En un contexto de profundización de la crisis económica y en medio del paro que lleva a cabo el ala dura del sindicalismo encabezado por Hugo Moyano, la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, recurrió a una peculiar pirueta discursiva para bajarle el precio al panorama crítico. Durante el acto que encabezó junto al presidente Mauricio Macri en Ensenada, donde inauguraron obras de refacción de la planta potabilizadora de la estatal ABSA, Vidal ponderó las obras de cloaca que evitan llamar al camión desobstructor, al que elevó a la categoría impuesto.
Metida de lleno en la campaña, Vidal apostó a la polarización y cargó contra “el cinismo de los que ahora dicen ‘¿y ahora con todo eso cómo llego a fin de mes? Muy linda la cloaca, el agua potable, pero tengo que pagar las cuentas'”.
En esa interlocución imaginaria con lo que considera son cuestionamientos provenientes de la oposición, Vidal rebatió: “Y yo te pregunto, cuando tenés que pagar las cuentas y el camión desobstructor porque no tenés cloaca, ¿eso no es un impuesto? Cuando durante años pagaste la garrafa el triple de lo que pagaste la factura de gas porque no había gas, ¿ese no es un impuesto?”
De esta forma, la gobernadora bonaerense fue en línea con el enfoque oficialista de análisis “multidimensional” de la pobreza, donde, más allá de medir el nivel de ingresos de las familias, se incluyen los servicios que posee (agua, asfalto, cloacas, entre otros), con el objetivo de exaltar las obras realizadas por la actual gestión para atacar “la pobreza estructural”
“Ya son 1.800 obras terminadas y 1.100 en ejecución”, resaltó Vidal, para marcar que “se puso en valor esta planta para 800 mil bonaerenses que ahora van a tomar agua potable de verdad y se cambiaron los caños”.
Con esa tónica, días atrás, al ser consultado sobre el hambre que se está viendo en los chicos, el presidente Macri apuntó. “Sí, nos preocupa, pero ahora tienen un asfalto para ir al colegio. Asfaltamos cerca de 400 calles”.