El descenlace de las elecciones neuquinas, el primer comicio de un año determinante para Cambiemos, donde el presidente Mauricio Macri buscará su reelección, le dejó un sabor agridulce a los arquitectos electorales del oficialismo. El gobernador Omar Gutiérrez continuará por otros cuatro años en el poder provincial y le anotó un nuevo récord al Movimiento Popular Neuquino (MPN). Cuando el mandatario reelecto termine el mandato que conquistó este domingo, ese particular partido provincial, considerado una expresión conservadora del peronismo patagónico, se habrá mantenido en el poder local por 61 años.
Las encuestas le devuelven a Macri una imagen negativa sobre su gobierno del 65% por séptimo mes consecutivo. Neuquén no fue la excepción de ese panorama.
Para la Casa Rosada se trata de la continuidad de un gobernador aliado, especialmente en la explotación del yacimiento no convencional de Vaca Muerta. Pero la victoria que le impuso al candidato de Cambiemos, Horacio "Pechi" Quiroga, confirma el peso corrosivo que tiene para sus candidatos la mala imagen del Gobierno nacional y de Macri en particular. Cerca del líder del PRO estaban preparados para números sombríos, porque las encuestas le devuelven a Macri una imagen negativa sobre su gobierno del 65% por séptimo mes consecutivo. Neuquén no fue la excepción de ese panorama. También motorizó al candidato de Unidad Ciudadana, Ramón Rioseco, al segundo lugar, pero 13 puntos por debajo.
Para la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner también fue un primer examen, donde puso a prueba una campaña de respaldo a Rioseco, con poca exposición, pero a sabiendas de las pocas chances de obtener una victoria frente a la versión neuquina del PRI mexicano.
UNA FUGA LLAMADA SOBISCH. La derrota y el segundo lugar de Rioseco es una de las dos buenas noticias que pudieron alegrar a Macri en este primer domingo electoral. "Pechi", el histórico dirigente radical, quedó tercero con la marca de Cambiemos en sus espaldas y arañó el 16%, cuando el MPN estaba a un punto de conquistar los 40 puntos porcentuales del comicio. Su mala performance les demostró a los operadores de Cambiemos la capacidad "piantavotos" que puede tener Macri si la economía no repunta.
En la panorámica que mira la Casa Rosada, el 9,98% que sumó el ex gobernador Jorge Sobisch fue una estrategia electoral que no le tocó un voto al aliado Gutiérrez pero profundizó el derrumbe de Cambiemos, que había ganado las legislativas de 2017 en la provincia. Acuñado en el MPN, Sobisch fue compañero de fórmula de Macri hasta el asesinato del docente Carlos Fuentealba. "Para el voto de derecha neuquino, "El Bigote" garpa; todo lo que perdimos en la provincia migró a Sobisch", confió uno de los observadores del Gobierno cuando las tendencias eran irreversibles.
Sin embargo, en los números de pago chico, el efecto declinante que sufrió Quiroga le deja el camino libre al actual titular del PRO provincial, Marcelo Bermúdez, secretario de Coordinación de la intendencia capitalina. El revés provincial marcó la suerte de Quiroga, que transita el último tramo de su cuarto mandato como intendente de la Ciudad de Neuquén, un distrito que, a diferencia de los 45 municipios que tuvieron elecciones este domingo, recién tendrá comicios luego de junio, en una fecha a definir donde Bermúdez intentará transformarse en jefe comunal. No es un detalle menor, porque ese marco municipal es, por ahora, la única ambición que puede atesorar el PRO en un distrito donde Cambiemos no sólo fue abatido por un aliado de la Casa Rosada, sino que crujirá a partir de este lunes dentro de la lista de malheridos del radicalismo en las pujas intestinas con la Coalición Cívica y el partido amarillo por las candidaturas provinciales y por un lugar en la fórmula presidencial.
GANAR INTERNAS PARA PERDER GENERALES. Por el contrario, para los macristas de paladar negro, aquellos que niegan con vehemencia cualquier participación mayor del radicalismo dentro de Cambiemos, la derrota de Quiroga es una mala señal para el partido centenario, no para el PRO. Porque les confirma una crítica abierta de Macri, cuando les dice que buscan ganar internas para perder elecciones: un nuevo giro discursivo del microclima que respira su entorno y que el Presidente suscribe con más entusiasmo en el capítulo neuquino porque siempre promovió a Bermúdez. Llegó a viajar a la provincia para apoyarlo, pero luego fue postergado por Quiroga.
Con la primera derrota registrada en Neuquén, la Casa Rosada buscará responsabilizar a la UCR de las consecuencias.
Con la primera derrota registrada en Neuquén, la Casa Rosada buscará responsabilizar a la UCR de las consecuencias. Buscará exponer al radicalismo ante el espejo de La Pampa, donde el diputado nacional Daniel Kroneberger venció al ex secretario de Deportes Carlos Mac Allister en las internas provinciales del 17 de febrero, para definir a los candidatos a gobernador de la provincia en los comicios del 19 de mayo.
En el PRO, los que recuerdan el caso pampeano sostienen que la UCR busca ganar internas en distintas provincias con candidatos propios bajo la marca del oficialismo, pero con pronóstico reservado o posibles derrotas ante competidores peronistas. Sin valorar en público el efecto arrastre provocado por la situación económica y la caída de las expectativas del electorado, aseguran que por esa razón es clave preservar a Macri de la seguidilla de derrotas provinciales para que pueda competir con menos desgaste en el penúltimo tramo de la campaña nacional, que arreciará a fines de julio, camino a las PASO.