El municipio de Tigre parece ir un paso adelante: fue el primero en oficializar el uso de tapabocas y sería también el primero en flexibilizar la cuarentena en el conurbano bonaerense. Para eso, ajusta los detalles de un protocolo modelo que permita mover la economía y, al mismo tiempo, cuidar la salud de la población. Vecinos, gremios y empresarios apoyan la iniciativa.
“Tigre es un distrito seguro y hoy la seguridad pasa por cuidar la salud, tenemos la experiencia para trabajar en el sistema sanitario y en la economía”, dijeron fuentes del entorno del intendente Julio Zamora.
La decisión se sostiene en los números que le habrían acercado algunos encuestadores: el 76% de los vecinos de Tigre siente que el impacto negativo en su economía es muy alto/alto, mientras que el 85% opina que hay posibilidad de permitir actividades al menos de forma gradual.
El protocolo en el que trabaja un equipo de profesionales de los equipos de Salud y Seguridad -con el visto bueno de sectores empresario y gremial, sobre todo de las empresas afincadas en el distrito- establece la reapertura gradual de la actividad de la industria naval y automotrices, con un control estricto de la circulación a través de las más de 2.000 cámaras con las que cuenta el distrito. La clave estaría en un sistema de control de ingresos y egresos a través de charters y mangas de desinfección, con un seguimiento 1 a 1 de las condiciones de cada trabajador.
La gestión de Zamora goza de una imagen positiva del 84 por ciento. En parte, por la rapidez de reflejos que tuvo desde que se desató la crisis por el coronavirus. Entre las medidas con las que primereó, se cuentan los controles de temperatura y desinfección de vehículos en los ingresos al distrito, habilitación de más de 1200 camas para la atención exclusiva de pacientes con Covid-19 y la habilitación del Hospital de Benavidez como el primero especializado en el virus. La flexibilización de la cuarentena sería el próximo gran paso.
Salud & Economía, las principales preocupaciones. Comienza a acercarse la brecha en relación a la tensión entre la necesidad de cuidar la salud y salvaguardar la economía.
Pega directo en los bolsillos. A pesar del amplio consenso con la cuarentena, el 76% siente que el impacto negativo en su economía es muy alto/alto.
Luz verde a la apertura gradual. 85% de los tigrenses encuestados siente que hay posibilidad de permitir actividades, de los cuales el 61% pide apertura gradual.
El trabajo temprano del equipo de Zamora con la obligatoriedad de tapabocas, los controles de temperatura y desinfección de autos en los accesos y el acondicionamiento del Hospital de Benavidez más las 1200 camas del Centro de aislamiento le dieron tranquilidad a la gente.