El primer paso fue la gira mediática de Alberto Weretilneck por la movilización a Villa Mascardi. Sus apreciaciones contra la ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, anticiparon el inicio de la campaña. La segunda etapa del plan fue criticar, junto al diputado nacional Luis Di Giácomo, los fondos del Presupuesto para las rutas nacionales en Río Negro. Mientras la gobernadora, Arabela Carreras, nivela la relación y recibe aportes de la Casa Rosada para hacerle frente a la pandemia, el líder espiritual del provincialismo tensiona la relación con el kirchnerismo. En la política doméstica, es cada vez más estruendoso el cruce con el Frente de Todos (FdT), que busca ordenar su fragmentación. Los cambios en el Ente de Desarrollo de General Conesa así lo demuestran y advierten una pelea de fondo por la relación con el gobierno central.
La necesidad de polarizar con el FdT obligó a las voces más fuertes de Juntos Somos Río Negro (JSRN) a distanciarse. La dinámica que genera la pandemia inició el proceso normal previo a una elección. El partido provincial rionegrino ya marca diferencias para no perder a ese electorado más volcado a la derecha que siempre fue cooptado por el radicalismo. La necesidad de demostrar “independencia” a lo que se define en la Rosada reactivó la estrategia de campaña. Mascardi, las rutas y las deudas del PAMI fueron la excusa necesaria.
El conflicto mapuche y el presupuesto son ejemplos de la discusión que se viene en la provincia. Weretilneck, dueño del esquema partidario, ordenó una acción de discrepancia permanente con la Nación. Desde su rol, resaltará las diferencias que lo llevaron al Senado y se distanciará de Martín Doñate, a quien un importante sector del FdT ya lo reconoce como la mejor opción de liderazgo rumbo a 2023. Polarizar con el camporista será la nueva etapa política de JSRN.
“Él está obligado a votar sí o sí el presupuesto, nosotros a demostrar independencia y defender los intereses rionegrinos”, advirtió a Letra P una fuente cercana a Weretilneck. La clave será demostrar capacidad y sortearlo. Por eso el exgobernador afinó el diálogo con Oscar Parrilli y José Mayans. El problema para el provincialismo es el acompañamiento permanente a cada propuesta del FdT en el senado. “Hacemos los deberes para Río Negro”, completó la fuente.
INTERNO. Otro de los temas es la grieta permanente en el FdT. La derrota de Martín Soria generó un sismo hasta la normalización del Partido Justicialista (PJ), fragmentado en dos grandes posturas: dialoguistas y férreos opositores. Pero en la última sesión de la Legislatura de Río Negro la modificación del Ente de Desarrollo de General Conesa, la región a la que pertenece la titular del PJ, Alejandra Mas, unificó criterios. Lo mismo sucedió con la designación del fiscal de Estado, Gastón Pérez Estevan. Ambas instancias alinearon a un bloque con notorias diferencias.
En primer término, la alteración de la metodología de elección de las autoridades de ese organismo convocó a la liga de intendentes peronistas, a concejales y a varios actores del kirchnerismo rionegrino. “Esta decisión no responde a las necesidades de la comunidad, estamos convencidos y convencidas de que a lo único que se apunta es a cumplir con compromisos político partidarios que Juntos Somos Río Negro asumió con sus dirigentes locales”, advirtió Mas en la sesión virtual.
Sobre Pérez Estevan, que fue presentado este lunes, recordaron la gestión al frente de la cartera de Seguridad y Justicia. Entre otros argumentos, advirtieron la “discriminación a los pueblos originarios”, el no funcionamiento de la Comité Provincial contra la Tortura, la subordinación de las políticas provinciales a las nacionales como “la doctrina Chocobar”, entre otras circunstancias.
Con la parada electoral 2021, Weretilneck eligió rival por fuera de su partido. Doñate, en silencio, se posiciona como voz mayoritaria del peronismo K. Las candidaturas de medio término definirán quién manda en el FdT.