A menos de dos semanas de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 11 de agosto, el dólar comienza a tomar temperatura y ya queda atrás la tendencia declinante que había mostrado desde mediados de marzo, en base a la política de altas tasas de interés del Banco Central, a la acumulación de reservas que permitieron generar los desembolsos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y al permiso de ese organismo a Guido Sandleris para que salga a apagar cualquier conato de incendio cambiario a discreción. Sobre el cierre, la divisa cotizó este jueves a $43,37 en el mercado mayorista, con un avance del 1,2% con respecto al miércoles y del 2,2% en lo que va del mes.
El billete estadounidense comenzó a repuntar el 12 de julio, día en el que cerró a $41,50, su mínimo nivel desde el 15 de marzo. Desde aquel día ya recuperó 4,5% y la atención está puesta en el resultado de las PASO, ya que un triunfo relativamente holgado del peronista Alberto Fernández podría acelerar la dolarización de carteras.
Pablo Castagna, director de Balanz Capital, le dijo a Letra P que “lo atribuyo 100% al efecto de las PASO”.
“El mercado se acordó esta semana de que falta poco para el 11 de agosto y eso trae volatilidad, algo que obviamente estaba en la agenda de todo el mercado y no sorprende a nadie”, agregó.
Además de las ventas diarias de 60 millones de dólares a cuenta del Tesoro, la intervención oficial en el mercado se da a través de una fuerte venta de posiciones a futuro.
En tanto, el riesgo país (la sobretasa que debería pagar la Argentina para tomar deuda por encima del rendimiento de los Bonos del Tesoro de Estados Unidos a diez años) trepaba a 830 puntos básicos, otro dato negativo después del breve “veranito” financiero que había llevado dicho indicador por debajo del umbral de los 800 puntos.
El resultado de las PASO será decisivo para el resto de la campaña. De acuerdo con un reciente de Balanz Capital del 10 de julio, “los precios de los activos argentinos reflejan una probabilidad superior al 60% de que (Mauricio) Macri gane las elecciones, lo cual es optimista desde nuestro punto de vista”.
Cinco días después, sostenía que “las elecciones continúan presentando un escenario 50-50, por lo que a medida que nos acerquemos a octubre la efectividad de las tasas en compensar el riesgo electoral disminuye, lo que generaría una mayor presión en el tipo de cambio”.
Todo el combo mencionado abre la posibilidad de que los activos locales suban o bajen de acuerdo a la percepción que el 12 de agosto tenga el mercado sobre las posibilidades de Macri de lograr su reelección.
Con el mencionado arsenal, Sandleris buscará asegurar la paz cambiaria hasta los comicios de octubre. Tiene con qué hacerlo, aunque en el escenario más adverso el riesgo puede pasar por una acelerada pérdida de reservas.