La desocupación subió más de dos puntos solo en los primeros seis meses de este año, pasando del 7,2% con el que cerró el 2017 al 9,6% medido en el segundo trimestre de 2018. Este despegue del desempleo coincide con la caída de la actividad económica que se viene registrando este año. Además, según los datos publicados este jueves por el Indec, se perdieron 150.000 puestos de trabajo en un año.
En el segundo trimestre del año pasado había un 8,7% de desocupados, por lo que le medición interanual arroja un incremento de casi un punto. Pero esta estadística había empezado a repuntar al cierre de 2017, cerrando ese período en un 7,2%. Ahí empezó el desplome: el Indec midió un incremento hasta el 9,1% en el primer trimestre del año en curso y un nuevo aumento, al 9,6%, en el segundo trimestre.
Los números, se presume, no serán más alentadores en el próximo anuncio. El golpe más duro en la economía del frenazo en la actividad, acompañado por la devaluación y la inflación, recién mostrará su impacto en el tercer trimestre del año. Por lo pronto, en una estadística vinculada a la situación del trabajo, el presidente Mauricio Macri ya adelantó que la próxima medición de pobreza mostrará también un aumento.
La subocupación, durante el mismo lapso de tiempo, se ubico en el 11,2% y registró una leve suba del 0,2% respecto del segundo trimestre de un año atrás.
El aumento de la desocupación se explica a partir del incremento en la tasa de actividad. Si bien se generaron nuevos trabajo (unos 400 mil), esos puestos estuvieron lejos de poder albergar ya no sólo el aumento anual por nuevas personas que se incorporan al mercado laboral, sino que tampoco pudo contener a las personas que no tenían empleo y, por la crisis económica, se lanzaron a buscarlo. Esto explica por qué creció la tasa de empleo -de 41,5 a 41,9 cada cien habitantes entre el segundo trimestre de 2017 y el de 2018- pero, a la vez, también el desempleo.
Además, de esos 400 mil nuevos empleos casi la totalidad son puestos precarios. Según publicó el sociólogo Daniel Schteingart, 312.257 son empleos no asalariados -cuentapropistas- y 89.025 son empleos informales. Mientras que hay 2.894 puestos formales menos que hace un año. Así, mientras en el segundo trimestre de 2017 50 de cada 100 puestos de trabajo eran formales, hoy esa relación cayó a 49 cada 100.