Lo que viene

Conte Grand planta un radical PRO en el Colegio de Magistrados bonaerense

Impulsa a Claudio Jesús Santagati para el órgano de conducción de la institución que nuclea a jueces, fiscales y camaristas del segundo Poder Judicial más grande de Sudamérica.

Con su futuro en ascuas tras la paliza que sufrió Cambiemos el 11 de agosto, el procurador general bonaerense, Julio Marcelo Conte Grand, apura el movimiento de fichas clave en el Poder Judicial. Entre otros espacios sobre los que trabaja, se recorta el Colegio de Magistrados, donde el funcionario vidalista cercano al Opus Dei intenta plantar a un radical PRO de su confianza. El marco es la elección de autoridades del segundo poder judicial más grande de América del Sur, comparable con el del extenso y populoso estado de San Pablo, Brasil.

 

Con fecha a definir, el Colegio de Magistrados debe renovar autoridades. Y, según pudo saber Letra P, el hombre de la gobernadora María Eugenia Vidal en la Justicia busca ubicar en ese espacio de toma de decisiones a Claudio Jesús Santagati. Es un espacio de poder clave. El Colegio tiene entre sus fines “la implementación de la carrera judicial, participando en los organismos creados o a crearse para la selección y designación de los profesionales que desempeñen o vayan a desempeñar funciones en el Poder Judicial, como también en Escuelas Judiciales o entes similares dedicados al perfeccionamiento de los integrantes del Poder Judicial”, según publica la entidad en su página oficial.

 


Claudio Jesús Santagati.

 

 

Santagati es doctor en Ciencias Jurídicas y se desempeña como defensor general adjunto en el departamento judicial de Lomas de Zamora. Además, es el titular de Unión de Magistrados y Funcionarios de esa región del conurbano compuesta por los distritos de Almirante Brown, Avellaneda, Esteban Echeverría, Ezeiza, Lanús y Lomas de Zamora. Desde ese espacio institucional construyó puentes con todos los intendentes de la zona, la mayoría de origen peronista.

 

El nexo entre el funcionario judicial y Conte Grand es el secretario de Política Criminal de la Procuración y titular de la Policía Judicial, Francisco Pont Vergés, uno de los comisionados de máxima confianza del jefe de los fiscales, al punto que es impulsado para ser juez de Casación bonaerense, tal como este medio anticipó en exclusivo y a modo de primicia antes que su pliego fuera enviado al Senado de la provincia de Buenos Aires.

 

 

 

 

En la actualidad, en Colegio de Magistrados de la provincia de Buenos Aires es presidido por el ahora camarista civil marplatense Rodrigo Hernán Cataldo, quien no puede ser reelecto en el cargo. Ante la apertura de la renovación para el principal sillón ya comenzó a pensarse la sucesión en la entidad que tiene “poder de fuego” a la hora de nombrar magistrados, y desde donde se tiene llegada a todos los fueros y funcionarios judiciales (jueces, fiscales, camaristas, defensores oficiales) que actúan en suelo bonaerense. Contar con lazos comunicantes entre la entidad y el poder político de turno resulta clave. Santagati es el candidato del vidalismo. Hoy se desempeña en el Colegio de Magistrados como integrante titular del Comité Ejecutivo de la entidad.

 

 

 

El candidato es usuario habitual de redes sociales. En Facebook se exhibe como dirigente de la magistratura. En Twitter le da paso a su faceta de funcionario judicial, mientras que en Instagram se muestra en familia compartiendo momentos deportivos en el club Pucará de Lomas de Zamora y en el estadio de Boca Juniors, su amor futbolístico. También publica fotos en defensa de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas y del ex presidente Raúl Alfonsín.

 

Entre sus contactos en redes sociales se encuentran el suspendido juez de Casación con juicio político en trámite Martín Ordoqui, el camarista penal Ricardo Maidana, el funcionario de la justicia Federal Laureano Durán y la diputada provincial por el radicalismo Sandra Paris.

 

 

 

La carrera por la sucesión del sillón que en la actualidad ocupa Cataldo ya está en marcha. Desde el oficialismo bonaerense pusieron en marcha sus mecanismos y engranajes para quedarse con una silla de peso en la entidad. Tal vez el vidalismo necesite un colchón judicial para amortiguar la caída y que un posible desfile de actuales funcionarios por los pasillos judiciales sea lo menos traumático posible.

 

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