ELECCIONES 2019

Razones y riesgos del recalentamiento de la city al pie de las urnas

Las empresas apelan a “dólar fuga” mirando cada vez menos su precio. El 28-O y la posibilidad de un endurecimiento del cepo. Los peligros de la brecha creciente. ¿Más inflación?

Tras cierta calma chicha en la etapa inmediatamente posterior a la aplicación del cepo por parte del ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, y del presidente Mauricio Macri, la dinámica del dólar vuelve a preocupar, sobre todo por lo que ocurre con los tipos de cambio alternativos, que permiten dolarizar y fugar excedentes a las empresas vedadas de acceder al mercado formal. Estos estiraron la brecha con el dólar oficial a alrededor del 30% y la tendencia no deja de acelerarse. Pero, ¿por qué esto puede ser peligroso? ¿Qué dice del presente y, sobre todo, de las expectativas de inflación y de devaluación de la propia cotización oficial después de los comicios del domingo?

 

Esas alternativas de dolarización paralela son, básicamente, tres. Una, el mercado directamente informal o en negro, llamado en los últimos años blue. Dos, el llamado “dólar bolsa” o “dólar MEP” (mercado electrónico de pagos), que surge de la compra en pesos de una acción o título público que también cotiza en dólares, su venta en esta última moneda y la colocación del resultado de la operación en una cuenta en el país. Tres, el “contado con liquidación” (CCL), similar al anterior pero que concreta la venta del activo en el exterior, donde queda radicado el dinero. Por eso se lo llama también “dólar fuga”.

 

 

 

Dado que el cepo permite solamente a los individuos y con un tope de 10.000 dólares acceder al tipo de cambio oficial, el “bolsa” y, sobre todo, el CCL son las alternativas de dolarización de las empresas. En ese sentido, impacta la suba de este último, que ya ronda los $80: más de un 26% solo en lo que va de octubre, con lo que ya acumula una brecha con el oficial del orden del 30%. En síntesis, las empresas huyen del peso (y de la Argentina) casi a cualquier precio en previsión de lo que puede venir.

 

Federico Furiase, director de la consultora Eco Go y profesor de la Maestría de Finanzas de la UTDT, le dijo a Letra P que esto “es malo porque es un síntoma de inestabilidad financiera y de caída de la demanda real de dinero”. En otras palabras: cada vez menos valiosa, la moneda local quema en las manos de la gente y esta se deshace de ella tan rápidamente como puede, especialmente si puede pasarse al dólar. Esto suele ser el preludio de una espiralización de la inflación.

 

“Lo que preocupa es la dinámica, que indica que la brecha va a seguir subiendo porque las reservas del Banco Central siguen cayendo a través de tres grifos que permanecen abiertos: vencimientos de deuda, salida de depósitos en dólares (de los bancos) y porque el Banco Central tiene que vender todos los días para calmar el impacto de la dolarización de carteras aun con controles sobre el tipo de cambio”, añadió el hombre de Eco Go.

 

Lo que dice Furiase se verifica por doble vía.

 

Por un lado, por la definición (¿arriesgada por poner en agenda un tema de riesgo?) de este miércoles del candidato del Frente de Todos y favorito para el domingo, Alberto Fernández, quien aseguró a los argentinos que sus colocaciones bancarias en moneda extranjera no corren peligro.

 

 

 

Además, debido a lo que está ocurriendo también en el mercado custodiado por el cepo, en el que el mayorista era contenido este miércoles a duras penas por el Banco Central mediante su cotidiana y considerable venta de reservas. Aun así, el Banco Nación convalidó en las últimas cuatro ruedas un aumento del 3% de la cotización.

 

Ante este cepo de limitada utilidad, el mercado también se anticipa, tras las elecciones del domingo, a la posibilidad de que se lo apriete reduciendo el cupo para personas humanas bien por debajo de los 10.000 dólares actuales o, incluso más, para un posible desdoblamiento liso y llano del tipo de cambio, con uno comercial (controlado) y otro totalmente libre al que se envíe a todos los que quieran ahorrar y viajar. Si eso se da, buena suerte para ellos.

 

 

“El problema es que los formadores de precios comienzan a tomar el valor del dólar 'contado con liquidación' como referencia, lo que potencia el proceso inflacionario", dijo Gustavo Reija.

 

 

Martín Kalos, economista jefe de Elypsis, explicó el punto en diálogo con este portal. “El ‘contado con liqui’ es un canal alternativo para una demanda de dólares que el Gobierno no quiere que pase por el tipo de cambio oficial. Entonces, como ocurrió en 2015, puede darse el problema de que se genere la expectativa de que esa presión va a llevar a un aumento del dólar oficial, algo que puede generar comportamientos anticipados”, señaló.

 

Gustavo Reija, director de la consultora Mecronomic, apuntó, por su parte, al peligro que supone una brecha creciente de tipos de cambio para el ya agudo problema de la inflación.

 

“El problema es que los formadores de precios comienzan a tomar el valor del dólar CCL como referencia, lo que potencia el proceso inflacionario. Asimismo, esto se acentúa por la caída continua de la demanda de dinero”, le dijo a Letra P.

 

“El Banco Central va a tener que emitir para cerrar la brecha fiscal que el Tesoro tiene en diciembre, que son $240.000 millones, equivalentes al 18% de la base monetaria actual. Eso genera expectativas de impacto en los precios”, explicó Federico Furiase.

“Los agentes económicos descuentan que, tarde o temprano, el valor del dólar oficial convergerá con el CCL, lo que fomenta la operatoria denominada ‘puré’, que es la compra de divisas en el mercado oficial y su venta en blue. Esas compras en el oficial hacen que las reservas de libre disponibilidad caigan con mayor rapidez y se genere una peligrosa dinámica de círculo vicioso”, amplió.

 

La inflación es realmente un riesgo mayor. “A todo lo anterior hay que sumar la expectativa de que el Banco Central va a tener que emitir para cerrar buena parte de la brecha fiscal que el Tesoro tiene en diciembre, que son $240.000 millones, equivalentes al 18% de la base monetaria actual. En un contexto de caída de la demanda de dinero, eso puede generar expectativas de impacto en los precios”, explicó Furiase.

 

“Con una brecha creciente, las expectativas de inflación empiezan a jugar y a alinearse más con el dólar implícito en ella que con el oficial. Eso, a su vez, puede resentir la dinámica de las exportaciones ante la expectativa de un aumento de las retenciones (con el próximo gobierno), algo que puede perjudicar el superávit comercial esperado para el año que viene. El equilibrio es inestable y refuerza la tendencia a la caída de reservas y de la demanda de dinero y a una mayor dolarización de carteras”.

 

La Argentina, el país del loop eterno.

 

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Javier Milei

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