El resultado definitivo de las elecciones en Río Negro, que oficializó las dos bancas en la Cámara de Diputados para Juntos Somos Río Negro y Juntos por el Cambio, tuvo fuerte impacto en el Partido Justicialista local, que vive en ebullición permanente desde 2019. Tras concretarse la derrota por 736 votos, son varias las voces que plantean la necesidad de un cambio de rumbo al proyecto provincial del senador Martín Doñate, quien condujo este proceso electoral y tensionó con el peronismo clásico para que la camporista Ana Marks fuera cabeza de lista. Todas las fuentes consultadas citan el discurso del presidente Alberto Fernández en Plaza de Mayo, en el que garantizó internas para todas las candidaturas de 2023.
Desde el mediodía del jueves, los teléfonos de intendentes e intendentas, legisladoras y legisladores del Frente de Todos de Río Negro no paraban de sonar. Los llamados se daban por un hecho histórico: por primera vez desde 1983, el peronismo no logró un lugar en el Congreso en una elección de medio término. Por eso, los jefes y las jefas locales se movieron para promover una reunión del Consejo Partidario, que sería anunciada en los próximos días. El objetivo es claro: cambiar el rumbo con miras a 2023, según pudo constatar Letra P con diversos integrantes de la liga de intendentes peronistas y con algunos congresales.
El malestar reinante, ya con el resultado puesto, es con el cogobierno que se manifestó durante 2020 y 2021 en Río Negro. Tanto Doñate como Marks recorrieron municipios radicales y de JSRN para llevar aportes del gobierno nacional. A pesar de algunos planteos críticos a esa determinación, la estrategia del kirchnerismo rionegrino no logró romper con la lógica nacional que generó un golpe al peronismo en diversas provincias.
“Nadie tiene el plafón de un liderazgo claro; por eso, todos tienen la posibilidad de participar”, respondió a Letra P una alta fuente del PJ. En ese marco, varios referentes de las diversas regiones ya se subieron al discurso presidencial y reclamaron una apertura del partido.
Ese planteo surge en los días en que se confirmó el riesgo que tiene María Emilia Soria en General Roca. La hermana menor del ministro de Justicia de la Nación ganó en su ciudad por apenas 1.500 votos de diferencia, un precedente que pone en alerta al partido. Roca, bastión justicialista desde 2003, no fue la excepción del avance de JSRN y JxC, que, a partir del ingreso de Aníbal Tortoriello a la Cámara baja, modifica el esquema de opciones en las instancias provinciales.

Internas para todos, el reclamo del PJ Río Negro.
En la sumatoria de ambas fuerzas, Soria quedó abajo y con el peligroso antecedente de que una alianza podría afectar la continuidad. Por eso –ratifican fuentes del peronismo– es fundamental un candidato o una candidata que exima a la intendenta de una postulación provincial. “Hay que generar una participación, pero tampoco podemos tener 50 listas”, asegura un intendente a este medio.
La palabra desde el territorio pone cuesta arriba el plan (nunca oficializado) de Doñate, muy criticado entre su espacio por ni siquiera mostrar una foto del voto el último fin de semana o por su nula aparición en los días previos a la elección.
Otra incógnita del escenario futuro es el rol de Martín Soria, que se corrió de la escena local para desempeñarse en la cartera de Justicia. Desde que asumió el cargo, mantuvo hermetismo y apenas se mostró en los actos eleccionarios de septiembre y el último domingo. Según pudo constatar Letra P con fuentes de su entorno, no piensa romper su postura. Igualmente, no descartan que sea parte de la nueva negociación.
Según el recuento final que se desarrolló en Viedma, JSRN llegó al 35%, JxC al 26% y el peronismo apenas alcanzó el 25%.