Elecciones 2021

Todo mal en el peronismo de Chivilcoy

Arde la interna en ese bastión de la Cuarta. Ruptura de bloque, renuncia del titular del PJ y denuncia de “golpe” a la presidencia del Concejo. Rosca a pleno.

Desde el lunes 26 de octubre por la mañana, cuando ingresó al Concejo Deliberante de Chivilcoy la nota confeccionada la tarde anterior por los concejales Fernando Laurito y Claudia Bogliolo anunciando su separación del bloque del Frente de Todos (FdT), se produjo un estadillo acompañado por una seguidilla de episodios que solo ayudaron a divisar que a la interna peronista dentro de este bastión de la Cuarta sección electoral bonaerense solo le faltaba un empujón, un pasaje al acto para que quedaran en evidencia tensiones de larga data que no lograron zanjarse con la unidad de 2019, y que abren interrogantes de cara a la construcción para 2021 y 2023.

 

Dos polos pujan por el control del peronismo chivilcoyano. Por un lado, el ala más tradicional de la estructura partidaria, con un fuerte predominio randazzista; por el otro, el camporismo que encabezó la última propuesta local del FdT, de la mano de la actual concejala y titular regional de Anses, Constanza “Coty” Alonso.

 

En el rincón recién escindido -de ascendencia randazzista- ponderan la “contribución” que el exministro de Transporte hizo a la última campaña local “poniendo el cuerpo” y, aunque siguen apostando a un armado en unidad, señalan la manera “inconsulta” de La Cámpora para trazar la hoja de ruta del espacio y la redacción de los proyectos de la bancada. Fuentes consultadas por Letra P afirman que esos planteos fueron hechos previo al portazo y que no fueron escuchados.

 

Tras la decisión, persistieron los cortocircuitos. Primero, con la renuncia del titular del PJ local y uno de los impulsores de la unidad el año pasado, el exintendente Dario Speranza, quien argumentó que no solo no fue consultado por los ediles que se fueron sino que, además, no está de acuerdo “con las formas y las consecuencias que tales prácticas políticas traen aparejadas y el significado que tienen para el conjunto del peronismo”.

 

El ala camporista busca evitar avivar confrontaciones públicas y se centra en las acciones en territorio. Pero no duda en asociar la movida al exjefe comunal Ariel Franetovich, dirigente alineado a Florencio Randazzo que ya ha lanzado dardos hacia “La Orga”, a la par del clamor por una vuelta a la escena nacional del exministro.

 

En el pago chico descartan que Franetovich busca retomar protagonismo local y lo señalan como origen de la ebullición interna actual. Cerca de los concejales que se alejaron aseguran que nada tiene que ver eso en la decisión de romper el bloque e insisten en la necesidad de una futura de unidad. “Las divisiones no favorecen”, deslizan, aunque aclaran que, en caso de no existir entendimiento, se inclinarán por Franetovich.

 

Semanas después de la fractura, el efecto dominó siguió con el cambio de autoridades en el deliberativo. Tanto los ediles escindidos -que formaron el bloque PJ Todos-, como la concejal de PJ Parte, Patricia Mangino, la bancada de Consenso y la edila de JxC Lourdes Zaccardi, solicitaron una sesión especial para modificar el comando del Cuerpo, hasta entonces presidido por la concejala del FdT Carla Tomasini. Del río revuelto del peronismo sacó ganancia el oficialismo municipal, que se quedó con la presidencia del Concejo, de la mano de Lucas Burgos.

 

Fuentes de la bancada del FdT etiquetaron la maniobra de “golpe a la presidencia del Concejo” que “evidencia un acuerdo político entre un intendente y un exintendente y explica el verdadero motivo de la ruptura del Bloque del Frente de Todos: buscar horadar un proceso de renovación peronista que con trabajo, empatía y presencia ha logrado ocupar un lugar indiscutido en Chivilcoy”.
 

 

Mientras tanto, las divisiones también se reflejaron en la calle días atrás, durante la celebración del día de la militancia (27 de noviembre), cuando los sectores en pugna se manifestaron en caravanas diferentes.

 

Cerca de Bogliolo y Laurito recalcan que “de ninguna manera” se fueron “a la vereda de enfrente”, a la vez que descartaron acuerdo alguno con el intendente Guillermo Britos (Consenso), en tiempos donde el cambio de autoridades en beneficio del oficialismo municipal levantó suspicacias en algunos rincones de la política doméstica.

 

En esa línea, desde el rincón recién escindido resaltaron a Letra P que la campaña 2019 se pusieron a disposición de la candidatura de Alonso y que, en efecto, el otrora ministro de Transporte de CFK estuvo presente en el distrito junto con Alberto Fernández en el acto de cierre de campaña en el Club Colón, además de recorrer los barrios “como uno más”.

 

Aunque se perdió, afirman que, de no haber existido el respaldo randazzista, la derrota de Alonso hubiera sido más dura. Pero, amén de todo eso, acusan al camporismo de no hacerles un lugar en la construcción futura y de pretender imponer a Alonso, nuevamente, como candidata a la intendencia en 2023. “Es legítima toda aspiración, pero todo gira en función de eso”, acusan en el ala que tomó distancia para advertir a los recientes colegas de bancada: “Si te querés proyectar hacia 2023, no podés tirar a nadie por la ventana”.

 

En tanto, en el peronismo chivilcoyano persisten las dudas sobre los futuros movimientos de Britos, al cual lo colocan “siempre cerca de los oficialismos”. Tras aludir a los amagues de paso al vidalismo vía De la Torre y Ritondo, ahora mencionan que la sintonía con el massismo (donde reportó) y amistades como con Daniel Arroyo podrían desembocar en una definición política. De paso, en Chivilcoy se remarca que el hermano del intendente y actual diputado bonaerense, Fabio Britos, “es peronista y es afiliado”. “El futuro es muy incierto”, concluyen en medio de fracturas intestinas que solo dejan conclusiones presentes: “Ahora, está todo mal”.

 

En el centro, Gildo Insfrán, presidente del Congreso del PJ, ladeado por Axel Kicillof, Lucía Corpacci y Juan Manzur. 
El Conicet, blanco de la motosierra libertaria.

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