LA ECONOMÍA Y LAS URNAS

¿Crecimiento o rebote? El Gobierno llega a la campaña con baja sensación térmica

Revoleo de cifras al alza -¿6, 7%?- e impacto real. Pandemia, salarios e inflación, combo endiablado para la actividad. Efecto vacunas y pelea contra el tiempo.

Aunque parezca congelado por la pandemia de covid-19, el tiempo corre rápidamente. Hace apenas tres meses, el ministro de Economía, Martín Guzmán, se entusiasmaba con un crecimiento del 7% y acaso algo más para este año, suficiente, si no para recuperar el 9,9% perdido en el Gran Confinamiento de 2020, al menos sí para tonificar las expectativas de la sociedad ante la cita electoral. Hoy, en cambio, las expectativas del mercado y la realidad no solo pulverizan su meta inflacionaria del 29 al 33%, sino también aquella esperanza, con proyecciones de crecimiento del producto bruto interno (PBI) cada vez más acotadas. Así las cosas, ¿cuál será el ánimo de los argentinos y argentinas durante la campaña que llevará a las primarias de septiembre y a la elección legislativa de noviembre? ¿Qué suerte le espera en las urnas a Alberto Fernández?

 

Los vaivenes de los pronósticos se vinculan con varios elementos. Por un lado, con una emergencia sanitaria que no ha hecho más que agravarse desde marzo, cuando el funcionario tuvo su último rapto de optimismo, y que ha obligado a pisar el freno y hasta activar la marcha atrás en el desconfinamiento. Por el otro, con una interna recargada en el Frente de Todos, que impuso una virtual intervención de la política económica por parte del ala política, en particular del cristinismo.

 

El deterioro de las expectativas se hizo patente con la difusión del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) de mayo, el informe que elabora cada mes el Banco Central en base a los pronósticos de analistas privados de referencia. Según este, "quienes participan del REM esperan un crecimiento del PBI real para 2021 de 6% –0,4 puntos porcentuales menor respecto del REM previo– (…) El top-10 de quienes mejor pronosticaron el crecimiento económico sugiere un aumento promedio de 6,2% –0,5 puntos porcentuales menor que lo proyectado un mes atrás–".

 

Hay factores que juegan a favor de la reactivación tras un 2020 en que el producto se retrotrajo nada menos que 9,9%.

 

Para empezar, la soja ha acompañado con precios internacionales muy elevados toda la temporada alta de exportaciones, acercando divisas valiosas y traccionando actividad. Asimismo, la recuperación de Brasil se ha probado más veloz que la esperada, lo que se traduce, según el informe Focus del Banco Central de ese país, en una expectativa de crecimiento del 4,85% para el año, muy superior al 3,45% proyectado hace apenas cuatro semanas.

 

Fuente: Banco Central de Brasil.

Habitualmente se calcula que cada punto porcentual de crecimiento de la economía brasileña induce, a través de la demanda de productos argentinos, un aumento de entre un cuarto y un tercio de punto porcentual del PBI nacional.

 

Sin embargo, la reactivación nacional hunde sus ruedas en el barro. La analista económica Emilia Calicibete le dijo a Letra P que "gracias a la aceleración del plan de vacunación y a la reactivación económica, la situación está mejorando en relación con los valores muy bajos que quedaron de 2020". Sin embargo, aclaró que "no llamaría crecimiento sino rebote" a lo que se está observando.

 

Calicibete añadió que "si bien la base de comparación que quedó de 2020 es muy baja, las restricciones por la pandemia no terminaron. Esto último se ve, por ejemplo, en datos como los del último informe de construcción del INDEC, que muestran que la venta de materiales cayó".

 

Victoria Giarrizzo, directora del Centro de Economía Regional y Experimental (CERX), le dijo a este medio que "en el caso de la industria, este año vamos a tener crecimiento, leve, pero crecimiento más allá del rebote estadístico. La industria está activa, por supuesto con algunas empresas muy bien y otras que todavía no repuntan, pero a nivel agregado, crece en relación a 2020 y en muchos casos, frente a 2019".

 

"Esto, en principio, seguirá así en los próximos meses, aun cuando el consumo por momentos se apaga. El Gobierno tiene en ese sector una llave de paso, que es el control a las importaciones", estimó.

 

El panorama, con todo, es menos favorable en el comercio y los servicios "porque la actividad de esos sectores está muy condicionada a lo que suceda con la pandemia y el rumbo de esta aún es incierto", detalló Giarrizzo.

 

"En los próximos meses eso no va a cambiar. Van a producirse altibajos permanentes en esas actividades. En tanto haya más restricciones, más caídas en la actividad habrá; en tanto estas se reduzcan, también lo harán las caídas", dijo. Lo cierto, resumió, es que "parece claro que este año no habrá crecimiento en esos sectores. Solo un rebote en las comparaciones anuales".

 

El problema no es solo el crecimiento, que, en teoría debería traccionar el empleo y los salarios.

 

De acuerdo con un informe reciente del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), "la clave de la mejora de los salarios reales está en la reactivación de la economía y en la disminución sostenida de la inflación. Mientras la inflación no se estabilice en tasas bajas, se hace más difícil la recuperación de los salarios reales".

 

Según el REM, la tendencia de la inflación también es negativa: el mes pasado, los analistas consultados la proyectaron en 48,3% para el año, un punto porcentual más que en abril.

 

El IARAF observa la cuestión salarial porque el consumo da cuenta de más de dos tercios de la economía nacional: En Argentina, sin ingresos sostenidos no hay paraíso. Así, señala, "si se toman como referencia a los salarios de marzo de 2018, se aprecia que tres años después su valor real se redujo un 15,6% para el sector privado registrado, 20,7% para el sector público y 25,9% para el sector privado no registrado".

 

Fuente: IARAF.

"Los salarios vienen cayendo desde hace tres años en términos reales y todo apunta a que vamos a completar un cuarto año. Si bien los privados tienen un poco más de margen de acción, en el Estado ya se nota que los salarios no le están ganando a la inflación", dijo Calicibete.

 

La situación de la economía es crítica, con tres de los cuatro años transcurridos entre 2016 y 2020 en recesión. En otro trabajo reciente, el IARAF señala que si se toma como base el período que va de abril de 2017 a marzo de 2018, surge que "la producción estuvo 5%, 7% y 14% debajo del año de referencia en cada uno de los últimos tres períodos, respectivamente. Si se acumula esta menor producción de cada período, se obtiene el equivalente al 26% de la producción del año base. Expresado en meses, esta cifra equivale a 3,1 meses" perdidos.

 

Más allá de la esperanza del Presidente y sus estrategas de campaña de que cada vacuna aplicada signifique un voto en noviembre, la situación de la economía será insoslayable para el electorado. Y hoy, "lo que se siente en la calle es que los precios aumentan, que los salarios no acompañan y que, para la gente que busca trabajo, el mercado recién se está empezando a recuperar", cerró Emilia Calicibete.

 

Se explica la urgencia de los políticos del Frente de Todos por hacer realidad, a marcha forzada, la principal promesa de la elección de 2019: poner dinero en los bolsillos de los argentinos y argentinas. Las urnas esperan a la vuelta de la esquina y el Gobierno no puede hacer depender su suerte, simplemente, de la desorientación de la oposición.

 

Cada hora ya parece un segundo.

 

Rolando Figueroa y Alberto Weretilneck. La Patagonia está en alerta.
Toto Caputo.

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