CRISIS EN BOLIVIA

Brete para Macri: el partido de Evo Morales se reorganiza y pelea la transición

Nombró nuevas autoridades en Diputados y hará lo propio en el Senado. Si, con su mayoría, acepta la renuncia forzada del presidente y el vice, podría imponer un sucesor. ¿Lo aceptará Argentina?

El Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido de Evo Morales, depuesto el domingo en un golpe de Estado, logró reunir a su mayoría legislativa y nombró en la madrugada de este jueves a Sergio Choque como nuevo presidente de la Cámara de Diputados de Bolivia. En las próximas horas se propone hacer lo propio en el Senado, lo que le permitirá, a continuación, llamar a la Asamblea Legislativa que deberá aprobar o rechazar las dimisiones del presidente y de su vice, Álvaro García Linera, y, en caso de hacerlo, nombrar a su sucesor interino a cargo del Estado hasta la celebración de elecciones en un plazo de 90 días.

 

Todos esperan que esos trámites se completen entre hoy y mañana si no se produce antes un nuevo acto de fuerza de la Policía o las Fuerzas Armadas, como los que el miércoles dificultaron entre forcejeos el ingreso de los legisladores al parlamento.

 

La diputada masista Alicia Canqui le dijo a Letra P desde La Paz que “queremos cumplir con todos los requisitos legales. El objetivo de la reestructuración de las autoridades de las cámaras es pacificar el país y que salga la convocatoria a elecciones nacionales”.

 

 

 

La legisladora no quiso anticipar cuál será la voluntad mayoritaria de la Asamblea Legislativa acerca de la aceptación o el rechazo de las renuncias forzadas de Morales y García Linera ya que, señaló, “eso será todavía motivo de debate”.

 

La votación de esta madrugada, en la que no participaron los diputados que apoyan el golpe, coloca a Sergio Choque (ver foto principal) en la línea sucesoria. Falta ahora que se normalice el Senado.

 

“Debemos elaborar una ley de urgencia que haga que el Ejército que hoy está en las calles retorne a los cuarteles; inmediatamente nos pondremos a trabajar”, dijo el nuevo titular de la Cámara Baja tras ser elegido, según informó el sitio Erbol.

 

El MAS detenta una mayoría de dos tercios en cada cámara, producto de mandatos ampliamente reconocidos, al revés de los comicios presidenciales del último 20 de octubre, en los que la Organización de Estados Americanos (OEA) dijo haber detectado irregularidades.

 

La elección de Choque y la que se espera en el Senado vaciará de toda legitimidad a la autoproclamada mandataria interina del país, Jeanine Áñez, cuyo ascenso de la vicepresidencia segunda de esa cámara a su titularidad y, con eso, a la primera magistratura se realizó sin el debido quórum. Según se informó, el Tribunal Constitucional señaló, ante una consulta ad hoc, que el trámite parlamentario no era necesario dada la situación de acefalía vigente y en base a la necesidad de continuidad jurídica del órgano ejecutivo. Sí, los sectores golpistas acudieron a la misma corte que en 2017 habilitó a Morales a competir por su tercera reelección a pesar del resultado negativo del referendo del año anterior.

 

 

 

El gobierno de Mauricio Macri reconoció a Áñez como “autoridad” de Bolivia, pero no todavía como presidenta interina, al revés de Brasil y otros países. En medio de versiones sobre un reconocimiento inminente y en toda la regla de esta y dado el avance del MAS hacia la normalización de los cuadros directivos del Legislativo, Letra P consultó a Cancillería: “No hay cambios por el momento acerca del reconocimiento”, dijeron allí.

 

La Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia, instalada en La Paz, se compone de una Cámara de Diputados de 130 miembros y de un Senado de 36. Así, los 73 votos obtenidos por Choque, representante por la localidad de El Alto, contrastan en legitimidad jurídica con la escasa decena que el martes promovió a Áñez y la entronizó como presidenta  de facto del país.

 

 

 

En las últimas horas, Áñez se abocó a la conformación de un gabinete de ministros, paso que presagia una nueva fase de la crisis constitucional, con la posibilidad de que dos gobiernos se disputen la legitimidad. El de esta última dispone del apoyo de las fuerzas de seguridad, pero carece de bases jurídicas por lo que será crucial la actitud que tome la comunidad interamericana.

 

El artículo 170 de la Constitución de 2009 establece en su inciso I que “en caso de impedimento o ausencia definitiva de la Presidenta o del Presidente del Estado, será reemplazada o reemplazado en el cargo por la Vicepresidenta o el Vicepresidente y, a falta de esta o este, por la Presidenta o el Presidente de la Cámara de Diputados. En este último caso, se convocarán nuevas elecciones en el plazo máximo de noventa días”.

 

 

 

Las renuncias de Morales, García Linera, de la presidenta del Senado Adriana Salvatierra y del anterior titular de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, dejó a Bolivia acéfala tras el golpe. Cabe recordar que Salvatierra renunció a la titularidad de la Cámara Alta pero no a su banca y que Borda dimitió después de haber sido acosado por una turba opositora y de haber sufrido la vandalización de su domicilio particular. Esta línea sucesoria es la que el MAS busca en estas horas rearmar.

 

La Argentina y la mayoría de los países miembros de la OEA han desconocido el carácter golpista que tuvo la salida de Morales, precipitada por una “sugerencia” de las Fuerzas Armadas después de tres semanas de movilizaciones opositoras violentas que pudieron propagarse debido al autoacuartelamiento del grueso de la Policía boliviana y de la declarada prescindencia, justamente, de los militares. Sin embargo, policías y militares sí decidieron movilizarse para proteger el orden una vez que la dimisión del presidente se produjo y se desataron manifestaciones de sus partidarios.

 

Cabe recordar que la Constitución de Bolivia establece en sus artículos 246 y 247 la subordinación de las Fuerzas Armadas al poder civil.

 

 

 

En tanto, la ley orgánica de las Fuerzas Armadas reconoce en el inciso b de su artículo 20 al Alto Mando la potestad de “analizar las situaciones conflictivas internas y externas, para sugerir ante quien corresponda las soluciones apropiadas”.

 

 

 

Eso, esgrimido por defensores del golpe como un aval a la “recomendación” militar de que Morales renunciara, carece de todo sentido. Primero porque dicha ley es necesariamente de rango inferior a la Constitución; segundo porque esa atribución no corresponde a los militares sino al Alto Mando, encabezado por el Presidente del país y en el que lo secunda el ministro de Defensa y autoridades castrenses; tercero porque el análisis y las recomendaciones que menciona aluden a cuestiones de procedimiento ante situaciones de emergencia y no a incluyen de ningún modo un posible pedido de renuncias.

 

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