KARMA K

Kicillof, el caso Astudillo y el autogobierno de la Bonaerense

El gobernador sabía que la autonomía policial era un problema latente. La desaparición del joven precipitaría decisiones. El Plan Berni y la doctina Bullrich.

La desaparición del joven Facundo Astudillo Castro el 30 de abril bajo circunstancias aún no esclarecidas pero con acusaciones de la querella que recaen en el accionar de efectivos de la Policía bonaerense emerge en el gobierno de Axel Kicillof como un problema que tarde o temprano el mandatario debía enfrentar: el autogobierno de la fuerza de seguridad.

 

Antes de asumir, cuando estudiaban la realidad socioeconómica del Estado bonaerense, Kicillof y buena parte de quienes hoy son funcionarios y funcionarias sabían que una dificultad era la autonomía policial. El elegido para domar la gigantesca fuerza que reúne alrededor de 90 mil efectivos fue entonces el médico militar Sergio Berni, a quien, cuando tenía todo listo para presentar su plan integral de seguridad, le cayó una pandemia que alteró las prioridades. En La Plata esperan certezas sobre el caso que debe poner a la luz la Justicia federal. La orden del mandatario es acompañar a la familia y en su entorno advierten, también, que, si la investigación arrojara participación de la Bonaerense en la desaparición del joven, Kicillof iría a fondo y con Berni de su lado.

 


“No vamos a encubrir a nadie y vamos a colaborar con la investigación”, dijo Kicillof horas después de que un pescador hallara un cuerpo en Villarino Viejo, cerca de la zona donde ya se habían hecho rastrillajes, sin resultados positivos, para dar con Facundo. El gobernador también habló con la madre del joven y aguarda el curso de la investigación, hoy en manos de la Justicia Federal.

 

El fiscal Urpiano Martinez trabaja sobre dos líneas de investigación: por un lado, la hipótesis de que Facundo haya tenido un accidente cerca de los cruces de la ruta 3 y la 22, donde aparentemente se bajó (para evitar el control de Gendarmería) de la camioneta que lo llevaba con destino a Bahía Blanca, según testificó una mujer de identidad reservada. El otro camino, en el que se apoya Cristina, la madre del joven, es que haya sido detenido y luego desaparecido por la intervención de efectivos de la Bonaerense. Al inicio de la investigación, Berni sostenía que al joven había que buscarlo en Bahía Blanca. 

Si efectivamente se comprobara que el cuerpo hallado en los cangrejales de Villarino Viejo el sábado por la tarde noche es el de Facundo y la investigación avanzara bajo la hipótesis de la participación policial, la decisión de intervenir políticamente sobre la policía tomaría fuerza. 

 

En el entorno de Kicillof, reconocen que la fuerza vivió un proceso de autonomía difícil de controlar. “Fueron cuatro años de autogobierno. Sumado a la pandemia, es un escenario complejo”, le dice una fuente del Ejecutivo a Letra P en estricta reserva. 
 

 


En parte, ahí se explica uno de los motivos de que haya sido Berni el elegido para timonear el ministerio. La salida de la gestión Cambiemos implicó también que se retirase como superintendente general (el jefe de la fuerza) Fabián Perroni, quien ostentaba un alto perfil e incluso participó de algunos timbreos con funcionarios de aquel entonces para dar una imagen de cercanía entre la Policía y la sociedad. Berni ungió a Daniel García en su lugar. No alteró la línea sucesoria. Para elegir a García, evaluó su desempeño al frente del Operativo Sol 2020. 

Al inicio de su gestión, Berni solía decir que la fuerza de seguridad tenía que mejorar su reputación ante la sociedad. Kicillof, que buscaba una policía más humanizada. A la fuerza le faltan efectivos, sostienen en el Ejecutivo. Alrededor de tres mil policías más, que, de no haber sido por la pandemia, ya estarían en formación. 

Berni no pudo poner en marcha su plan de seguridad, aunque logró hacer algunas modificaciones estructurales como la creación de las estaciones de policía, que implicó suprimir las jefaturas departamentales y darles a los intendentes un lugar en la toma de decisiones. Se creó también la Superintendencia de Seguridad Regional. 

Con la eliminación de las jefaturas departamentales, Berni y Kicillof creen que pueden empezar a limar el autogobierno policial. Aunque faltan avances concretos de parte de la investigación, el caso Astudillo posa una lupa nuevamente sobre la Policía bonaerense. 

La reacción de Kicillof, aseguran en la gobernación, será diametralmente opuesta a la de la ministra de Seguridad durante el macrismo, Patricia Bullrich, con la desaparición forzada de Santiago Maldonado. Bullrich se encargó durante todo el proceso y luego también de sostener a los gendarmes. En el Frente de Todos, aseguran, no habrá lugar para imaginar un escenario similar, sea cual fuere el desenlace de la desaparición del joven de Pedro Luro. 

 

Intendentes de la Quinta sección electoral de Buenos Aires.
Kicillof y Pullaro en San Nicolás.

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