La salida de Mariano Sardi de la Secretaría de Finanzas por motivos de salud y su reemplazo por Rafael Brigo no implicará mayores cambios en la gestión de la deuda pública. No solo por el celo con el que el ministro de Economía, Martín Guzmán, elige a sus colaboradores y marca los pasos sobre la renegociación de la deuda externa o la colocación de instrumentos en el mercado doméstico. También porque las cuestiones operativas, en la visión del Palacio de Hacienda, están aceitadas. Hay una continuidad más allá del segundo recambio de secretarios en lo que va del año y es la del subsecretario de Financiamiento, Ramiro Tosi.
Economista de la Universidad de La Plata -como la gran mayoría de los especialistas que acompañan a Guzmán- Tosi se sumó al Gobierno en sus albores, en diciembre de 2019. Hasta ese momento, se desempeñó en la city, como adscripto a la gerencia general del BYMA. Combina la función pública con la docencia universitaria y ese mix y cierta preferencia por el bajo perfil lo mantuvieron como número dos de Finanzas a pesar de las partidas de Diego Bastourre -que dejó la Secretaría por una silla en el Banco Central a principios de año- y de Sardi.
Tosi participa en las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y viajó a Venecia con Guzmán y una extensa comitiva. En Italia, mantuvo reuniones con funcionarios de Corea del Sur y con los equipos de Julie Kozack y Luis Cubeddu, los funcionarios del Fondo encargados del vínculo con Argentina. Ahí se sumará Brigo, otro economista de la UNLP que estaba al frente de la Unidad de Apoyo a la Sostenibilidad de la Deuda Pública Provincial. Esta dependencia parece haber cumplido un ciclo luego de que la provincia de Buenos Aires informara un principio de entendimiento con sus acreedores para reestructurar los U$S7150 millones de deuda después de un año y medio de conversaciones y amenazas de juicio.
Pero Tosi también se erige como persona clave para refinanciar, cada dos semanas, los crecientes vencimientos de deuda doméstica, en pesos, con los que Economía busca cubrir una parte del déficit para recurrir a la menor emisión monetaria posible. Se le atribuye un vínculo fluido con sus excolegas de la city y es uno de los cerebros detrás de las normativas para ampliar el financiamiento con market makers o "creadores de mercado". En un mercado chico y encorsetado como el argentino, los fondos de inversión domésticos y los bancos tienen pocas alternativas para colocar su dinero y la pulseada con Finanzas es constante. Los grandes fondos del exterior ven la película cada vez más de afuera.
La última batalla fue la de la semana pasada, cuando el Gobierno no pudo refinanciar los $243.000 millones en bonos que vencían. Economía capturó $146.345 millones y liberó $80.000 millones, que fueron a presionar a los dólares alternativos. Si a principios de año los bonos atados a la inflación eran preponderantes, en la última licitación Economía incluyó un título Dollar Linked. A agosto le quedan dos licitaciones, a partir de la semana próxima. Según los analistas, si Brigo y Tosi quieren recuperar terreno deberán ofrecer una combinación de más tasa y menos plazo.
"Agosto es un mes con fuertes vencimientos: $352.000 millones. La primera colocación del mes no resultó del todo exitosa, no llegando a renovar el total de los vencimientos de la semana. A menor rollover, mayor presión para emitir sin convalidar expansión del déficit: el peor escenario para la política", advirtió la consultora LCG en un reporte.
Entre enero y julio, Finanzas renegoció el 123% de los vencimientos y consiguió deuda neta para cubrir parte del déficit. Según Portfolio Personal Inversiones (PPI), eso podría cambiar ante la inminencia del calendario electoral y la presión del tipo de cambio. "Aun con una mejora del rollover hasta el nivel promedio de los primeros siete meses (123%), creemos que será complicado cerrar neto el mes", indicó.
