Malena Galmarini recibe a Letra P en las oficinas que el Frente Renovador tiene en la Ciudad de Buenos Aires. El edificio, de apenas dos pisos sobre Avenida del Libertador, no tiene mucha decoración, pero mantiene la impronta massista. Hay fotos con paisajes del municipio de Tigre y, de hecho, al ingresar se ve un papel pegado en el mostrador que indica cuál es la red de wifi: FRPublica. La clave de acceso: militante. Desde la puerta de entrada se deja en claro que es, más allá del nacimiento de la alianza electoral del Frente de Todos -que peleará en estas elecciones como el espacio opositor más potente-, el Frente Renovador sigue y seguirá: “Para mí, el mejor candidato siempre es Sergio (Massa) ”, dice Galmarini, aunque aclara: “Pero lo mejor es enemigo de lo posible, así que confío plenamente en que Alberto (Fernández) y Axel (Kicillof) van a llevar adelante el mejor gobierno para que los argentinos y las argentinas puedan salir adelante”.
El enardecido cierre de listas de la coalición opositora dejó a Galmarini como segunda precandidata a diputada bonaerense por la Primera sección electoral. Entonces y salvo que existiese algún cambio sobre la hora, desde diciembre “la compañera” –como se autodefine- de Massa será legisladora provincial representando a los distritos del conurbano norte. Con impronta provincial, dice que la gobernadora María Eugenia Vida l “no tiene mirada feminista” y que “no es un problema personal, sino de su política pública”. Además le responde a la mandataria, que dijo sentirse sorprendida por la decisión de Massa de acordar con el kirchnerismo. “Si les sorprende que nosotros, frente al desastre que hizo el gobierno de Macri y Cambiemos, hayamos definido defender al pueblo, será que no nos conoce en profundidad”, le advierte. Enfocada en la campaña del Frente de Todos, no tiene problemas en compartir escenario con Kicillof ni con Verónica Magario. Habla por teléfono con Máximo Kirchner, dice que Massa está muy confiado en ganar y lo sigue ubicando como presidenciable. Tigre y la discusión profunda de la paridad de género se recortan con nitidez en el horizonte de su propia carrera.
BIO. 44 años. Licenciada en Ciencia Política. Madre de dos hijos (Milagros y Tomás) y casada desde el año 2001 con el líder del Frente Renovador (FR),
Sergio Massa. Peronista y concejala de Tigre por el FR.
Militó e impulsó la ley que establece la paridad de género en las listas electorales. Es precandidata del Frente de Todos a diputada provincial por la Primera sección electoral y no resigna la chance de ser intendenta del municipio al que se mudó hace 18 años.
-¿Cuando el Frente Renovador llevó adelante su congreso ya se sabía cuál iba a ser el desenlace?
-El congreso del Frente Renovador debatió entendiendo que la prioridad es que termine el gobierno de Macri. Por ahí queda soslayado, pero nosotros llegamos a un acuerdo electoral previo, tuvimos un acuerdo político y antes de eso tuvimos un acuerdo programático. No es que de un día para el otro nos juntamos, cerramos las listas y nos repartimos los cargos. No hacemos política creyendo que solo hacemos política por un cargo ni pretendiendo resolver las cuestiones personales. Cuando la comisión que llevaba adelante el acuerdo programático llegó al consenso, ahí nosotros avanzamos.
"Encontramos en los otros espacios políticos que conforman el Frente de Todos una buena recepción de aquellos temas que nosotros veníamos trabajando desde hace muchos años, incluso en el espacio del kirchnerismo."
-¿Había más coincidencias que diferencias?
-Si se observa qué presentamos nosotros el 2 de abril en La Rural y los diez puntos programáticos que consensuamos, tiene que ver con eso: los cambios son mínimos. Eso es lo más importante del acuerdo. Encontramos en los otros espacios políticos que conforman el Frente de Todos una buena recepción de aquellos temas que nosotros veníamos trabajando desde hace muchos años, incluso en el espacio del kirchnerismo. Muchas de las cosas que planteamos tenían, en algún costado, alguna crítica al último gobierno de Cristina y fue tomado. Todos hicimos un mea culpa y por eso pudimos avanzar en un acuerdo político que después se pudo traducir en un acuerdo electoral.
-En la primera entrevista que dio Vidal tras el cierre de listas dijo que le sorprendió la decisión de Massa de acordar con el kirchnerismo y que para los bonaerenses iba a ser difícil volver a confiar en él.
-En general trato de no hablar de lo que dicen los demás porque cada uno tendrá que explicar lo que dice. A los bonaerenses les va a costar confiar en ella y en Macri, que llegaron al gobierno diciendo pobreza cero, que no iba a haber tarifazos, que no iba a subir el dólar. Los principales damnificados por las promesas de campaña incumplidas por ellos son los bonaerenses. Si después le sorprende que nosotros, frente al desastre que hizo el gobierno de Macri y Cambiemos, hayamos definido defender al pueblo, será que no nos conoce en profundidad.
¿Y el acompañamiento del FR en algunos temas?
-Muchos de los funcionarios creyeron que, por la responsabilidad frente a la gobernabilidad de acompañar algunas cuestiones, eso nos convertía en parte de ellos. Y eso es un error de ellos, no nuestro. Somos los suficientemente responsables y prudentes como para no provocar ninguna medida que ponga en riesgo a un gobierno. Pero de ahí a que crean que nos habíamos convertido en parte de su espacio político, es un error de análisis y lectura política del espacio de Cambiemos.
-¿Y cómo fue trabajar algunos temas en conjunto?
-En algunos encontramos más eco y en otros se subieron al final, como en las cuestiones de género. Los argentinos y la dirigencia política, empresarial, tienen que aprender que gobernar no es el período entre una elección y otra, es al revés. Entre una elección y otra tenemos que encontrar consensos. Ojalá que el diálogo que uno puede ir entablando sea duradero, no como nos pasó con Mauricio Macri.
-El Gobierno acusó y acusa a Massa de “sacar ventaja”.
-Cuando lo escucho decir que Sergio saca ventaja digo "la verdad es que sí, estamos todos el tiempo viendo cómo sacamos ventaja para nuestro pueblo". Si el señor presidente necesita denostar a los opositores para ocultar sus propias falencias, es un problema de ellos. Siempre vamos a estar para apuntalar a los gobiernos, sea de un espacio o del otro. Porque hacemos política responsablemente y para la gente, no para la dirigencia. Tenemos que comprender eso. Gobernar significa sentarse en una mesa y dialogar, pero no en el dialogo que propone Cambiemos, que es "yo hablo, vos escuchas". Una mesa de diálogo es llegar sabiendo que algo voy a tener que ceder. Esto es lo que Cambiemos no entendió.
-En el Frente de Todos, ¿todos cedieron?
-Claramente.Todos los espacios que confluyen hoy en el Frente de Todos -o Todes, o Todas, porque le pusimos un nombre amplio pero después seguimos usando el masculino- cedimos un poco y dimos un paso al costado o entendimos que nuestras ideas podían ser mejoradas por otras. Cada uno puso lo mejor de sí.Podríamos haber puesto nuestro mejor candidato, que además tuvo el gesto de esperar cuatro años para presentarse de nuevo a presidente. No estamos creyendo que Sergio no va a ser presidente ni que no debería ser presidente. Yo sigo creyendo que, después del General Perón, va a ser el mejor presidente que tenga la Argentina. Pero entendíamos que la crisis por la que está pasando el país necesitaba de juntarnos con todos aquellos que creemos en la justicia social, en la independencia política, y juntarnos todos de un lado para hacerle frente a un gobierno como el de Cambiemos, que está en contra de todo eso.
"Muchas de las mujeres que ingresan a las listas no son mujeres que sientan la problemática feminista como propia. Las mujeres también somos criadas en este mundo machista y en este sistema patriarcal y muchas utilizan el feminismo para llegar, usan esa puerta y después no mantienen esa puerta abierta para que ingresen otras."
-Se respetó la paridad de género, pero todas las listas seccionales del Frente de Todos están encabezadas por hombres ¿cuánto falta para subsanar esto?
-Faltar, falta un montón. Cuando hablamos de la paridad en las listas es apenas el comienzo. El final es la paridad en la vida cotidiana y para eso hay que seguir trabajando, no solamente la paridad en las listas, sino, básicamente, en los lugares de la toma de decisiones. Hoy, en el gobierno provincial, independientemente de tener la primera gobernadora mujer, no encontrás mujeres. Recién aparecen en las subsecretarías y solo el 22% de las subsecretarias son mujeres. Estamos lejos de llegar al lugar que esperamos, pero por algún lado hay que empezar. Empezamos por los espacios del Estado porque cuando hay que cambiar una pauta cultural el Estado es sumamente importante. Conseguimos la paridad vertical, ahora hay que ir por la paridad horizontal en el Poder Ejecutivo, en el Legislativo, en Judicial y en el ámbito empresarial. Para quienes somos candidatas es muy difícil estar, por ejemplo, en el momento en que se cierran las listas para poder opinar sobre quiénes son los candidatos. Nos falta un montón, muchísimo. Nunca dijimos que con la paridad estábamos en el puerto de llegada. Al contrario, empezamos a caminar un nuevo camino que no iniciamos nosotras y seguramente el resultado después de la elección no sea el que buscamos. De hecho, el resultado después del cierre de listas no fue el que buscamos.
-¿Coincide en que no se colmó el pedido de feministas en las listas?
-Muchas de las mujeres que ingresan no son mujeres que sientan la problemática feminista como propia. Las mujeres también somos criadas en este mundo machista y en este sistema patriarcal y muchas utilizan el feminismo para llegar; usan esa puerta y después no mantienen esa puerta abierta para que ingresen otras. Enseguida vuelven a esa pauta cultural que las coloca en una posición machista en el ejercicio del poder y cierran la puerta para que no entre ninguna. Eso también es un desafío para nosotras. No solo que lleguen mujeres, sino que ingresen mujeres que tengan la claridad de que son importantes los problemas de las mujeres, porque somos la mitad de la población. A las mujeres nos siguen tratando como si fuéramos una minoría y les quiero advertir, muchachos, que somos una mayoría.
-¿Vidal no tiene mirada feminista?
-No, claramente no. Y no es un problema personal, sino de su política pública. Ahí se nota. Cuando se observa cuáles son las áreas en las que las mujeres tenemos mayor preponderancia, están todas peor que antes. Llegaron diciendo que iban a hacer tres mil jardines, pero no los encontramos. Hablan de los hospitales y el 76% de las personas que trabajan en el área de salud son mujeres. El 90% de las personas que van a las guardias de los hospitales somos mujeres y los hospitales están peor que antes. Lo mismo pasa con la educación. El 75% de la educación son mujeres. Ademas, ella no solo no defendió la inclusión jubilatoria, sino que no la impulsó. El 90% del trabajo doméstico lo hacen las mujeres. Por un lado es trabajo no remunerado y, por otro, es trabajo remunerado pero informal. Eso son las políticas de inclusión real de las mujeres, más allá de mejorar la red de comisarías de la mujer, de haber impulsado la propagación de fiscalías especializadas en todos los municipios o armar protocolos. No es solamente tener el edificio y poner una persona. Es poner una política pública atrás de eso. Esas cosas no se hicieron. Más allá de que podríamos haber avanzado mucho en el gobierno anterior, en este gobierno retrocedimos.
-¿Quedó conforme con el cierre que se hizo en Tigre?
-Hace muchos años que siento las ganas, la vocación y la voluntad de ser intendenta de mi pueblo; es el pueblo que me adoptó. Es donde tengo el único tesoro que construí, que es mi familia. Es un municipio que tiene mucho por hacer. Sin embargo, en 2015 decidimos que el candidato tenía que ser otro. Ahora el espacio decidió que yo podía colaborar desde otro lugar, que es la Provincia. Tengo mucho por hacer en Tigre. Pero lo más importante hoy es que se termine el gobierno de Cambiemos y, de esa manera, el país, la provincia y Tigre van a poder desarrollarse de otra manera y progresar.
-¿Para que termine el gobierno de Cambiemos los candidatos elegidos son los mejores?
-Por supuesto. Todos queremos ganar. Estamos confiados y convencidos de que va a ser el próximo gobierno: sostenemos la obligación moral de poner a los mejores candidatos. Por supuesto que, para mí, el mejor candidato siempre es Sergio, pero lo mejor es enemigo de lo posible, así que confío plenamente en que Alberto en la Nación y Axel en la Provincia van a llevar adelante el mejor gobierno para que los argentinos y las argentinas puedan salir adelante. Hoy no podemos seguir así. Macri y Vidal vinieron prometiendo la revolución de la alegría y cuando camino las calles de Tigre, de Pilar, de San Fernando, de Malvinas Argentinas, de General Rodríguez, lo único que noto en los ojos de nuestra gente es una profunda tristeza.