Nicolás Kreplak

“Debemos reunificar el sistema de salud, hay muestras de que es viable”

El viceministro de Kicillof vuelve a la carga con el tema, instalado por CFK. Afirma que estudian cómo y cuándo hacer cambios. Vacunación y vuelta al aula.

“Tenemos que ir a un sistema nacional integrado de salud entre lo público, lo privado y las obras sociales que optimice recursos. La pandemia nos dio la oportunidad de reformular el sistema de salud en tiempo récord, pero es necesario hacer un esfuerzo diferente”, dijo Cristina Fernández. El tema instalado por la vicepresidenta el 20 de diciembre pasado durante un acto en La Plata sacudió el monstruo de muchas cabezas que representa el sistema sanitario argentino. El kirchnerismo había empezado a analizar cambios mucho antes, pero la pandemia trastocó los planes y retrasó la discusión. Estudioso del tema, uno de los principales impulsores de la necesidad de una transformación es el viceministro bonaerense en esa área y referente sanitario de La Cámpora, Nicolás Kreplak. En una entrevista con Letra P, el funcionario reinstala el tema y asegura que ese cambio “sucederá”, aunque no sabe “cuándo”. “Debemos reunificar el sistema de salud”, dice, y afirma que “hay muestras de que es viable”. Aunque avisa: “Lo que no tengo cerrado es cómo se hace exactamente”.

 

Antes hay que negociar y acordar con el sector privado, reticente a cambios estructurales que otorguen al Estado un fuerte rol de contralor en la administración y disposición de recursos. Sin embargo, Kreplak asegura que todas las partes que conforman el sistema coinciden en que hay que modificar el funcionamiento, y para apuntalar su idea –plasmada en un borrador– pone lo hecho por la administración Kicillof con el sistema integrado de camas durante la pandemia que permitió evitar el colapso en el conurbano.

 

Por otro lado, reiteró que en la agenda urgente lo primordial es la provisión de vacunas y la logística de vacunación, que ahora empezará por el sector docente de riesgo. Afirma que para mitad de año esperan tener vacunados a todos los sectores de riesgo, mientras llama a la población a anotarse en el registro para inocularse. La vuelta a clases presenciales “es una prioridad”, pero de manera “mixta”, combinada con la virtualidad.

 

-¿Es viable la modificación del sistema integral de salud tal como planteó la vicepresidenta?

 

-Sí. Lo que no tengo cerrado es cómo se hace exactamente. Hace mucho que me dedico a este tema y no hay ningún sector que no diga claramente “hay que transformar el sistema de salud”. Lo dicen las obras sociales, los dueños de las clínicas, los trabajadores de cualquier sector. Todos sabemos perfectamente que hay que volver a unificar el sistema de salud de alguna manera. Argentina tiene miles de sistema de salud y depende de qué obra social tengas, en qué provincia vivas, cuál es la capacidad de sistema de copago para saber a qué tenés derecho. La salud tiene que ser un derecho para todos y todas. Hay un abandono muy grande de lo que es prevención y promoción de la salud. Solamente el Estado se ocupa de eso.

 

-¿Creen poder cambiarlo?

 

-La reforma que haya que hacer en el sistema de salud es algo que va a pasar. Todos los que estamos en el sistema tenemos que trabajar para ponernos de acuerdo. Tenemos que garantizar el derecho a la salud de la gente, que es la que termina pagando las consecuencias de que no haya acción conjunta entre nosotros.

 

-¿La integración de camas con clínicas privadas que ejecutaron en Buenos Aires resultó un buen ejemplo?

 

-Sí. Pudimos integrar los sectores público y privado provincial y municipal y logramos que no colapse el sistema de salud. No hay nadie que no hubiera apostado a que el sistema de salud colapsaba en el conurbano bonaerense debido el déficit de camas y la cantidad de población, pero no pasó porque estuvimos detrás. Hicimos más de 25 mil derivaciones de un lugar a otro.

 

-¿Hubo reticencia del sector privado en esa experiencia?

 

-Por supuesto. Pero como teníamos todo transparentado, sabíamos quién tenía camas y quién no. En un momento tuvimos más del 50% de pacientes del sector privado internado en el sistema de terapia intensiva público. Todos estaban participando del sistema. Además, vía IOMA les habíamos garantizado subsistencia. Las clínicas que trabajan con IOMA no cerraron en la provincia porque garantizamos un sistema de adelanto financiero cuando cayó la recaudación. Demostramos que se pudo hacer. Hoy seguimos hablando con las cámaras de las clínicas y ellos están contentos de lo que pudieron hacer con nosotros. Hay muestras de que es viable.

 

-En el borrador del proyecto se propone poner en marcha un sistema de recupero de las prestaciones realizadas por entes estatales a subsectores de obras sociales y de medicina prepaga, ¿tiene estimado el monto que podría recuperarse?

 

-Es muy difícil saberlo en este momento, porque cambian muy rápidamente. Tengo claras otras cosas, por ejemplo, la siniestralidad de la que ahora se ocupa 100% el sector público. ¿Quiénes deberían financiar los accidentes? Por supuesto que debe hacerlo el sector público para un porcentaje de la población, pero están previstos en los seguros de autos, a través de las obligaciones legales automáticas; otra parte está prevista en las ART y otra, en las obras sociales. Todo eso debiera financiar parte del sistema de emergencias, que en la provincia de Buenos Aires es muy difícil se sostener.

 

-¿Como el SAME?

 

-Claro, el sistema que organizó el gobierno anterior es muy difícil de mantener. Era con un crédito que el primer año pagaba el 100% el Estado; el segundo, el 50%; el tercer año, el 25%, y el cuarto dejaba de pagar. Los que están en el cuarto año ya no lo pueden sostener.

 

-¿En qué otras prácticas encuentra desfasajes?

 

-Con los partos, por ejemplo. Por año, hay 600 mil en todo el país aproximadamente, de los cuales 350 mil se hacen en el sector público. De esos, solamente 100 mil no tienen obras sociales. Es decir que, más o menos, 250 mil tienen obra social y se hacen en el sector público y de eso se recauda muy poco. Además, hay una desactualización muy grande de los valores, una diferencia enorme entre lo que cobra una clínica y un hospital. En IOMA, por ejemplo, no hubo actualización de nomenclador de las prácticas en el hospital público pero sí en las clínicas. Entonces, eso termina siendo un subsidiom, y ¿cómo se pagan los subsidios así?; con infraestructura de mala calidad, con malos sueldos en el sector público. Después, uno va a un lugar privado y dice “esto es mejor”. No funciona así. Tenemos que tener un sistema en el que todos funcionen. No se les está haciendo fácil a las clínicas, no se le está haciendo fácil al sector público, pero tampoco es poco el 10% del PBI que se destina a salud.

 

-La vicepresidenta planteó que uno de los problemas está en la distribución y no en la cantidad.

 

-¿Puede ser que se necesite más? Podría ser, pero si aumentás un poco más el aporte en sectores que tienen tantas intermediaciones y una desregulación y excesivas cantidades de sectores oligopólicos y monopólicos, de prestadores, de asociaciones de profesionales, de laboratorios, ese 2% no llega a impactar. Tenemos que pensar cómo organizar este sistema, pero hay que pensar una versión del sistema de salud que tiene que ser favorecedora para el 95% del sistema.

 

Las clases

-¿Es apresurado hablar del regreso a clases presenciales?

 

-Es una prioridad, pero no podemos ser unos irresponsables de llevarlo adelante de cualquier manera simplemente porque tenemos el deseo. Tenemos que construir las condiciones para que se pueda realizar. En ningún país del mundo la vuelta a clases fue algo sencillo ni lineal. Estamos trabajando en un escenario para recuperar la presencialidad de manera mixta: que la continuidad pedagógica se siga garantizando a distancia de manera virtual pero que haya una presencialidad que la fortalezca.

 

-¿Cómo sigue la logística de la vacunación?

 

-Nuestro objetivo es tener vacunada a la población de riesgo en el segundo semestre. En este momento vemos cómo en Europa cae la provisión de vacunas respecto de lo planificado, por lo que tienen que reducir muchísimo lo que proveen. Hasta ahora, no hemos tenido la escala de millones de dosis como se ve en Israel. Pero tenemos una provisión acorde del escalado de la Sputnik V que viene bien. Rusia pasó a una etapa de vacunación masiva, estamos conformes con el escaldo productivo.

 

-¿La infraestructura está preparada?

 

-Necesitamos las vacunas, la logística local ya la tenemos: los freezer, todos los lugares preparados, el equipo capacitado con 30 mil vacunadores. Nos queda la otra parte que es que la gente se inscriba en la página web. Tenemos un millón doscientas mil personas inscriptas. Necesitamos tener 12 millones.

 

-La oposición ha cuestionado la vacunación en lugares por fuera del sistema de salud.

 

-Les venimos explicando a los intendentes. Nunca nos hicieron ningún planteo de por qué se vacuna en tal lugar. Si a los centros de salud le ponemos toda la logística de la vacunación, todo el tiempo va a haber gente, va a haber colas, vamos a estar ocupando el centro de salud y tenemos que garantizar la atención de salud. Si no fuera así, si por caso podríamos hacerlo, estaríamos pidiéndole a la población de máximo riesgo, que tiene un 25% más de chances de morirse de coronavirus que el resto, que se vaya a vacunar a un lugar donde hay gente con coronavirus. Estaríamos cometiendo un error.

 

El gobernador Maximiliano Pullaro
El gobernador de Catamarca, Raúl Jalil. 

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