Luego del despliegue periodístico sobre las elecciones, se va disipando el humo surgido de las bocas de urna que fueron desmentidas por el escrutinio oficial. Se ha producido un hecho político clave para la democracia que es expresar la voluntad ciudadana; y a pesar de un creciente ausentismo tuvimos el testimonio de la elección. La multitud de ausentes quedó comprendido por el peligro del contagio del covid, que oculta, un poco, la responsabilidad de un distanciamiento entre la sociedad y la política ( el mayor número de abstención y de voto en blanco). Pero, la brecha existe desde antes, trasciende nuestro país, e involucra a gran parte del mundo en que la estructura política dominante es la democracia liberal. Lo indirecto del régimen empeoró hacia una mayor lejanía entre los ciudadanos y el poder legal. Esto se hace sentir más en los países de baja densidad institucional, lo que debilita los dispositivos de acción ciudadana. Uno de los factores débiles al régimen son las mediaciones partidarias, que fueron reemplazados por las personalización en detrimento de los fundamentos del sistema democrático.
En las PASO, Juntos tuvo internas en 19 distritos sobre 24, y el Frente de Todos (FdT) en 5. Esto habla de las diferencias de tradiciones políticas del peronismo; y aún más extensa, del radicalismo, al que se agrega el PRO y la CC con su discursividad republicana. En el peronismo si no hay competencia interna predomina la verticalidad , y eso requiere de un caciquismo político que obtura el transvasamiento generacional.
No sabemos que resultará de la coalición opositora, pero si dan muestras que están actuando con sentido de futuro. El modelo de elegir candidatos que tiene su vigencia en el peronismo por décadas, debe considerar que no hay una conducción nacional y que no se puede adoptar la democracia por pedazos.
Producido el acontecimiento electoral, uno puede asomarse a los números reales y confrontar con elecciones anteriores. Observando, las tres últimas elecciones 2017, 2019 (presidencial) y 2021 se verifica que la coalición hoy denominada JxC obtuvo alrededor de un promedio de 10 millones de votos, en cambio las mayor dispersión ocurre en el frente. En esta elección el peronismo perdió casi tres millones de votos respecto a la sumatoria de las agrupaciones peronistas en el 2017.
La caída del caudal denuncia el enojo de parte de la población, que no se sumó, en esta oportunidad, al 30% que es el voto duro del peronismo k y no k. Como pasó en el 2015, el voto transversal horadó las orillas de la clase media baja y baja de los conglomerados urbanos que eran reductos inexpugnables del peronismo. La mayoría de los votos a Juntos fueron como opción y no como estandarte. Por lo tanto, esto no es un voto a la derecha por convicción, por conciencia, es un voto contra las emergencias que el Estado no ha solucionado, o no ha podido solucionar pero esto último que lo disculparía no está en la lógica colectiva. La distancia entre la aspiración expresada en el discurso del gobierno y el incumplimiento de la promesa se cerró con la urna. Parece injusto no mencionar el papel de la herencia de Macri, pero ese argumento, con el tiempo, fue perdiendo efecto. El nuevo gobierno desaprovechó entre el 10 de diciembre del 2019 y el 1 de marzo del 2020 de haber informado a la población el balance de lo recibido.
La clase media y baja que tomaron la boleta de Juntos no están votando contra la estatización de la hidrovía o a favor de Vicentín o en contra de la vacunación. No están votando contra la educación pública. Hubo provincias en que la no presencialidad alcanzó el año. Es muy difícil suponer que esto no tenga consecuencias.
Si quieren; trabajo, que baje la inflación y que sus hijos no pierdan la esperanza de aquello que permite la movilidad social : la educación. Lo mismo pasa con la corrupción, están dispuestos a conocer y aceptar castigos a los amigos de Mauricio Macri o el mismo Macri, pero hay que mostrar equidad, igualdad ante la ley entre los propios amigos. El que evade debe ser castigado sea quien sea y que haya facilitación fiscal a grandes empresarios pone a los dueños de las pymes como ciudadanos de segunda.
En este cambio entre 2019 y 2021 ¿hubo una degradación del electorado, o hubo una maduración ?. Seguimos creyendo que hubo sanciones en ambos casos, y mucho menos consensos de proyectos políticos neoliberales ahora o populistas hace dos años. Justamente era el nuevo gobierno que debía construir un relato, y ligarlo a los ideales, pero eso no ocurrió.
No negamos que existe un voto de derecha; pero decimos que ese voto no alcanza para ganar. Del mismo modo que la izquierda nunca podría acceder al gobierno con el caudal que tiene. Nos parece que algunas miradas que señalan la evolución del neoliberalismo internacional y que localizan este fenómeno local electoral en dicha evolución, es muy determinista y omite las variaciones que tienen estas cuestiones respecto a las modalidades de la hegemonía. La regulación que encontramos; hoy, es la alta correlación que existe entre la calidad de la gestión, el estilo directivo de ejercer la autoridad y las demandas de la población. La única demanda que puede acercarse a posiciones de la agenda neoliberal tiene a la seguridad ciudadana como prioridad. Pero, esa “derechización” buscando la represión y no las garantías, se inscribe en necesidades reales y urgentes de la población que implica la vida misma, incluida la de los pobres, que la sufren. Si existe tan clara la división de los intereses de clase para la asignación colectiva del voto, sería difícil para un observar encontrar a Sergio Berni en él espacio ideológico en que se encuentra. Y podemos recorrer el país para encontrar a jefes políticos peronistas que poco tienen que ver con una agenda progresista o kichnerista. En la vereda de enfrente la derecha también tiene sus matices.
En nuestro país al haber escasez de consensos obliga a formar coaliciones, con sus identidades y problemáticas del juego del poder. Entre los ganadores se están produciendo cambios internos de búsqueda de dominio. La UCR, según el mapa nacional de los resultados, ha hecho una recuperación importante y tiende a llenar vacíos sobre la semi ausencia de Macri.
«Para ganar, el peronismo debe mantenerse unido»
Para ganar el peronismo debe mantenerse unido, a pesar de sus diferencias que no se debaten para mantener la unidad, aunque ahora hay una presión enorme sobre la dicotomía entre peronismo y kichnerismo. Debates como el modelo capitalista a adoptar, la incidencia del Estado en la economía, el rol de la inversión privada.Inclusive hasta la despenalización del aborto, puede encontrar en el peronismo posiciones diversas y algunas antagónicas entre ellas. Sin embargo, la verticalidad del poder y la ausencia de debates hacen que el ser peronista sea suficiente para pertenecer a la Torre de Babel.
Un ganador del 12 fue Horacio Rodríguez Larreta; su carta jugada en la provincia de Buenos Aires ganó y eso le permite dar un paso adelante hacia su objetivo presidencial. Facundo Manes tuvo una derrota, pero tiene una capacidad empática no despreciable para la coalición. Es posible, que ahora, Juntos intente ampliar la coalición en razón de la significativa victoria. Larreta sabe que si flexibiliza las paredes de la alianza; aquello que Macri no quiso hacer, puede poner su construcción más cerca del espaldarazo electoral obtenido y convertirse en un serio aspirante.
En este punto el radicalismo que mejoró mucho su participación es un aliado territorial nada despreciable, pero quiere jugar sus precandidatos. Aunque no se note, el jefe de Gobierno porteño siempre tiene una ventana abierta hacia el peronismo del medio, más allá del peronismo residual que habita en la coalición.
O sea, que es posible que Juntos vaya a reconfigurarse luego de noviembre, con vistas a ejercer el gobierno dentro de dos años. Queda la pregunta por la coalición oficialista en el post-electoral, que en realidad es una pregunta sobre el futuro del peronismo. Se prepara para noviembre religando el vínculo con el electorado , y salvar por lo menos el distrito bonaerense. Para lo cuál, el Presidente va a ponerse la campaña al hombre, se van a destinar más recursos, aumentando la preocupación que tiene el ministro Martín Guzmán con el déficit fiscal, y en camino a negociar la deuda.
Con el padrón más completo la victoria de Juntos será ratificada o no; y el FdT podrá recuperar o no la confianza de la ciudadanía. No es imposible revertir los cinco puntos bonaerenses; pero es difícil, es un camino difícil sino se revisan críticamente las estrategias utilizadas, no solo las electorales sino las del día a día.