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La fiscalía desmintió al testigo que vinculó a Bolsonaro con el caso Franco

La fiscal Simone Sibilio aseguró que el portero mintió en su declaración y que el acusado de asesinar a la legisladora no fue a la casa del actual presidente justo antes del crimen.

 

La declaración de un testigo -el portero del barrio cerrado donde viven Bolsonaro y uno de los acusados de asesinar a Franco, quien está detenido-, que fue la base de la acusación de Globo, fue desmentida por la fiscal del caso en Río de Janeiro, lo que le dio un respiro al jefe del Estado.

 

"El portero dijo que Elcio Queiroz (expolicía acusado de participar del homicidio) fue a la casa 58, pero mintió. Los testigos declaran y nosotros chequeamos. Las pruebas indican que no fue a la casa del presidente", dijo Simone Sibilio, fiscal del grupo que investiga el crimen organizado en Río de Janeiro.

 

 

La declaración le da alivio a Bolsonaro, que durante la madrugada transmitió un mensaje en vivo desde Arabia Saudita por Facebook en que, a los gritos y desencajado, llamó "canalla" a Globo y la acusó de quererlo derrocarlo para que le renueven su concesión del espacio radioélétrico, que vence en 2023 pero el gobierno puede suspenderla un año antes.

 

Tras las noticias de que el portero mintió ante la fiscalía, Bolsonaro publicó en las redes un versículo de la Biblia: "Conocerán la verdad y la verdad los liberará. Juan 8.32".

 

El caso mantiene en vilo a Brasil: el portero dijo que llamó a la casa 58 del barrio cerrado y que "don Bolsonaro" hizo pasar a Queiroz. Pero Bolsonaro ese día, 14 de marzo de 2018, estaba en el Congreso, donde era diputado.

 

Miembro del grupo parapolicial "Oficina del Crimen", Queiroz salió del barrio privado con Lessa y esa noche persiguieron y mataron -según la acusación- a la concejala Marielle Franco y a Anderson Silva, su chofer. Ella era dirigente de derechos humanos y desde su banca del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) denunciaba las ejecuciones policiales extrajudiciales en las favelas.

 

Lessa vive a 60 metros de la casa de Bolsonaro y una de sus hijas fue novia de Jair Renan, cuarto hijo varón del presidente.

 

Las dudas rondaban sobre por qué el portero habría mentido, ya que presentó una anotación de que el mismo llamó a la casa de Bolsonaro, pero el audio no está registrado en la mesa de entradas, en un programa informático del barrio cerrado.

 

Bolsonaro acusó al gobernador de Rio, Wilston Witzel, un ex aliado, de intentar derrocarlo para ser candidato de la ultraderecha en 2022, quien negó haber filtrado el dato a la TV GLobo.

 

Bolsonaro contó que el 9 de octubre Wietzel le contó sobre el testimonio del portero.

 

"Lo que tenemos que investigar es el por qué el testimonio del portero", dijo la fiscal.

 

En el bolsonarismo la desmentida generó tranquilidad, porque fue una victoria política contra la cadena televisiva más grande del país, a la cual también fustiga el líder opositor Luiz Inácio Lula da Silva, que la acusa de ser una pieza clave para que fuera condenado por corrupción por el ex juez Sérgio Moro, ministro de Justicia.

 

El gobierno reaccionó con Moro pidiendo al fiscal general, Augusto Aras, investigar al portero y este determinó archivar el caso porque era una "operación de prensa".

 

Horas antes, el vicepresidente Hamilton Mourao había dicho que el gobierno no caería con este escándalo y el ideólogo del bolsonarismo, el escritor y astrólogo Olavo de Carvalho, denunció desde Estados Unidos que un golpe de estado estaba en marcha en Brasil.

 

La vinculación con los parapoliciales y el clan Bolsonaro siempre fue una sospecha al punto de que el senador Flavio Bolsonaro estuvo siendo investigado porque tenía como empleados parlamentarios a familiares y amigos de los jefes de los escuadrones de la muerte de Rio, que le disputan poder a los narcos en barrios y favelas.

 

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