Entrevista | Javier Osuna

“En este contexto, en Aubasa tenemos que revisar cualquier erogación de obra”

El titular de Autopistas de Buenos Aires analiza al impacto de la crisis en la empresa estatal. La herencia Vidal y el presente con recaudación cero. Expandirse a nuevas concesiones, el objetivo.

A pesar de heredar una gran cantidad de obras paralizadas y transitar un presente de recaudación cero por la excepcionalidad de la emergencia sanitaria por coronavirus, Javier Osuna no se queja. Conocedor de las peripecias recaudatorias de un municipio como intendente de Las Heras (donde fue reelecto el año pasado), el titular de Autopistas de Buenos Aires S.A. (Aubasa) remarca que esta empresa del Estado bonaerense “no tiene ningún motivo para estar en una crisis financiera” por tener la posibilidad de cobrar en el acto en efectivo o mediante telepase.

 

“Acá tenés una evasión promedio del 5% y en un municipio, del 50%. Entonces, en una empresa como ésta la obra que empieza la tiene que terminar”, enfatiza en diálogo con Letra P para radicar aquí el cuestionamiento a la pasada gestión de Cambiemos. Aunque admitió que la actual crisis generó “muchísimo impacto” en una empresa que ya venía con las tarifas congeladas y lleva varios días con las barreras levantadas en sus peajes, Osuna apuesta no solo por un futuro superavitario de Aubasa, sino por la expansión hacia la concesión de nuevas trazas viales en la provincia.

 

“Cada día que pasa, tenemos un poquito menos de oxígeno en el tanque”, afirma el dirigente del Frente Renovador al dar cuenta del mantenimiento de los servicios de Aubasa sin recaudar, pero recalca que esa complejidad no es la prioritaria en la coyuntura de emergencia, por lo que descarta “por ahora” pedir asistencia: “Este no es momento para sacar una ventaja individual, tenemos que ser muy solidarios, hoy es un pecado imperdonable exagerar cualquier situación, porque el esfuerzo que está haciendo el gobernador y el presidente es extraordinario. Celebro que los recursos de la Provincia y de la Nación estén colocados en priorizar los insumos e infraestructura sanitaria, equipamiento y personal de salud. Cuando se vaya acabando la oxigenación financiera que tenemos, vamos a ser bien escuchados si hoy somos sinceros a la hora del encuadre”.

 

-¿De qué forma repercute este escenario en la planificación de obras previstas?

 

-Estamos en obra en la ruta 2, en la 63, en Autopista Buenos Aires - La Plata, en la rotonda de City Bell, independientemente de obras de poca inversión como bacheo. Ni bien empecé en Aubasa mi idea fue continuar con todas las obras que estaban encaminadas. Pero en este contexto en el que nos debatimos entre la vida y la muerte no puedo comprometerme a hacer una obra puntual porque cualquier erogación de obra la tenemos que revisar, no sólo por Aubasa, sino por la empresa que oportunamente ganó la licitación. Esto nos va a poner de cara a una ronda inevitable de conversaciones con las empresas que estaban trabajando, hay que volver a revisar todo. Lo que no tenemos que hacer es que Aubasa pierda el valor de la palabra por comprometernos en una obra que no podemos pagar. En todo caso, hay un contexto en el que se va a entender que si hay una obra que tiene que ser postergada por algunos meses, no es tan grave si estamos atendiendo la urgencia.  

 

“De nada sirve tener esta empresa funcionando si a fin de año tenemos que pedirle plata prestada al Estado. Tiene que ser autosuficiente desde el punto de vista económico.”

-¿Impactará el contexto actual a la hora de revisar el cuadro tarifario?

 

-Hay dos caminos por recorrer. Por un lado, ir ganando más tecnología, automatización, sin que eso signifique la pérdida de un solo puesto de empleo. Evitar el uso de efectivo es un camino que tenemos que recorrer, pero eso no lo podemos hacer poniendo trabajadores en la calle. En lo tarifario, vamos a ir haciendo ensayos de distintas propuestas pero seguramente el gobernador evaluará que la tarifa sea la mínima posible, que nos garantice un funcionamiento de la empresa y un cuidado para el bolsillo del bonaerense. Pasa que hoy hablar de lo que va a pasar en los próximos seis meses, cuando estamos recorriendo los inicios de una pandemia, es muy difícil de establecer.
 

 


-¿Cómo imagina la operatividad en un futuro próximo?

 

-Vamos a estar operativos de vuelta en un futuro, no para cobrarle al médico que se traslada, porque va a estar exento, pero hay gente que está en una actividad comercial habilitada que está utilizando nuestros servicios. Entiendo que cobrándole a ellos que están en una actividad comercial podemos sostener los servicios que son indispensables prestar.

 

“El peor mensaje que puede dar una empresa es que empiece una obra y no se termine, eso pasó en Aubasa y no va a volver a pasar.”

-¿Qué situación heredaron de la gestión Vidal?

 

-Cuando llegamos estaban prácticamente interrumpidas todas las obras. Empezábamos a hacer todo un estudio de lo recibido, pero hace 40 días que es muy difícil ocuparse de eso. Antes del 30 de junio vamos a poder dar un diagnóstico preciso de lo que se recibió. Pero el peor mensaje que puede dar una empresa es que empiece una obra y no se termine, eso pasó en Aubasa y no va a volver a pasar, la obra que se empieza se va a terminar mientras sea presidente.

 

-¿A qué modelo de empresa estatal aspira?

 

-El concepto de creación de esta empresa no solo tiene que ver con prestar un servicio, sino con ser una herramienta para hacer obras e inversiones que, a veces, la Provincia, por su propia dinámica económica, no lo puede afrontar a través de Vialidad. De nada sirve tener esta empresa funcionando si a fin de año tenemos que pedirle plata prestada al Estado. Tiene que ser autosuficiente desde el punto de vista económico, bien prolija desde lo financiero y, aparte, fortalecerla en el tiempo, soñar esta empresa más grande en el futuro.
 

 


-¿Tiene como objetivo expandir Aubasa a otras trazas viales?

 

-Todo lo que sea una herramienta para ayudar al Gobierno hay que soñarlo, ¿por qué no? ¿Por qué conformarnos con estas trazas si somos eficientes? Las soluciones pueden venir por ahí, es el gran objetivo. Quienes me conocen, saben que no vengo a sacarme una foto en el cargo, sino a hacer una gestión como hicimos en Las Heras, donde en cuatro años pudimos sanear la economía y hacer obras importantes. Sueño con un edificio propio de oficinas, que la empresa no tenga ningún stress financiero, mantener los recursos y las condiciones laborales que tienen los trabajadores y, también, levantar la mano y decir que me animo a la hora de arreglar una ruta nueva que no esté hoy en las concesiones. Pero para eso tenemos que estar en condiciones de hacerlo.

 

“Siempre defiendo las empresas públicas por sobre las privadas a la hora de las concesiones viales porque lo que sobra de acá no sale del país, se invierte.”

-Para eso también hay que tarifar las rutas con peajes nuevos, cuando entidades de usuarios viales se resisten…

 

-El peor impuesto es el que no vuelve. Ahora, si tenés una autopista como la nuestra, que funciona absolutamente todo, que tiene servicios distintivos, la calidad, cómo tiene a sus empleados, uno paga con gusto el peaje. Esto no tiene que decaer, se tiene que mantener. No es el caso del presente, pero si algún día Aubasa es superavitaria, ese superávit vuelve en obras para la Provincia. Siempre defiendo a las empresas públicas por sobre las privadas a la hora de las concesiones viales porque lo que sobra de acá no sale del país, se invierte. Tenemos que pelear para que todas las concesiones viales tengan una composición como la de Aubasa, una empresa estatal con una mirada moderna que puede dar un servicio igual al de una concesionaria privada.

 

Las rutas argentinas de Javier Milei
Massa y el presidente del Frente Renovador, Diego Giuliano. 

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