Empoderado por el presidente Alberto Fernández, el gobernador Jorge Capitanich trabaja en la arquitectura de la institucionalización del Frente de Todos para que la alianza electoral se transforme en una coalición permanente de centroizquierda que contenga a todos los sectores, con el Partido Justicialista (PJ), que el chaqueño aspira a liderar, como columna vertebral.
"El Frente de Todos es una nueva fuerza política y yo quiero que tenga su propia vida institucional", confirmó el Presidente este lunes, en diálogo con C5N. Durante la campaña presidencial, Fernández ya había manifestado en varias oportunidades su voluntad de que la alianza electoral se convirtiera en una estructura permanente, al estilo del Frente Amplio uruguayo.
Si bien el objetivo no es prioritario en medio de la crisis económica, la tarea se puso en marcha apenas el nuevo gobierno desembarcó en la Casa Rosada. El Presidente le encomendó el trabajo al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, que abrió el diálogo con los gobernadores, los más reticentes a ceder el protagonismo del PJ en pos de una nueva construcción. Fernández y Cafiero encontraron, entonces, un aliado para el trabajo: el gobernador de Chaco.
Hace tiempo que Capitanich insiste en que la vida política ya no se organiza alrededor de los partidos políticos sino en función de coaliciones de centroderecha y de centroizquierda. "Hay un sesgo en la administración vinculado a la centroderecha de base neoliberal conservadora. Y que, frente a eso, surge la necesidad de reorganización de una centroizquierda de base progresista y popular, que debe hacer nuestro espacio", le decía a Letra P en 2017, mientras el peronismo discutía su reorganización.
En sintonía con esa idea, Fernández puso a Capitanich al frente de las negociaciones para el armado. Chaco fue la primera provincia que el Presidente visitó desde el 10 de diciembre. El gobernador estuvo el lunes en Casa Rosada trabajando el tema junto al ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, y el intendente de Zárate, Osvaldo Caffaro, de origen socialista.
El trabajo es "incipiente". Hasta el momento, los titulares de los 16 partidos que formaron parte del Frente de Todos no recibieron ninguna convocatoria de reunión. La alianza que llevó a Fernández y a Cristina Fernández de Kirchner a la Rosada estuvo conformada por el PJ, el Frente Renovador, Kolina, el Partido de la Victoria, Nuevo Encuentro, el Frente Grande, Compromiso Federal, el Movimiento Yrigoyenista, el Partido Intransigente, el Partido del trabajo y del Pueblo, el Partido Comunista, Unidad Popular, el Partido Solidario, el Movimiento Proyecto Sur, Somos y FORJA. En ese esquema, resulta obviamente primordial la posición del PJ, socio mayoritario y el menos entusiasmado con el proyecto.
"No van a querer quedar subsumidos en otra estructura. Esto ya pasó mil veces", opinó un dirigente que formó parte de la conformación del Frente para la Victoria. "Es complejo, pero no hay nadie que hoy no vea el valor de la unidad y que fue la unidad lo que nos llevó al triunfo", dice el referente de otro de los partidos que conforman el Frente de Todos.
El peronismo, mientras, se prepara para deliberar. En el partido señalan que la voluntad de Fernández de institucionalizar el Frente de Todos "es natural" y está en línea con la necesidad de mantener a todos los espacios dentro de la misma estructura y consolidar su liderazgo. "Tanto Alberto como Cristina hablaron de la necesidad de fortalecer la unidad de este nuevo espacio. Hay que hacerlo", apuntó un socio de la alianza.
La estructura podría asemejarse al funcionamiento que tuvo la mesa nacional de Cambiemos, donde convivieron el PRO, la UCR y la Coalición Cívica, que mantuvieron, cada uno por su parte, su vida institucional. En el PJ apuntan, además, que la Constitución reconoce como instituciones del sistema democrático "a los partidos políticos", que tienen capacidad de postular candidatos. El Frente tiene, entonces, capacidades limitadas.
La idea de Capitanich, el gobernador más cercano a Cristina, es que el Frente de Todos tenga órganos propios y refleje, en todo caso, la proporcionalidad de la representación de cada sector, con el PJ como columna vertebral y Sergio Massa como socio principal. "No es un partido nuevo", aclaran cerca del gobernador.
POR LA SILLA DE GIOJA. Para llegar a esa instancia, el chaqueño trabaja primero en otro objetivo. El mandato de José Luis Gioja al frente del PJ vence la primer semana de mayo. Antes, el partido deberá convocar a una reunión del Consejo Nacional, que a su vez llamará al Congreso Nacional para que discuta sobre las próximas autoridades. Gobernadores y dirigentes de la plana mayor del partido cruzaron llamados en diciembre, antes de Navidad, para avanzar en la organización.
El sanjuanino ya dejó trascender que le gustaría ser reelecto y tiene el apoyo de algunos referentes. "No hay razones para sacarlo a José Luis, fue el artífice todo el armado de unidad. Habría que reconocerle el trabajo que hizo", apunta un dirigente que tiene voz autorizada en el Consejo.
Pero algunos creen que es momento de renovar. Gioja siempre dijo que su sueño era ser titular del PJ cuando el peronismo sacara a Mauricio Macri de la Casa Rosada. Desde el partido, trabajó por ese objetivo y lo cumplió. Ahora volverá a ver su liderazgo en disputa, como a principios de 2016 cuando, en plena convulsión interna tras la derrota en las elecciones presidenciales, Capitanich asomaba como el candidato de Cristina y La Cámpora que quería enfrentar en internas al sector de los gobernadores. Aquella jugada no prosperó. Gioja se quedó con todo el apoyo de las provincias y acercó a algunos kirchneristas moderados, mientras Capitanich y La Cámpora dieron un paso al costado, sin ir a las urnas. La lista "de unidad" selló la conducción Gioja- Daniel Scioli, que vence en mayo. Ahora Capitanich, con título de gobernador, va por la revancha.