Mientras atiende la crisis económica generada por el coronavirus, Alberto Fernández apuesta al diálogo internacional con los líderes de los países europeos a los que visitó en febrero para buscar un desahogo financiero para la Argentina, que a principios de mayo deberá enfrentar vencimientos por 2.100 millones de dólares con el Club de París.
La deuda con este grupo de países aglomerados en el club es el tema que más preocupa en lo inmediato al Presidente y a su equipo económico, y fue central en la conversación que el mandatario mantuvo este miércoles con la canciller alemana, Angela Merkel. Diez días atrás, había hecho lo propio con el presidente de Francia, Emmanuel Macron.
Fernández tiene buena relación con ambos, a los que conoció personalmente a principios de febrero, apenas desembarcó en la Casa Rosada. Aquella primera gira tuvo como objetivo conseguir principalmente el apoyo de los países europeos para las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero la postergación de la deuda con el Club de París siempre estuvo en el tintero.
A mediados de abril, el Gobierno argentino giró un documento a la Comisión Nacional de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) en el que se confirmó la decisión. En el texto, se consignó que el ministro de Economía, Martín Guzmán, le envió una carta al Club de París el 13 de marzo “expresando la decisión de la República de posponer hasta el 5 de mayo de 2021 el vencimiento del próximo 5 de mayo de 2020, de acuerdo con los términos que la República alcanzó con los miembros del Club de París el 29 de mayo de 2014”.
Con el vencimiento cerca, Fernández activó nuevamente el diálogo formal con los líderes europeos, que yo lo apoyaron ante el FMI. El 18 de abril mantuvo una comunicación con Macron desde la Quinta de Olivos, a la que se sumó el llamado a Merkel, este miércoles. Al francés, le agradeció "el acompañamiento de Francia a la propuesta argentina ante el FMI y en el Club de París". A la alemana, "le solicitó ayuda en las negociaciones", según dijeron fuentes de Presidencia. A los dos les remarcó la dura combinación de cuarentena y endeudamiento.
Las conversaciones estuvieron obviamente cruzadas por la crisis que el coronavirus generó a nivel global. Los mandatarios comparten en cierta medida la visión sobre la forma de enfrentar la pandemia y se diferencian de otros líderes que eligieron minimizar el tema, con resultados catastróficos a la vista, como Donald Trump, entre las potencias, y Jair Bolsonaro, en América Latina. Merkel es, sin dudas, la gran ganadora política de la pandemia, a juzgar por los números de infectados y muertos en su país. A los datos duros y el análisis político sobre el impacto global en la economía, sumaron agradecimientos mutuos por la colaboración en la repatriación de ciudadanos.
En la Casa Rosada valoran de forma muy positiva el diálogo que las potencias muestran con Argentina, tanto a nivel bilateral como en foros internacionales. A mediados de abril, el canciller Felipe Solá participó de una reunión virtual de 24 ministros de relaciones exteriores, convocados por la llamada alianza para el multilateralismo, que impulsan principalmente Francia y Alemania. Por el continente americano estuvieron Argentina, Chile, Perú, Costa Rica y Canadá. Solá tendrá este jueves una reunión bilateral con su par francés, Jean-Yves Le Drian, con el COVID-19 como tema central. Los temas económicos y de deuda se mantienen en la órbita presidencial y de Guzmán, en conversación permanente con sus pares europeos y con Fernández.
Al filo del vencimiento, el Presidente intenta explotar al máximo la buena sintonía que generó con los líderes europeos durante su gira inaugural. Con Macron, el vínculo se dio de forma espontánea. Ante Merkel, ya había intercedido por Fernández otro líder argentino pero con llegada mundial, el papa Francisco. "Me habló muy bien de usted un amigo en común", dijo cuando lo recibió la alemana, carta importante en las negociaciones con el FMI y ahora nuevamente clave ante el Club de Paris.