Elecciones 2021

Subnacionales en Bolivia: un escenario que se reafirma sin sorpresas

El oficialista MAS superó su primer test electoral sin sobresaltos. Tendencias históricas que se reafirman en un tablero nacional que empieza a definirse.

Las elecciones departamentales y municipales de Bolivia se desarrollaron sin problemas y reafirmaron el escenario previo. A la espera de los resultados oficiales y en base a bocas de urnas reconocidos por los candidatos, el oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) volvió a consagrarse como la única y la más importante fuerza política nacional ante una oposición desarticulada y sin un proyecto coordinador. El gobierno de Luis Arce Catacora superó su primer examen electoral sin mayores sobresaltos.

 

Aunque los resultados oficiales pueden tardar una semana, los sondeos indican que el MAS, como ya es costumbre, se impuso en los departamentos del eje central del país, al tiempo que no consiguió importantes triunfos en las capitales. En base a las normas electorales, que establecen una segunda vuelta en los departamentos si ningún candidato supera el 50% de los votos o el 40% con una diferencia mayor a los diez puntos sobre el segundo, con estos números el partido azul y negro ganaría en Potosí, Cochabamba y Oruro y la oposición en Santa Cruz. En el ballotage, el próximo 11 de abril, se definiría el futuro de La Paz, Tarija, Pando, Beni y Chuquisaca.

 

Con ese escenario, el oficialismo consiguió números similares a los de 2015, cuando ganó seis departamentos y nuevamente sufre una derrota clara y contundente en Santa Cruz, el departamento más grande y rico del país, frente al líder cívico del golpe de estado de 2019, Luis Fernando Camacho, que conseguiría el 55,1%. Otra tendencia que se mantuvo fue la ausencia de triunfos masistas en las grandes ciudades del país, ya que solo ganaría en Sucre y Cobija y perdería importantes plazas, como Santa Cruz de la Sierra, La Paz, El Alto y Cochabamba.

 

Además, las urnas volvieron a revelar el desfase electoral que sufre el MAS entre las elecciones nacionales y las regionales y las ciudades y el campo. Mientras que el año pasado se impuso con comodidad en casi todo el país y consiguió una contundente victoria con el 55,1%, este domingo no logró hegemonizar el escenario y perdió en dos ciudades que en las presidenciales gana con mucha holgura: La Paz y El Alto. De todas maneras, el partido volvió a consolidarse como la única y primera fuerza política nacional ante una oposición que sigue dividida y sin articulación. “Una cosa son las elecciones nacionales y otra, las subnacionales”, reconoció el expresidente Evo Morales en Cochabamba, donde aseguró sentir una “enorme satisfacción” por el resultado electoral.

 

La jornada le sirvió también al MAS para empezar a delinear las fuerzas internas ante el desafío de gobernar por primera vez en la historia sin la presencia de Morales y Álvaro García Linera. El ejemplo más claro fue el de la ciudad de El Alto, bastión masista que en esta oportunidad volvió a perder. Eva Copaexsenadora del MAS, presidenta del Senado durante el gobierno de facto que condujo Jeanine Áñez y expulsada de las filas masistas por “traidora”, se quedaría con la ciudad alteña con el 67%. Por su parte, el candidato del MAS, Zacarías Maquera, apenas llegaría al 22%. La nueva derrota en la ciudad circundante a La Paz demuestra que las tensiones entre la clase dirigente y las bases sociales llegaron para quedarse y marcarán el futuro del partido.

 

Por su parte, la oposición sale con un sabor agridulce de la jornada. Como el MAS, consiguió lo que se esperaba sin mayores sorpresas. La única gobernación que ganaría en primera vuelta sería la de Santa Cruz, gracias al 55,1% que obtendría el líder golpista Camacho. Por otra parte, debería enfrentar ajustadas segundas vueltas en Chuquisaca, donde Damián Condori se impondría con el 43,9% contra el 40,5% del masista Juan Carlos León, y en Tarija entre el 37,7% del opositor Óscar Montes y el 36,1% del oficialista Álvaro Ruiz. Además, en Beni llegaría más cómodo el candidato del Movimiento Tercer Sistema (MTS), Alejandro Unzueta, con el 37,5% ante el 22,8% de Alex Ferrier. En el departamento norteño quedaría eliminada de la contienda Áñez, que apenas consiguió el 15,4% de los votos en su propia tierra.  

 

El mejor resultado opositor sería el de Camacho, que pasaría a liderar los designios de Santa Cruz, con un fuerte discurso regionalista, beligerante y violento hacia el gobierno nacional que preside Arce Catacora. Otra importante alegría opositora sería la del excandidato a presidente Manfred Reyes Villa, que se quedaría con Cochabamba capital con el 56,8%. Además, el exministro de Añez  Iván Arias  ganaría la capital nacional, La Paz, con el 48% por sobre el 35,9% del masista César Dockweiler.  

 

 

Las victorias de Camacho y de Reyes Villa significarán un desafío importante para el gobierno central. Son hombres con un importante caudal de votos en sus propias regiones, que ejercen una oposición intransigente hacia el MAS y que, a lo largo de la historia, no han dudado en recurrir a la violencia para estropear los planes del partido de gobierno. Villa apoyó los movimientos desestabilizadores de 2008 que buscaron dividir territorialmente al país y Camacho lideró el golpe de estado de 2019 que derrocó a Morales. Además, no esconden sus ambiciones nacionales, por lo cual podrían representar un desafío discursivo y político para Arce Catacora, que podría verse visto a discutir con funcionarios de rangos estaduales inferiores pero capaces de discutir de igual a igual.

 

La jornada electoral dejó un escenario esperado. El MAS se afianzó como la primera fuerza nacional y ganó y perdió donde se esperaba que lo hiciera, mientras que la oposición conquistó plazas importantes, pero predecibles. El gobierno de Arce Catacora superó su primer obstáculo para poder seguir caminando en las alturas andinas.

 

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