SALUD Y NEGOCIOS

Un exsocio de Lorenzetti quiere quedarse con una caja de $23 mil millones

Rafaelino como Perotti y cirujano de profesión, Carlos Tita aprovecha sus lazos con el poder y va por la obra social de los estatales de Santa Fe.

Cultor de un extremo bajo perfil, el nombre de Carlos Tita comenzó a ganar cada vez más protagonismo. Rafaelino como el gobernador Omar Perotti y cirujano de profesión, venía expandiendo sus intereses en el área salud desde hace varios años, pero el regreso del peronismo al poder provincial le permitió dar un salto de escala a sus negocios. Con el estallido de la pandemia, el fenómeno se potenció y lo transformó en uno de los empresarios con mayor penetración en el círculo de poder santafesino.

 

Tita forma parte de los históricos apellidos asociados a la prestación de servicios de salud privada en Rafaela. Su padre Plácido y su tío Rosario compraron el sanatorio Nosti en 1986, un hecho que con los años generó una fuerte disputa familiar, que hasta incluyó un tiroteo -ocurrido en el quirófano del propio efector- en el que Carlos resultó herido.

 

Con la misma enjundia que peleó por su vida logró abrirse paso en los negocios, en una carrera que tuvo en el actual ministro de la Corte Ricardo Lorenzetti un aliado fundamental. Durante la década de 1990 el Supremo formó junto a Carlos Tita y otros empresarios locales Apreme SRL, destinada a gerenciar contratos relacionados con el área de la salud. Según recopiló el actual diputado provincial Carlos Del Frade, la firma administró varios convenios importantes, entre ellos con PAMI, OSECAC (del gremio mercantil) y SMATA (de los mecánicos).

 

En su libro “La porfiada esperanza. La lucha de la Asociación Médica del Departamento Castellanos (AMDC)”, Del Frade abordó el conflicto entre esa gremial y la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Rafaela, cuyo pico se dio en 2009, cuando a pedido del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) la Justicia Federal intervino la mutual de los médicos por "supuestas irregularidades en la compra del Policlínico Rafaela”, rememoró el legislador, quien recordó que la AMDC había impugnado la candidatura de Lorenzetti a la Corte en 2004 por sus vínculos con la medicina privada. El letrado había retirado su participación en Apreme SRL algunos años antes.

 

Al tiempo que el abogado laboralista llegaba a la cima del poder judicial, Tita lograba uno de sus primeros éxitos en la expansión de sus negocios. En diciembre de 2004 reabrió el antiguo sanatorio Julio Corzo, cerrado desde 1998 y rebautizado bajo el nombre Los Alerces, con el que logró entrar en la principal ciudad de la provincia a través de una fórmula que repitió en 2016, cuando se hizo cargo del intervenido Hospital Italiano, otro efector caído en desgracia.

 

Su llegada a Rosario tuvo comentarios poco amistosos por parte del empresariado local, un ámbito en el que, como en Rafaela, hay nombres históricos. El más importante es el de Roberto Villavicencio, titular del potente Grupo Oroño y desde 2019 socio del diario La Capital. En 2018, el nombre de Tita reapareció en el marco de la crisis que atravesaba el centro médico Ipam cuando sus accionistas rechazaron un plan de salvataje por parte de inversores locales. Varios apuntaron al rafaelino como operador en las sombras de ese retroceso. No sería el único mensaje que dejarían trascender desde la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de Rosario. Pero no nos adelantemos.

 

La paciencia tiene premio

En los 12 años de apogeo del Frente Progresista (2007 - 2019), Tita intentó con poco éxito penetrar en la estructura de prestadores de la poderosa Iapos, la obra social del Estado santafesino que cuenta con más de medio millón de afiliados. Suscribió convenios desde la Asociación de Clínicas y Sanatorios, pero sólo para el departamento Castellanos. Funcionarios que fueron parte importante de las tres gestiones socialistas indicaron a Letra P que Tita prometía -aunque subrepticiamente- acceso privilegiado a la Corte a cambio de mejores condiciones contractuales. Una versión difícil de comprobar, pero que resulta verosímil en función de los antecedentes.

 

El regreso del peronismo a la Casa Gris en 2019 le dio a Tita nuevos aires. En los primeros meses de la gestión, firmó un convenio con Iapos para brindar servicios en el departamento La Capital, con ingresos mensuales por 40 millones de pesos, a través de la firma Gerencia Médica SA, una compañía que había creado apenas 20 días antes, según quedó reflejado en la disposición 3/20, fechada el 28 de febrero. 

 

Tal decisión pasó desapercibida pero no así el convenio con el que, en pleno pico de la pandemia, el Ministerio de Salud reservó camas privadas para la atención de pacientes: de los 130 puestos de internación que se agregaron en Rosario, la mayoría eran de Los Alerces. La Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de Rosario publicó un comunicado -firmado por su titular, Villavicencio- “desconcertados” por “una contratación presumiblemente directa”. A los pocos días, La Capital hizo público el convenio y expuso que era Tita el principal beneficiario de la acción oficial.

 

El tiempo, sin embargo, ayudó a sanar las heridas entre los hombres de negocios. “Silenzio stampa (sic) en ese tema”, dijo escuetamente un alto ejecutivo de un sanatorio céntrico consultado para este artículo. Según pudo saber este medio, hay avanzadas negociaciones entre las partes para acordar una participación en Iapos. Hay mucha plata en juego: el presupuesto 2021 le autoriza gastos por 23.000 millones de pesos.

 

Aunque negadas rotundamente por el oficialismo, las versiones de cambios en la obra social están a la orden del día, según confirmaron fuentes gremiales. Al mismo tiempo que se firmaba el convenio por las camas críticas, fue corrido de su cargo como Subdirector Provincial Técnico Administrativo el contador Rodrigo Acevedo. Versiones señalan que el nombre para su reemplazo saldría de la actual plantilla de empleados de una de las empresas de Tita.

 

Más allá de su extensa trayectoria y su ascendente vinculación con el círculo de poder santafesino, es difícil encontrar siquiera una foto de Carlos Tita. En estos años se las ingenió para no quedar registrado en eventos públicos. Más fácil es hallar imágenes de su hijo Agustín Tita, actual director médico del sanatorio Nosti, el mismo en el que la familia comenzó a cimentar su crecimiento hace casi 35 años.

 

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