El gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, decidió no referirse públicamente a las nuevas medidas del Gobierno respecto de la exportación de carne, como sí lo había hecho con un tono confrontativo y hasta ruralista, cuando se conoció el cierre total de ese comercio un mes atrás. El gobierno provincial entiende que las medidas nuevas llegan a destiempo, pero que no dan el marco para sostener la discusión, menos aún en un clima prelectoral. Por eso se apela a evitar posturas que minen el terreno del Frente de Todos (FdT).
Aquel "soluciones que no funcionan" que Perotti disparó ni bien el Gobierno anunció el cierre total de exportaciones, no tiene un segundo capítulo como podía esperarse tras las nuevas medidas. En reserva, el entorno del gobernador expresa que, a lo sumo, puede mostrar los dientes en algunos puntos, pero no entrar en una espiral confrontativa con la conducción del FdT, espacio del cual forma parte aunque tenga distancia ideológica con algunos sectores como el kirchnerismo. Al menos por ahora y, sobre todo, en momentos en que deberá reinar la armonía para la conformación de las listas.
Es por eso que, después del anuncio de la Casa Rosada que limitó las exportaciones de carnes al 50% hasta fines de agosto y anunció la elaboración de un Plan Ganadero, el gobernador tragó saliva y no dijo una sola palabra. Más que gusto a poco, como las interpretó la Mesa de Enlace, las medidas cayeron de manera intrascendente en Santa Fe, sin lugar a motivaciones para destacar, más allá de que reconocen el plan estructural que prometió el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. “La cuestión del cierre ya pasó, el tema era no cerrar antes y sin avisarle a Santa Fe”, sostuvo a Letra P una fuente al tanto de las medidas.
Por más que lo califiquen de “tema sensible”, los funcionarios optan por no opinar si Perotti no lo hace. Esta vez, no hubo tuit en la cuenta oficial del gobernador como aquella vez en la que sacó chispas, ni siquiera oportunidad para consultas de la prensa. En ese silencio, también se descubre una sensación de satisfacción interna: los precios de la carne no bajaron con el cierre, tal como anticiparon funcionarios del gobierno santafesino.
Es más, la negativa por elevar la voz es porque entienden que a partir de los próximos meses puede llegar a bajar el precio debido a una cuestión estacional de las exportaciones o, incluso, por una licuación del precio ante una inflación que sigue firme en el 3% mensual y pega fuerte en la carne. En tanto, sí se arrimaría para participar de ese Plan Ganadero integral que se anunció.
En conclusión, en el recuento de la novela, el grito de Perotti termina siendo un ejemplo más de las diferencias de fondo con visiones del Gobierno, como fueron Vicentin y el régimen para los biocombustibles, que, al menos por ahora, no llegarán en forma de sangre al río.