Elecciones 2019. Cambiemos

Berazategui, ¿el distrito que Vidal resignó?

Con disputas internas y encuestas desfavorables, es la comuna del conurbano peronista con menos expectativa para el vidalismo. El factor Mussi. Los anotados, el borrado y los que piden pista.

 

Sin embargo, las expectativas y, en consecuencia, los esfuerzos, no se distribuyen en partes iguales. “En algunos distritos creemos que se puede ganar, en otros tenemos esperanzas y en otros estamos más complicados”, admitió a Letra P un dirigente con influencia en el armado oficialista en el Gran Buenos Aires, y ubicó en ese último lote a Berazategui.

 

En la comuna gobernada desde 1987 por el mismo apellido, Mussi, las disputas intestinas están al orden del día en Cambiemos, no sólo en lo que refiere al dirigente que tendría que encabezar la propuesta local, sino también en cuanto a la estrategia a seguir. Todo, en un contexto donde algunas encuestas encargadas no son alentadoras: “Hoy los números dan muy bajos, dan la mitad de la elección anterior por espacios”, confió una fuente de la interna local.

 

 

Al buscar las razones de ese desalentador termómetro, diversas voces consultadas coinciden en el regreso a la carrera por la intendencia de Juan José Mussi: “Independientemente de con quien vaya, la legitimidad la tiene él”, deslizaron para dejar en claro que el caudal de votos del oficialismo local "son del padre, no del hijo". También, recordaron que en la última elección legislativa el tramo local de la boleta de Unidad Ciudadana que encabezó el padre del actual jefe comunal, Juan Patricio Mussi, cosechó siete puntos más que CFK.

 

De cacique duhaldista en los '90, Mussi pasó a ser un hombre cercano a De Vido en la etapa kirchnerista hasta recalar en un presente netamente vecinalista, depurado de referencias nacionales en sus apariciones públicas. Esa misma autonomía que le etiquetan a este histórico barón del conurbano también la atribuyen a la hora de relacionarse con la Provincia.

 

Sectores de la vida interna de la alianza remarcan las recientes recorridas del viejo caudillo berazateguense junto con funcionarios vidalistas y la carencia de críticas hacia la gestión bonaerense. En 2017 y en plena campaña, J.J. puso a salvo a la gobernadora de sus dardos contra el macrismo: “Vidal es una víctima del modelo como los demás argentinos”, sostuvo a Letra P, al tiempo que recordó los elogios que recibió su administración local de parte de la mandataria bonaerense.

 

 


Más a fondo, hay dirigentes de Cambiemos que cuestionan el desinterés de Vidal por este mojón del conurbano sur: “En Berazategui ya tendría que estar definido el candidato porque hay que hacer una campaña desde otro lado, ir a buscar un voto que no tenés, porque el que tenías ya lo está dudando. Tenés que recuperar el que tenías y buscar el voto que no tuviste nunca. Y si eso no significa meter todo detrás de un tipo, con dos o tres bajadas de la gobernadora y poner todos los cartuchos en un dirigente, es imposible. Y eso hoy en día no se ve para nada, está lejísimo”.

 

LOS ANOTADOS. Bajo este cuadro de situación, en la cúpula amarilla se barajan dos nombres: el último postulante a la intendencia por Cambiemos, el concejal Gabriel Kunz, y el dirigente de extracción peronista y segundo del Registro Nacional de las Personas (Renaper), Ricardo Giacobbe, dos dirigentes que mantienen un fuerte enfrentamiento interno, disputa que tuvo su correlato en la ruptura de la bancada deliberativa.  

 

A mediados del año pasado, los concejales que responden a Giacobbe –Julio Ravelo, Zulma Vega y Alicia Lorenzo- conformaron “Primero Berazategui-Cambiemos”. En tanto, la bancada presidida por Kunz quedó integrada, además, por los macristas Marcos Cuellas y Vanina Passalcqua, además de la radical Elizabeth Torrisi. Antes, había abandonado el frente el representante del Sindicato del Vidrio -SOIVA- Horacio Reyes, quien conformó un monobloque cercano al mussismo.

 

 

 

PRO puro y director de Deportes bonaerense durante la primera mitad de la gestión vidalista, Kunz es quien posee mayor ascendencia dentro del vidalismo, mientras que Giacobbe, con pasado renovador y promovido internamente por la erosionada tropa monzoísta, es visto de reojo por algunos armadores seccionales con llegada a la mesa chica provincial.

 

Pero las magras performances de Kunz en las últimas dos elecciones que encabezó -por un lado- y la presencia territorial que en la esfera local posan como atributo central de Giacobbe –por el otro-, hacen que algunas dudas permanezcan en la plana mayor que, de todas formas, hizo una poda en su nómina inicial de posibles competidores.

 

ENSAYO FALLIDO. Tras una elección legislativa en la que Cambiemos no logró que el oficialismo local bajara de la barrera de los 50 puntos y en un escenario de tensión interna que derivó en la fractura del bloque en el Concejo, en las esferas superiores se experimentó con una figura nueva: el titular de Trenes Argentinos Guillermo Fiad. ¿Cuáles era sus credenciales? La bendición de su jefe, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, y fijar domicilio en el distrito.

 

 

 

A lo largo de 2018, Fiad fue –junto a Kunz y Giacobbe- el tercer nombre de la lista de potables candidatos y formó parte de los timbreos junto con uno de los emisarios bonaerenses en ese territorio, el secretario General de la Gobernación, Fabián Perechodnik. Sin embargo, la figura del funcionario ferroviario nunca fue aceptada en la telaraña interna local, que le endilgó su carácter de “forastero” –es oriundo de Dolores- y su escasa presencia territorial: “No recorre los barrios, vive en un country”, dispararon. El alto nivel de desconocimiento de las últimas mediciones fue la estocada final para este ensayo. Así, Fiad fue borrado de la nómina de potables candidatos que se maneja en la mesa chica del vidalismo.

 

TENSIONES INTERNAS. En los diversos sectores de Cambiemos Berazategui admiten los cortocircuitos internos. Cerca de Kunz se atribuyen la construcción inicial del armado amarillo en el distrito y aseguran que el edil volverá a contar con la bendición “de arriba” con la lectura de una “apuesta a largo plazo por los propios” en un horizonte electoral desfavorable en lo inmediato.  

 

Como contrapartida, dirigentes con llegada al armado de Giacobbe colocan al funcionario del Renaper con una intención de voto mucha más elevada que la de su virtual contrincante interno, a la vez que lo posicionan como “el único dirigente de Cambiemos con poder de fiscalización en el 100% de las mesas del distrito”.
 

 


Más allá de esto, consideran que el ex dirigente del Frente Renovador no se expondrá a una disputa interna en las PASO, por lo que sólo jugaría de ser candidato de consenso; hacen foco en la erosión que generaría un proceso interno y el reparto del caudal de votos del frente para el candidato que en octubre tendrá que enfrentar a un Mussi que viene de un 2017 con espalda ancha, cuando cosechó el 51% de las voluntades.

 

“Hay tendencia a partir, no a unir. Hay construcciones que se respetan y otras que no”, advierten en la interna. Y vaticinan que en las altas esferas “prefieren sectorizar con los amigos” e inclinarse por Kunz a pesar de tener “serios problemas” en el distrito. En esa línea, los dardos apuntan al senador por la Tercera sección Walter Lanaro como uno de los principales promotores de la candidatura de Kunz ante la mesa chica del vidalismo.

 

 

 

LOS QUE PIDEN PISTA. Pero mientras cerca de Giacobbe afirman que el funcionario del Renaper no ve con buenos ojos una disputa interna en el marco de las PASO, existen otros dirigentes que buscan jugar en esta instancia. Uno de ellos es el ex director de Reforma Política bonaerense y actual consejero escolar, el radical Gustavo González, quien fue precandidato a la intendencia de Cambiemos en 2015, aunque jugó con boleta corta. En esta oportunidad, busca competir internamente en igualdad de condiciones y, para eso, dentro de la estructura radical adelantaron a este medio que González ya cuenta con el respaldo del titular del Comité Provincia, el vicegobernador Daniel Salvador. Ya a finales de 2017, González había recibido el respaldo de un salvadorista puro, el intendente de Chacabuco Víctor Aiola, quien hizo un desembarco en el distrito. 

 

En la UCR berazateguense se ilusionan con que en algunos distritos “sin tierra” del conurbano se habiliten las disputas internas (la irrupción del periodista Luis Otero en Avellaneda alimenta esa posibilidad) para poder competir de igual a igual.

 

A su vez, se deslizan otros nombres por fuera del partido centenario. Hay quienes no descartan un lanzamiento del concejal amarillo Marcos Cuellas, en tanto que, desde otro rincón interno, se admite que también ha sido “medido” en algunas encuestas el dirigente cercano a Giacobbe Jorge Sívori.
 

 


Más allá de las fricciones internas, hay coincidencias en las críticas adoptadas a un esquema provincial que no avanza en la definición de una estrategia para el distrito: “Para cualquier dirigente que está pensando la provincia, su lógica es que con Berazategui no se puede porque gobierna Mussi desde el 87 y sigue ganando, entonces no le ponen mucho el cuerpo a estos lugares. Hasta Lomas es más propenso para un voto peronista, pero Berazategui siempre queda relegado”, admitieron.

 

Con esa visión, por fuera del purismo amarillo, piden: “En un distrito donde no hay muchas expectativas, donde el candidato que promueve el PRO (por Kunz) es resistido, no dejemos heridos y abramos el juego”.

 

Martiniano Molina
Martín Gill se reunió con cooperativistas del departamento San Justo.

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