Y pese a ser desestimados y enfrentarse a un aparato político y comunicacional, lograron posiciones peligrosas.
El símbolo de ese descontento no sólo se vio en las urnas. Quizá la expresión más simbólica en territorio bonaerense sea el acercamiento al espacio de dirigentes que hasta ayer juntaban votos para Mauricio Macri y María Eugenia Vidal. La diputada platense Carolina Piparo rompió con el intendente Julio Garro y sin lugar para sus ideas y propuestas entre las palomas del PRO encontró cobijo junto a Espert. Ya como precandidata a diputada nacional, durante la campaña destacó los errores del partido amarillo y se autodesignó como la verdadera oposición al kirchnerismo. El mismo camino desanduvo en 2019 el exlilito Guillermo Castello, que acordó con Espert ser su candidato a gobernador, aspiración que quedó trunca por un fallo judicial.
Si el 14 de noviembre los números se repitiesen, además de Milei y su compañera Victoria Eugenia Villaruel, a la Cámara de Diputados de la Nación llegarían Espert y Piparo. Desde su primera experiencia política en 2019, el economista calvo pasó del 2.19% al 4.87% de los votos.
Respuesta bonaerense
El crecimiento de la derecha también se vio reflejado en el resto de los niveles de la provincia. Aunque sin chances de llegar a ocupar una banca en la Legislatura, la propuesta Avanza Libertad se ubicó tercera en la Quinta, Sexta y Séptima sección, superando al espacio que lidera Florencio Randazzo y a la propuesta de unidad de Frente de Izquierda.
El giro a la derecha también se replicó en el territorio. En 30 distritos el espacio referenciado con Espert aparece tercero y en ocho municipios el podio incluyó espacios en sintonía ideológica como Unión Celeste y Blanco, cuya representante más mediática es la dirigente evangélica Cynthia Hotton.
Es tan importante el respaldo, que la rabia podría tener representantes en varios Concejos Deliberantes. Si los resultados del 12 de septiembre hubiesen sido los definitivos, en Bahía Blanca, que alcanzaron 8.75%, podrían jurar dos concejales. Una situación similar se da en General Villegas, donde con 13.79 puntos podrían meter un representante. La ecuación se repetiría en Coronel Rosales, Vicente López y Pila. Hay distritos como Mar del Plata (5,80%) donde los números actuales no alcanzan para llegar al deliberativo, pero la apuesta está en conseguir aquellos votos que se fueron a fuerzas de derecha que no pasaron el piso de las PASO.
Nuevos leones
Pese a las cifras obtenidas en territorio bonaerense, Guillermo Castello, candidato a diputado por la Sexta, destaca en conversación con Letra P que esperaban “un resultado mejor” atado a las encuestas que los ubicaban en los 7% en la provincia. Sin embargo, es optimista y cree que en noviembre “podrán doblar los resultados”.
“Hay algunos partidos que son afines en las ideas que no han llegado al piso de 1,5 y que nosotros esperemos que esos electores nos acompañen”, señala y desestima que la grieta licue los números alcanzados: “Esta es una elección legislativa y no hay tanta tendencia a la polarización que tiende a perjudicar a las terceras fuerzas. Hay un voto bronca muy fuerte que espero se canalice en nosotros”, indicó el dirigente.
Hasta ahora, la rabia inmediata alcanzó para encender las luces de alarma en el microclima porteño y también en el distrito vecino más cercano. Habrá que ver si en el tiempo de definiciones, el llamado voto útil opositor se inclina por Juntos o si, por el contrario, apunta a robustecer el armado liberal.