CLAVE EN LA GUERRA COMERCIAL

El triunfo de Cortizo en Panamá profundiza la influencia china en la región

El triunfo de "Nito" Cortizo no traerá cambios en el modelo económico basado en el tráfico comercial del canal, pero podría alejar relativamente a Panamá de EE.UU.

Laurentino “Nito” Cortizo ganó las elecciones presidenciales del domingo en Panamá con el casi 33% de los votos frente al poco más de 31% que obtuvo su principal rival Rómulo Roux, escrutado el 90% de los sufragios. El primero pertenece al Partido de la Revolución Democrática (PRD), fundado por el histórico ex presidente Omar Torrijos, factótum de la razón de ser de Panamá como país independiente: la nacionalización del Canal producto del acuerdo con el ex presidente norteamericano, James Carter.

 

El PRD ya no es, probablemente, el partido que soñó su fundador. De perfil moderadamente socialdemócrata, en un país pequeño que, por obligación o convicción, vive del tráfico comercial y cuya élite se abrazó unánimemente a las políticas de libre mercado, no desentona con sus principales rivales. Más que por un cambio de modelo económico, entonces, la mayor relevancia del resultado de las elecciones pasa por los realineamientos internacionales que pueden devenir tras la asunción de Cortizo.

 

Desde la recuperación de la democracia en 1989, tras el derrocamiento por parte de tropas estadounidenses del presidente de facto Manuel Noriega, nunca el oficialismo de turno logró imponer a su propio sucesor. El presidente saliente, Juan Carlos Varela, no fue la excepción: el candidato del oficialista Partido Panameñista, José Blandón, quedó en cuarto lugar con un magro 10% de los votos.

 

Sin embargo, ese hecho y que la reelección esté vedada constitucionalmente nunca hizo que se modificara la matriz económica.

 

Pese a que Panamá es el sexto país más desigual del mundo, no fue ese sino la corrupción el eje central del debate político. Odebrecht tuvo su capítulo en Panamá, el caso de las cuentas bancarias off shore llamado “Panama Papers" conmocionó al país y, por si todo esto fuera poco, también hay un ex presidente preso, Ricardo Martinelli (2009-2014), acusado de corrupción y espionaje.

 

 

Martinelli pertenece al Centro Democrático, un partido de centro-derecha al cual también pertenece Roux, y algunos analistas creen que esa común pertenencia afectó de manera decisiva las chances del segundo, alimentando el crecimiento del independiente Ricardo Lombana, que llegó al podio con un casi 20% de los votos, interesante porcentaje para un líder sin partido que lo sostenga.

 

El recuento marcaba además que el PRD se hizo fuerte en el interior rural y en las zonas indígenas, donde pesa mucho el “aparato”, mientras que los votos de Roux provinieron especialmente de los grandes centros urbanos.

 

A pesar de la desigualdad reinante, Panamá presume de tener, según el anuario estadístico que publica todos los años la CIA estadounidense, el PBI per capita más alto de cualquier nación latinoamericana. Con 25.400 dólares, supera incluso a naciones europeas como Croacia y Rumania.

 

En 2018, transitaron 12.199 buques por su emblemático canal, llevando 255 millones de toneladas de carga y pagando 2.482 millones de dólares en peaje, todas cifras récord, que alimentan una economía basada en los servicios al comercio internacional.

 

El desafío de Cortizo será combatir la corrupción, que más allá de los casos emblemáticos es parte sustancial del Estado panameño prácticamente desde su fundación. Además, deberá mejorar la distribución del ingreso, una deficiencia que contrasta con la imagen de la “Singapur latinoamericana" que quiere fomentar la élite local.

 

 

 

En el plano de la política exterior es donde se puede mover el tablero. Con Varela, Panamá se convirtió en un activo opositor del gobierno de Nicolás Maduro (el país es receptor “natural” de miles de venezolanos exiliados,) pero a la vez ha profundizado sus lazos comerciales con China, generando fuertes recelos en el gobierno de Donald Trump, quien llegó a amenazar con sanciones. Sin embargo, lejos de amedrentarse, Panamá recibió en diciembre por primera vez en su historia al presidente chino Xi Jinping en visita oficial y avanzó en la firma de un acuerdo de libre comercio que probablemente será rubricado por Cortizo.

 

Respecto de Venezuela, Cortizo ha anunciado que revisará la posición de Varela, acercándose a la postura dialoguista del mexicano Andrés Manuel López Obrador. A la vez, ha prometido que pedirá a EE.UU. que “revise” algunos puntos del TLC que une a ese país con Panamá.

 

¿Será que China gana un aliado en el Game of Thrones global, en desmedro de Estados Unidos? El tiempo lo dirá.

 

 

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