El esperable triunfo del Movimiento Popular Neuquino (MPN), la fuerza más votada en septiembre, permitió el reparto de las tres bancas que Neuquén puso en juego para la Cámara de Diputados. Rolando Figueroa, que ganó la interna del partido que fundó la familia Sapag, se mete de lleno en la construcción de una candidatura para 2023, con la ventaja de que el gobernador Omar Gutiérrez está imposibilitado constitucionalmente en ir por otro mandato. Pablo Cervi, un empresario de la fruta, que incursionó en el radicalismo, se quedó con el segundo lugar. Tercero entró el peronismo, con Tanya Bertoldi, y al menos sostiene la representación del espacio en el Congreso bajo la conducción provincial del secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez.
Ahora el MPN ingresa en una etapa de transición, pero de definiciones claves ya que renovará autoridades partidarias en 2022. Desde este lunes, empezará a preparar el terreno de una nueva elección. “Para nuestro espacio, la próxima siempre es la elección más importante”, machacaba a Jorge Sapag tras las PASO en diálogo con Letra P. El actual jefe político del partido que se fundó en Zapala, cuando el peronismo estaba proscripto, sabe que esa instancia definirá liderazgos. “El mismo MPN dará las respuestas”, le dijo a este medio bien entrada la madrugada del lunes.
Las afirmaciones de Sapag describen el escenario inminente de la colosal estructura neuquina. Con la salida de Gutiérrez, ya se vislumbra la posible competencia entre Figueroa y un rival empoderado como el intendente capitalino Mariano Gaido, fuertemente amparado en los comicios municipales de octubre.
“Cuando está unido, el MPN es una aplanadora”, se jactó Figueroa acompañado de Gutiérrez, el petrolero Guillermo Pereyra, el mismo Sapag, entre otros dirigentes de fuste, cuando festejó su ingreso al Parlamento en la Junta de Gobierno partidaria. De esa unidad –a regañadientes– emergerá la competencia interna que tanto revitaliza al partido patagónico.
Atrás aparece Juntos por el Cambio, en el formato de Cambia Neuquén. Cervi, un correcto candidato que viene del mundo empresario, logró acaparar el voto que escoltaba a Horacio “Pechi” Quiroga en sus tiempos de intendente. El envión nacional le ayudó y evitó que se preocupara por Carlos Eguía, de la Coalición Cívica ARI, que a pesar de una campaña estruendosa no pudo superar el cuarto puesto.

Cervi, contento por su ingreso a Diputados.
“Hoy, se logró consolidar un espacio que integran tres fuerzas (el radicalismo, el PRO y Nuevo Compromiso Neuquino), y desde ahí analizaremos los pasos a dar”, lanzó Cervi, en el Hilton neuquino. Además, hizo un llamado a la reflexión del empresario de medios que ofició de garante de Elisa Carrió: “Seguramente tendremos que tener diálogo con el ARI y con otras fuerzas políticas con la que compartimos valores, para poner rumbo al 2023”.
Aunque retuvo la banca, el peronismo salió debilitado. La ola de polarización nacional lo ubicó tercero detrás de Cervi, con el atenuante de un posible peor resultado si las expresiones que fundaron Cambiemos hubieran competido unidas.
La elegida del kirchnerismo fue Tanya Bertoldi, integrante del armado de Martínez en el FdT neuquino. El funcionario nacional, quien fue criticado desde su propio espacio cuando se realizaban los bloqueos a yacimientos en Vaca Muerta, o en los días que peleaba por poner la cabeza de lista con Oscar Parrilli, ahora corre desde atrás.
Cuando asumió en la cartera energética, su nombre tomó volumen en el sur del país. Buena parte del justicialismo soñaba, después de mucho tiempo, con un apellido importante para disputarle realmente el poder a Sapag. Por ahora, ese proyecto parece distante.