Mientras las fuerzas de la oposición hacen catarsis, el Movimiento Popular Neuquino (MPN) disfruta el dulce sabor de la victoria de la elección provincial, que ratificó a Omar Gutiérrez en el cargo, para repensar la estrategia que ahora debe cambiar de discurso, decidir qué hacer en la ciudad más importante y cómo dirimir las candidaturas de a legisladores nacionales: otra clave del 2019.
CAMBIEMOS. El contundente triunfo del MPN desató la furia de un sector de Cambiemos, que comenzó la jornada del domingo con el peor de los escenarios. “Desde enero que no hablo con el presidente”, le dijo a Letra P el candidato (oficial) de la Casa Rosada, Horacio “Pechi” Quiroga. Tal lo describió este medio, Gutiérrez siempre fue caratulado como "el mal menor" para Neuquén. Con todo definido, la distancia con el oficialismo nacional empieza a agigantarse después del proceso electoral.
El próximo paso en la alianza será el análisis de la contundente derrota. En la catarsis colectiva, se planteará cómo encarar las próximas elecciones que pondrán en juego la capital, esa joya que le arrebataron al MPN en 1999 y nunca más dejaron.
El principal enojo entre los laderos del intendente de Neuquén es cómo la mesa chica del presidente Mauricio Macri nacionalizó la estrategia, “operando en medios porteños”, posicionando a Unidad Ciudadana como principal rival. Eso, sumado al impacto de las políticas económicas para la región patagónica, propiciaron un derrumbe de Quiroga. Al mal clima que había en el búnker del hotel Comahue se le sumó el recuerdo por el ataque tuitero de Leandro López, a quien un importante sector del frente busca expulsar.
“Hubo muy poco acompañamiento”, le aseguró a este medio un legislador provincial de la alianza. A lo que el diputado neuquino apunta es a la falta de pesos pesados en la campaña. Letra P describió cómo el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, llegó al Alto Valle pero no pisó suelo neuquino. Aquella jornada, aterrizó en el aeropuerto de General Roca y se trasladó a Cinco Saltos a inaugurar una planta de tratamiento con el rionegrino Alberto Weretilneck. De Pechi Quiroga, el candidato que llevó a Cambiemos, ni noticias.
UNIDAD CIUDADANA. El kirchnerismo de Darío Martínez está confiado. Su tranquilidad se sustenta en el ascenso de la imagen que tiene el hoy diputado nacional, quien debió acatar el acuerdo de Cristina Kirchner y Oscar Parrilli con Ramón Rioseco. Como describió este medio, si el ex mandamás de Cutral Co no iba cabeza de lista, no había unidad. Ahora, tras lo que esperan sea una “jubilación” de Rioseco, Martínez espera su tiempo.
Si bien en el peronismo K capitalino empezó una tibia autocrítica y todavía siente el golpe del domingo, desde el interior del espacio resaltan datos positivos. La recuperación de Centenario (pese a la derrota en Zapala), el segundo municipio en importancia, de la mano de Javier Bertoldi, es la bandera que hoy levantan. Entre lo bueno, resaltan, se duplicaron la cantidad de concejales y los nueve diputados provinciales son del sector puro, a diferencia del 2015 que debieron ceder a otras vertientes como Nuevo Encuentro o el Frente Grande.
Un dato no menor fue la pérdida de electorado. En el peronismo K resaltan que el MPN se llevó una porción. “El mensaje no fue correcto”, repiten por lo bajo sus armadores. El sustento de esta postura lo da que la nacionalización no fue tal. El contrapunto con Cambiemos, que se quejó de la estrategia de Marcos Peña y Frigerio, el kirchnerismo entiende que debería haber sido otro el plan.
Por lo pronto, comenzarán las recorridas por el interior. Habrá reuniones y se analizará el resultado. También se proyectará octubre.
MPN. Desde Zapala, el reelecto gobernador Omar Gutiérrez comenzó a transitar los últimos meses de su primer período. Acompañado del vice Marcos Koopmann y el intendente electo Carlos Koopmann (hermano del flamante titular de la Legislatura), reafirmaron la defensa provincial. Esa muestra de poder que superará los 60 años cuando el ex funcionario de Jorge Sapag deje el cargo, se trasladará a la contienda por la capital y el Senado; este año, Neuquén renueva las tres bancas. En este caso, y como pudo averiguar Letra P, el sindicalista petrolero Guillermo Pereyra buscará renovar el cargo. En juego se pondrán las bancas que hoy tienen Lucila Crexell, una emepeísta crítica, y Marcelo Fuentes, el jefe de bloque que eligió Cristina.
Con el envión del último domingo, sumado a los problemas del macrismo neuquino, el partido sueña con recuperar el distrito electoral más importante. En contacto con Letra P, Jorge Sapag reconoció que es el principal objetivo es la capital. “Para el municipio, estamos preparados. 55 mil votos se sacaron la ciudad de Neuquén. Hay un equipo que nos llevará al triunfo, como pasó en Zapala”, advirtió.
Puertas adentro del partido ya se comenta cómo Gutiérrez utilizará la legitimidad que logró en su triunfo. Con una Legislatura necesitada de acuerdos, pero con un vice y diputados leales a diferencia de lo que sucedió con Rolando Figueroa, avanzará estos cuatro años. El objetivo es claro: recuperar la capital y las bancas en el Senado. De la buena relación entre Sapag y Gutiérrez, sumado al rol de Pereyra como articulador en el territorio profundo -sobre todo en distritos petroleros- con su poderoso gremio de Petróleo y Gas privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, se verá el andar del partido.
CRISTIANOS. El ex gobernador Jorge Sobisch tendrá tres diputados. Ese poder que había perdido, lo recuperó con la Democracia Cristina e inclinará la balanza en el ámbito legislativo. Al igual que los aliados del MPN que llegaron a través de colectoras será un actor principal en cada negociación de ese poder. Y su posible vuelta al partido, algo a lo que Sapag abrió las puertas, será un tema para analizar.