Primer tema: con el recrudecimiento de la crisis económica que provoca la pandemia, el tema de la seguridad vuelve a aparecer como preocupación bien arriba en las encuestas. Lo muestra la primera conclusión de un trabajo de Ricardo Rouvier y Asociados, con fecha de cierre del 5 de agosto: el 42% cree que la situación ha empeorado en el último mes, mientras que el 34% opina que sigue igual que antes. En base a 1.200 casos a nivel nacional, el mismo sondeo muestra que Alberto Fernández se mantiene estable en imagen positiva (62,6%), pero enfrenta un panorama todavía incierto: el 45,7% piensa que la situación económica va a mejorar, pero el 37,4% cree que va a seguir igual o va a empeorar y el 60,7% no cree que la inflación vaya a bajar en los próximos meses.
Los números de la consultora Aresco, que dirige Federico Aurelio, van al detalle y muestran que la inseguridad no solo aumentó su peso entre las cuestiones generales que afligen a la población, sino que ya está al nivel del coronavirus y la crisis económica. Más aún, cuando se le pregunta al entrevistado del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) qué cuestión lo afecta más en su vida cotidiana, el 44% dice que es la inseguridad, bien por encima de los problemas económicos (31,3%) y el coronavirus (21,7%), que, como muestran los indicadores diarios, pega sobre todo en esa región.
AL ACECHO. En ese contexto, aparecieron las declaraciones de la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, en una charla de 15 minutos con el Wilson Center de Washington que fueron tomadas parcialmente por los portales de mayor circulación y generaron cierto escozor en la residencia de Olivos. Bajo el título “No son muchos los robos, los medios los hacen visibles”, la frase de la sucesora de Patricia Bullrich se viralizó y activó rápido la memoria de un cristinismo que en boca de Aníbal Fernández inmortalizó la “sensación” de inseguridad.
Frederic hizo un recorrido histórico, dijo que existe una “tendencia decreciente” en la estadística que se inició hace ya “varios años” -antes del gobierno de Mauricio Macri- y que Argentina tiene “una realidad más pacífica” que otros países de la región. Aludió a la “destreza política” de Bullrich para anotarse su gestión frente al delito en el haber, pero remarcó que, aunque “la tasa de homicidio siguió a la baja” durante el interregno de Cambiemos, “los hechos delictivos crecieron entre 2018 y 2019 “y “aumentaron un 10%”, aunque ese dato “no tuvo un impacto sobre la agenda” como tiene la situación actual. Lo que sí hubo con Bullrich, señaló, fue un incremento en la tasa de encarcelamiento y un aumento de la problemática de hacinamiento en las cárceles, algo que -también aclaró- era una tendencia que había arrancado durante el último cristinismo.
Junto a la frase que se hizo viral, Frederic afirmó que en Argentina existe, por suerte, “una gran intolerancia a la violencia y eso es algo que genera las reacciones sociales y mediáticas”.
Además, la ministra ofreció sus datos. Dijo que en los primeros meses del encierro obligatorio hubo una inédita disminución del delito debido a la restricción de la circulación, que bajaron 70% los hechos delictivos según los distritos y que, a partir de mayo, empezaron a subir los casos, aunque todavía sin recuperar los niveles del año pasado: hoy están un “20% por debajo del mismo periodo de 2019”, aseguró.
A diferencia del último cristinismo, Frederic decidió tener estadísticas propias y darle impulso al Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC), que reúne las cifras sobre el delito que produce cada jurisdicción del país, y designar como directora a Angela Oyhandy, quien venía de ser parte del Observatorio de Políticas de Seguridad.
Junto a la frase que se hizo viral, Frederic afirmó que en Argentina existe, por suerte, “una gran intolerancia a la violencia y eso es algo que genera las reacciones sociales y mediáticas”. “Eso genera una gran indignación pública y nos trae muchos dolores de cabeza pero a la vez me parece que es una ventaja para no ceder ante el avance de este tipo de comportamientos”, dijo. Por supuesto, ese contenido no llegó a los cientos de miles de personas que se informan por los tanques de mayor alcance. Mucho menos todavía las definiciones que la ministra dio en una extensa entrevista que le brindó a Jorge Fontevecchia en Perfil, el domingo último, y que en Casa Rosada miraron con buenos ojos.
ORDENAME ESTE GIRO. En la guerra por la supervivencia, las empresas de comunicación que apostaron a Macri están al acecho y van a lo seguro del rating garantizado. El gobierno lo sabe, pero no puede evitar caer en una trampa que a veces lo excede y a veces lo encuentra como socio involuntario. Tema central y no resuelto nunca de manera eficaz desde el regreso de la democracia: cómo hablar de seguridad frente a la agenda de los medios y la preponderancia de la casuística televisada, algo que estudió como nadie la especialista Stella Martini y conocen bien en el ministerio de Frederic, pero no basta para desarmar el impacto que puede generar un solo hecho revestido de los urgentes, las imágenes y la música de los canales de televisión.
Mejor que eso para la política del minuto a minuto parece ser la filmografía de Sergio Berni o el recurso de rodear a Frederic con Sergio Massa, como sucedió en la isla Demarchi, donde el presidente de la Cámara de Diputados se encargó de negar cualquier “sensación” de inseguridad.
Dicen en los altos mandos del Gobierno que la aparición conjunta de la ministra con uno de los candidatos de la mano dura que habitan el Frente de Todos ya estaba acordada desde hacía varios días. Sin embargo, el amigo personal de Rudolph Giuliani no se desvía de la predica que lo hizo taquillero y le significó votos considerables en la provincia de Buenos Aires en su tiempo de autonomista. Lo demostró después con apariciones programadas a los dos lados de la polarización, en C5N y TN.
No es la cuenta de Massa lo único que pesa sino, también, el criterio del propio Fernández, que no quiere que la seguridad se convierta en un problema o se consolide como el tic de un gobierno progresista y cerrado que no escucha la demanda ciudadana. Ya existió el cristinismo para eso. Así se explican también las declaraciones de Santiago Cafiero, que no “desmienten” a Frederic, como dice Clarín, pero muestran un costado publicitario para un tema en el que no es fácil mostrar resultados, salvo que el funcionario de turno haya cursado en la academia de actuación de la que salieron políticos taquilleros de la fauna argentina, los últimos Berni y Bullrich.
El mismo día en que Massa blindó a Frederic, Cafiero salió a decir que “el delincuente es porque es” y no porque haya tenido una vida determinada. ¿Coinciden con eso los curas villeros como el padre Pepe Di Paola, que estuvo con el jefe de Gabinete este jueves en General Rodríguez? En Olivos niegan un giro discursivo y afirman que lo que existe es un “ordenamiento”, pero ante casos que crecen como preocupación en plena crisis y medios que necesitan carne para tirar a la parrilla, la salida luce algo sobreactuada cuando todavía falta un año para la campaña electoral.
SOBRE LA MARCHA. Asesorada por su jefa de Gabinete, la exministra Cecilia Rodríguez, Frederic camina un hilo de lo más delgado y frente al increíble Berni queda siempre a la defensiva. Sin embarga, los dos polos de la política de seguridad en el oficialismo tiene una terminal en Cristina Fernández de Kirchner. Según se pudo saber Letra P, en las últimas semanas, la vicepresidenta calificó como una “mujer excelente” a Frederic, pero al mismo tiempo defendió al ministro de Kicillof como un funcionario “eficiente” y probado en la “gestión dura”, al que hay que valorarle su presencia avasallante en el territorio.
“Estar ahí”, lo que tanto hace valer el panelista estrella que no encuentra a Facundo Astudillo Castro, es para Cristina también fundamental. La misma composición del Frente de Todos habilita esa heterogeneidad y quienes integran el Gobierno dicen que las diferencias entre tradiciones distintas van dirimiéndose en la práctica, cada día. Si hay una estrategia clara, si se reacciona como se puede en cada caso o si gana el oportunismo, sólo el tiempo -reverso del minuto a minuto- lo dirá.