Mercedes Trimarchi es candidata a la vicegobernación bonaerense por el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) - Unidad. Con la proyección electoral que dejó las PASO, señaló a Letra P que el objetivo del espacio es “mantener las bancas y crecer en presencia” en los distintos ámbitos legislativos donde la fuerza tiene representación. “Nuestra voz es la única que dice algo distinto”, aseguró la militante de Izquierda Socialista, uno de los partidos que integran el frente partidario. Vaticina que una eventual administración de Axel Kicillof en la provincia no será diferente a la deMaría Eugenia Vidal. “El problema va a seguir siendo el mismo mientras nos sigan gobernando estos partidos que responden a intereses de empresarios, capitalistas, al FMI, pero nunca a las necesidades del pueblo”, analizó la diputada durante una visita a la redacción de la corresponsalía de Buenos Aires de este medio.
Como activista feminista no cree que el crecimiento del movimiento garantice una ampliación de derechos para las mujeres por parte del Estado. “Quienes están hoy en el gobierno no dan soluciones y lo que queda es seguir peleando en las calles como la única manera de conquistar nuestros derechos”, indicó.
BIO. Tandilense, licenciada en Comunicación Social (UBA), militante de Izquierda Socialista e integrante de la agrupación de mujeres Isadora. Este año asumió la banca rotativa en la Cámara de Diputados bonaerense que el FIT obtuvo en 2017. En 2018, expuso ante el Congreso nacional durante el debate parlamentario por la legalización del aborto. El 27 de octubre competirá por la gobernación bonaerense, como compañera de fórmula de Christian “Chipi” Castillo, del Partido de los Trabajadores Socialistas. Juntos, representan al FIT-Unidad.
-¿Cómo transita la última etapa de la campaña?
-Estamos sacando fuerzas de todos lados. En esta semana que nos queda vamos a estar en la zona de 25 de Mayo, Saladillo y Roque Pérez. La semana anterior estuvimos volcadas a lo que fue el Encuentro de Mujeres (ENM) en La Plata. Es una campaña muy a pulmón la que hacemos en el Frente de Izquierda y los Trabajadores - Unidad (FIT-Unidad) y apuntamos a mostrar la experiencia militante que tenemos y en difundir nuestras ideas como trabajadoras, trabajadores.
-¿Qué balance hace del resultado de las PASO?
-El golpe electoral que sufrió el Gobierno fue contundente. El 70% de la población votó en contra de (Mauricio) Macri, del ajuste, del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Lamentablemente quien capitalizó ese resultado es la fórmula de Fernández- Fernández que, como dicen nuestros eslóganes y afiches, “Macri se fue, pero el FMI sigue”. El FMI ha aplicado para la región políticas que van en detrimento del pueblo, de los trabajadores y trabajadoras, y que les dan ganancias a las empresas y organismos internacionales. En ese marco, la izquierda logra mantener un 3% a nivel nacional y eso para nosotros está buenísimo. Se nos reconoce que las bancas que tenemos las usamos al servicio de las distintas luchas, que no tranzamos, que no somos panqueques, que no hacemos una cosa distinta a la que decimos y eso, para quienes estamos en el FIT-Unidad, es un respaldo que se ve en la calle.
-¿Le sorprendió el resultado en la provincia de Buenos Aires?
-Creo que había un plan de Cambiemos de esconder un poco a Macri y jugar con la figura de Vidal, que estaba un poco mejor. Y esta estrategia de medir tiene patas cortas, porque lo que prima, finalmente, son las condiciones en las que las personas están viviendo. Por ejemplo, hoy todavía hay cinco mil personas que están evacuadas en el distrito de La Matanza. Vidal y (Verónica) Magario se están peleando para ver a quién le correspondía hacer las obras, mientras muchas aún no volvieron a sus casas. Lo que primó es, más allá de la imagen de Vidal, que hay más ajuste, hay inflación, los salarios no alcanzan.
-En términos porcentuales, la propuesta del FIT obtuvo el mismo respaldo que en 2015. ¿Qué análisis hacen de esa cifra?
-Es cierto. En provincia de Buenos Aires, desde 2015 hasta acá, fue más o menos igual. Varió un poco a nivel nacional por fenómenos provinciales, como Mendoza y Salta, que bajó, y ahora se homogeneizó en un 3% del electorado. Para mí, esa cifra tiene que ver con un piso, con un reconocimiento. En el marco de la hiperpolarización, para nosotros es un triunfo y vamos por más para poder sostener las bancas que el FIT-Unidad tiene al servicio de las luchas.
-¿Cómo va a dejar Vidal la provincia?
-La provincia no escapa de la realidad nacional. Hay crecimiento de la pobreza, hay inflación, hay una desocupación muy preocupante, hay bajos salarios y ni hablar el estado de las escuelas y hospitales. Los hospitales están con el presupuesto más bajo de la historia y las escuelas no tienen resueltos los problemas de infraestructura. Si bien hay una responsabilidad política de la gobernadora, también la hay por parte de quienes hoy están en el Frente de Todos porque votaron esa misma ley (presupuesto). Mientras la plata se siga destinando a la deuda externa no va a haber soluciones para los problemas concretos que tenemos los y las trabajadores.
-¿Qué mirada tiene de Kicilliof y Magario?
-Veo una provincia que queda muy destruida y veo que quienes van a ganar la gobernación, Kicillof y Magario, no tienen un proyecto alternativo para salir de esa crisis. Ya sabemos que van a venir a decirnos “en cuatro años nos dejaron una deuda terrible y ahora no podemos hacer nada”. Durante décadas se han pasado la pelota unos a otros y el problemas va a seguir siendo el mismo mientras nos sigan gobernando estos partidos que responden a intereses de empresarios, capitalistas, al FMI, pero nunca a las necesidades del pueblo. En el FIT-Unidad insistimos con la idea de que Magario y Kicillof no van a gobernar de una manera distinta porque ambos prometieron pagar la deuda externa, refinanciarla o hacer un nuevo acuerdo. Si ese es el plan que tienen los trabajadores y trabajadoras vamos a estar muy mal.
-Las proyecciones indican que Kicillof va a ganar. Supongamos ese escenario y que tras la asunción pide que el resto de las fuerzas aporte una propuesta para ordenar la provincia. ¿Participarían? ¿Qué aportarían?
-Para nuestro espacio, esas mesas de diálogo son una trampa porque puede servir para distintas fuerzas. Por ejemplo, para el peronismo, que están todos divididos y la necesitan para negociar. Pero no para la izquierda, que no tiene nada que negociar, nada para dialogar, con los responsables políticos de la crisis. Lo nuestro es otra cosa. A nosotras y nosotros siempre nos van a encontrar en las calles reclamando por lo que nos corresponde. Y es una trampa porque nos dicen a los trabajadores y trabajadoras que dejemos las calles, que no reclamemos, pero las ganancias son para los mismos de siempre, los capitalistas y empresarios que provocaron la crisis actual. No hay posibilidad de que la izquierda entre en un pacto social porque nuestro reclamo es que se garantice el derecho a la vivienda, el derecho a un trabajo, a un salario igual a la canasta familiar y es lo que ellos no nos quieren dar. No va a haber posibilidades que nuestro espacio sea cómplice de esta profunda crisis.
-Dijo que tuvieron una agenda abocada al ENM. ¿Piensa que el crecimiento del movimiento de mujeres está generando un espacio en la política para atender reclamo del feminismo?
-No, porque quienes nos gobiernan no nos escuchan y no hay soluciones, sino de mínima hubiesen aprobado el aborto legal el año pasado. El voto en contra dio la espalda al movimiento de mujeres. Además, seguimos contando un femicidio por día y no hay respuestas. No hay presupuesto para la ley 26485 (de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales), se siguen destinando sólo 11 pesos por mujer para combatir la violencia de género y el presupuesto nacional habla de que se va a aumentar sólo un peso más. Tampoco se resuelve el problema de las redes de tratas que están actuando con total impunidad y es así porque políticos, policía y justicia son parte de esa red que posibilita no sólo el secuestro sino la falta de pistas. Si bien el movimiento feminista, de mujeres, viene teniendo un crecimiento importante y tenemos una capacidad de movilización poderosa, quienes están hoy en el gobierno no dan soluciones y lo que queda es seguir confiando en nuestra fuerza, seguir peleando en las calles como la única manera de conquistar nuestros derechos.
-¿Qué espera de la próxima elección?
-Por un lado, que la gente nos vote porque los cargos legislativos de la izquierda hacen la diferencia. Lo vimos en los debates. La voz de la izquierda es la única que dice algo distinto. Con el apoyo a las luchas y la denuncia de los pactos que se están tejiendo entre los partidos mayoritarios del parlamento, construimos una mirada distinta en la composición de las cámaras. Por eso, esperamos en que en la próxima elección no sólo podamos mantener las bancas, sino crecer en presencia.