A la espera de los resultados finales del cómputo oficial y en base a resultados extraoficiales de la consultora Ciesmori, el candidato del Movimiento Al Socialismo (MAS), Luis Arce Catacora, ganó en primera vuelta las elecciones nacionales con el 52,4% de los votos y el expresidente y candidato por Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, obtuvo el segundo lugar, con el 31,6%. De esta manera, en las urnas, el partido del expresidente Evo Morales vuelve al poder hasta 2025 y recupera la democracia luego del golpe de Estado que el año pasado lo sacó del gobierno e interrumpió el orden institucional en el país andino.
La noche fue larga y tensa, como se esperaba. No hubo resultados oficiales preliminares porque el sábado a la noche el sistema encargado de su difusión, el Direpre, fue suspendido por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) ante las denuncias hechas por el MAS y distintos veedores internacionales. La falta de resultados generó momentos de ebullición de la tensión social, como algunos incidentes en Santa Cruz, grandes despliegues de la Policía y el Ejército en distintas ciudades y denuncias del MAS de un intento de las autoridades “ocultar” su victoria. Los primeros resultados no oficiales se publicaron a las 12 de la noche, con cuatro horas de demora y con apenas un 7,23% de las actas contabilizadas oficialmente.
En base a Ciesmori, el partido azul y negro de Evo Morales supera la barrera del 50% y llega al 52,4%. De esta manera, gana con una diferencia mayor a la anunciada por las encuestas, que anticipaban una victoria pero superando el 40% con una diferencia superior a los diez puntos con el segundo. En tercer lugar se ubica el candidato de Creemos, Luis Fernando “el Macho” Camacho, con el 14,1%; cuarto, el pastor evangélico Chi Hyun Chung y quinto, el minero Feliciano Mamani, con el 0,4%. Estos números le brindan al MAS una victoria más contundente, neutralizan las denuncias de fraude, que hubieram crecido ante un escenario ajustado, y descomprimen una situación que amenazaba con estallar nuevamente.
En su primer discurso como presidente electo, Arce aseguró desde su sede de campaña que Bolivia recuperó “la democracia, la esperanza y la certidumbre” y prometió “gobernar para todos los bolivianos”. “Vamos a construir un gobierno de unidad nacional. Vamos a construir la unidad de nuestro país”, aseguró y agregó: “Vamos a trabajar y a reconstruir el proceso de cambio sin odio, aprendiendo y superando nuestros errores”.
Por su parte, la presidenta de facto, Jeanine Añez, rápidamente reconoció la victoria del MAS a través de las redes sociales: “Felicito a los ganadores y les pido gobernar pensando en Bolivia y en la democracia”, publicó en Twitter. Lo mismo hizo el Ministro de Gobierno, uno de los hombres más duros del gabinete, Arturo Murillo. “Siempre respetaré la democracia, gusten o no los resultados, las urnas son las que hablan”, publicó. El expresidente y uno de los candidatos que se bajó de la contienda para no diluir el voto opositor al MAS, Jorge “Tuto” Quiroga, también reconoció la victoria de Arce. “Más allá de mis enormes diferencias, como demócrata, los felicito y les deseo éxito”, aseguró. Al cierre de esta nota, todavía no se habían expresado públicamente ni Mesa ni Camacho.
Los números preliminares muestran un escenario similar al de 2005, cuando Morales ganó por primera vez las elecciones con el 53% de los votos. El resultado final determinará la composición final de la Asamblea Legislativa Plurinacional, pero los números de Ciesmori muestran que el MAS mantendría la mayoría absoluta (50+1) en ambas cámaras, aunque perdería la mayoría de dos tercoios que ostentó en los últimos dos mandatos. Asimismo, según una predicción, el MAS obtendría 19 bancas en el Senado, Comunidad Ciudadana 13 y Creemos, la fuerza de Camacho, ingresaría en la cámara alta con cuatro asientos. De esta manera, Arce deberá enfrentar el desafío de alcanzar alianzas en el Poder Legislativo con fuerzas opositoras con las que tiene pocos puntos de contacto.
Los números de Ciesmori también confirman la distribución geográfica histórica del voto masista. Arce ganaría con contundencia en el Occidente del país al llegar al 65% en La Paz, el 62% en Oruro, el 63% en Cochabamba y el 51% en Potosí y al mantener Pando con el 45%. Por su parte, Mesa no lograría fortalecerse en el Oriente, históricamente opositor al MAS. El candidato naranja solo se impondría en Chuquisaca, con el 52,4%; Tarija, con el 51%, y Beni, con el 41%. Como se esperaba, Camacho ganaría en la estratégica Santa Cruz, de donde es oriundo, con el 45%, pero el segundo puesto lo obtendría el MAS, con el 35%, al relegar a Mesa al tercer puesto, con el 18%. Esto evidenciaría la división de la derecha, que no logró concretar el “voto útil” para llegar a ballotage.
Los casi 20 puntos de diferencia que obtendría Arce y el rápido reconocimiento de distintos sectores opositores son dos señales que allanan el camino para una transición pacífica del poder y para que el MAS vuelva al Palacio Quemado y gobierne de forma democrática hasta 2025. El delfín de Morales deberá administrar un país polarizado política y socialmente y con una economía golpeada por la pandemia de Covid-19, que provocó una caída del 11,11% en el segundo trimestre. Los retos serán muchos y la necesidad de alcanzar acuerdos para superar la crisis de forma conjunta será imperiosa.
A la espera del recuento final, que podría llegar este lunes a la noche o el martes a la mañana, Bolivia se encamina nuevamente hacia la democracia y a una nueva victoria del MAS. Vendrán nuevos y duros retos, pero todo hace indicar que nuevamente, después de casi un año, se resolverán en un entorno democrático recreado a instancias de la voluntad popular.