A menos de un año del golpe de Estado contra Evo Morales, su partido, el Movimiento Al Socialismo (MAS), consiguió el domingo último, en base a resultados extraoficiales reconocidos por las partes, una victoria en primera vuelta con el 52% de los votos y gobernará Bolivia hasta 2025. En diálogo con Letra P, el último canciller de Morales, Diego Pary, aseguró que el triunfo de Luis Arce “es una reacción a todo el desgobierno” generado por la administración de facto, protagonizada por un “pueblo que quiere certeza, seguridad y estabilidad”.
En la entrevista, Pary, quien llegó a la Argentina junto a Morales en 2019 pero ya regresó a Bolivia, destacó el rol de Alberto Fernández durante el golpe de Estado porque permitió “preservar la vida de las exautoridades” y afirmó que se “reimpulsará” la relación bilateral. Además, aseguró que las prioridades del futuro gobierno de su país serán alcanzar la unidad de la sociedad, hoy fuertemente polarizada, y resolver la crisis económica, sanitaria y educativa. De cara al futuro, anticipó que Morales “estará trabajando más allá de la gestión de gobierno” y que “su contribución será la de rearticular y fortalecer el partido”.
BIO. 42 años. Potosino. Dirigente quechua. Entre 2011 y 2018, fue embajador en la OEA y de 2018 a 2019, último canciller del gobierno de Evo Morales. Por su importancia en la interna partidaria, en su momento se barajó su nombre para el binomio presidencial. El domingo, festejó la victoria electoral junto a la fórmula ganadora en La Paz.
–¿Qué balance hace de esta victoria?
–Es muy positivo. Es una muestra de que el pueblo boliviano reivindica su democracia y la fortaleza del proceso de transformación que ha atravesado el país. Lo importante es que el pueblo quiere estabilidad y democracia. Es un apoyo de certeza y confianza.
–¿Cuáles fueron las claves de la victoria, producida apenas un año después del golpe de Estado?
–Primero, el hecho de que el pueblo ha desbaratado cualquier anuncio que se había hecho sobre un posible fraude en 2019. ACon su voto, ha dicho que no hubo fraude. El segundo es el desastre económico que hemos tenido durante los últimos diez meses. La gente ha sufrido y tiene hambre. Es una reacción a todo el desgobierno de estos meses. El pueblo quiere certeza, seguridad y estabilidad económica, social y política.
–¿Cuáles serán los desafíos de Luis Arce en el poder?
–El presidente electo ha llamado a la unidad y al reencuentro. Ese es uno. Por otra parte, el tema económico es el central. Requiere atención urgente porque la crisis es profunda. Tenemos la ventaja de tener al mejor economista de Latinoamérica (Arce) y esa experiencia va a permitir una rápida recuperación. Tenemos que reimpulsar la pequeña y mediana empresa, la producción agrícola y dinamizar la economía interna. Vamos a tener que seguir trabajando en la salud porque la pandemia no está resuelta. Habrá que tomar acciones y decisiones urgentes para que la gente no se siga enfermando y muriendo. La educación no queda al margen. En Bolivia se clausuró el año escolar, algo inédito que ha generado que los jóvenes estén en sus casas y no formándose.
–¿Hace alguna autocrítica de la gestión pasada en el inicio de esta etapa?
–El pueblo es el que mejor puede valorar cómo ha sido la experiencia de 14 años de gobierno. Estos meses han servido para visualizar cómo es un gobierno golpista. Posiblemente hemos cometido errores, obviamente, somos seres humanos. Se los identificará, se mejorará y ajustarán algunos temas como parte de la evaluación y la respuesta política que tenemos que darle a nuestro pueblo.
–¿Qué rol ocupará Evo Morales?
–Tiene una amplia experiencia en la gestión pública, sin embargo estará más dedicado a reorganizar el partido, a fortalecer las bases sociales del MAS y estará trabajando fundamentalmente con las organizaciones sociales más allá de la gestión de gobierno que asume directamente Luis Arce.
–¿No cree que ocupe un cargo público?
–Es el mejor presidente de la historia de Bolivia, un estadista. Creo que lo que se va a hacer es preservar este nivel que tiene como expresidente. Fundamentalmente su contribución será la de rearticular y fortalecer al partido.
–Como excanciller, ¿cómo evalúa la región a la que llega Luis Arce?
–Es una América Latina en la que la integración prácticamente está estancada y los organismos regionales prácticamente han sido paralizados por diferentes intereses políticos. Es tiempo de reimpulsar la CELAC, de repensar UNASUR y como Bolivia vamos a asumir ese reto. Vamos a trabajar junto a los países hermanos para hacer que la integración sea un mecanismo de colaboración, de cooperación, de solidaridad y de complementariedad entre los países de América Latina y el Caribe. Hoy más que nunca, con las crisis múltiples, se hace necesaria la integración y la cooperación.
–¿Qué rol tuvo la Argentina en este proceso que ha vivido Bolivia?
–Los países amigos, como Argentina, México y otros, ayudaron a que en el momento de crisis, cuando se dio la persecución contra los líderes del partido, se redujera el impacto y la persecución al haber acogido a varios de nuestros compañeros. Ayudaron a preservar la vida, la salud y la integridad física de las exautoridades.
–Algunos ven en la victoria del MAS un nuevo componente en el sector de países progresistas de la región. ¿Cuáles serán los tópicos de esa vinculación?
-Lamentablemente la política exterior boliviana fue cooptada por la visión hegemónica de las relaciones internacionales focalizada hacia los Estados Unidos. Lo primero que tiene que hacer el gobierno es establecer amplias relaciones con todos los países del mundo, reincorporarse a todos los organismos internacionales y de esa manera fortalecer el relacionamiento de Bolivia. Somos un país que en el último tiempo ha ganado un importante protagonismo internacional, pero lamentablemente el golpe de Estado ha hecho que se pierda la confianza de la comunidad internacional. Es tiempo de recuperarla. Las relaciones se reimpulsarán con muchos países, como Argentina, México, España y aquellos con las que se ha roto, como Cuba.