Buenos Aires

Presupuesto: cargos, Procuración y después

Sigue la rosca legislativa. En medio de frenéticas negociaciones, JxC insiste con los puestos en organismos de control. El FdT recuerda el caso Conte Grand.

El oficialismo y la oposición transitan horas claves en torno a la discusión por el proyecto de Presupuesto 2021 del Ejecutivo. El tratamiento previsto para la sesión de este jueves en Diputados finalmente se dilató hasta el próximo martes y obligó a bajar la convocatoria en el Senado. De todos modos, en medio de frenéticas negociaciones y sobre un principio de acuerdo respecto a los fondos que serían destinados a los municipios, Juntos por el Cambio (JxC) volvió a poner sobre la mesa la discusión por los cargos en empresas y organismos del Estado que, insiste, le corresponden. En ese marco, en las últimas horas, el oficialismo habría sumado a la negociación la silla que representa una espina en el corazón del gobierno de Axel Kicillof: la que tiene como dueño a Julio Conte Grand, la Procuración.

 

Como publicó Letra P, y tal como pretendía la oposición, el gobernador habilitó un fondo especial destinado a los intendentes que no se contempla en el texto original de la iniciativa. Sin embargo, por estas horas la diferencia pasa por el monto que tendrá ese fondo y si será exclusivamente para infraestructura o no, algo que si bien continúa en discusión habría encontrado entre las partes un punto de acuerdo para avanzar en su aprobación. Sucede que, en paralelo, la oposición insiste con una serie de cargos que pretende ocupar, con la novedad de lugares en la Corte de Justicia bonaerense, mientras que el oficialismo recuerda sus intenciones de desplazar al procurador. 

 

Aunque en Calle 6 confiaron a este medio que son negociaciones separadas, apuntaron contra el partido amarillo por el sillón de Conte Grand. “Se habían comprometido con que iba a dejar su cargo y eso aún no sucedió”, apuntó un funcionario provincial de primera línea, una declaración que toma contexto con las distintas denuncias públicas que lanzaron desde el gobierno. A mediados de este año, la propia ministra de Gobierno, Teresa García, llamó a Conte Grand a “tener una actitud democrática y renunciar”.

 

Juntos por el Cambio resiste el pedido de renuncia y lo blinda con la mayoría que detenta en el Senado con sus 26 bancas. “El cargo del procurador no se negocia”, dijo a Letra P un hombre de extrema confianza de la exmandataria María Eugenia Vidal, al tiempo que confirmó que no sólo pretenden lugares en organismos de control sino, también, ser parte de la discusión en torno a los lugares vacantes en la Suprema Corte. Uno de ellos, abierto con la muerte de Héctor Negri; el otro, por la jubilación prevista para Eduardo de Lázzari en marzo próximo. De momento, el organismo tiene seis integrantes: Hilda Kogan, Julio Pettigiani, Daniel Soria, Luis Genoud y Sergio Torres, quien asumió recientemente, además de De Lázzari. 

 

Ante esto, en el PRO manejan variables que, aunque poco probables, son parte de los deseos de la mesa chica amarilla: quedarse con uno de los lugares en el máximo tribunal y usar el otro como moneda de cambio, habilitando el pase de los candidatos oficialistas para completar la nómina en la Corte si el oficialismo desiste de sus intenciones de remover a Conte Grand. 

 

Además, el vidalismo quiere retomar una histórica tradición no escrita en la provincia de Buenos Aires. Se trata de un pacto tácito por el cual los organismos de control y empresas en la que el Estado tiene incidencia deben contener espacios para la oposición. Esta costumbre, respetada por buena parte de los gobiernos desde el regreso de la democracia, y que entró en crisis durante el mandato de la propia Vidal, pretende continuarse en beneficios de Juntos por el Cambio.

 

Se trata de sillas en el directorio del Banco Provincia, en Autopistas de Buenos Aires (AUBASA), en el Instituto de Previsión Social (IPS), en el Organismo de Control de Energía Eléctrica de la Provincia de Buenos Aires (OCEBA), la Defensoría del Pueblo bonaerense, y un puñado más de lugares estratégicos que suelen servir no sólo control sino de caja política.

 

En el centro, Gildo Insfrán, presidente del Congreso del PJ, ladeado por Axel Kicillof, Lucía Corpacci y Juan Manzur. 
El Conicet, blanco de la motosierra libertaria.

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