La batalla por el tarifazo en los servicios públicos entre la oposición y el Gobierno traspasó las fronteras del Congreso Nacional y se traslada a la Ciudad de Buenos Aires. La oposición a Horacio Rodríguez Larreta motoriza una convocatoria a una sesión especial para coparle la Legislatura porteña en la última semana de abril.
La izquierda paró la sesión de este jueves del Parlamento local para exigir una moción de orden y reclamar una sesión especial, pero el pedido no prosperó ante la mayoría del bloque Vamos Juntos, que integran el PRO, Coalición Cívica y Confianza Pública. Ante ese escenario, los diputados opositores comenzaron a juntar firmas durante la misma sesión para encarar una reunión especial la semana próxima en la que buscarán visibilizar el tema, a sabiendas de que la legislación porteña no repercute en el ámbito nacional.
El objetivo es conseguir las 20 rúbricas necesarias para redactar el llamado a sesión especial. Una vez conseguido el número, la Vicepresidencia I avala la convocatoria, que cuenta con el apoyo del FIT, el bloque que responde a Luis Zamora, el Partido Socialista de Roy Cortina, el legislador Sergio Abrevaya, el kirchnerismo y el Bloque Peronista.
Los diputados del FIT Myriam Bregman, Gabriel Solano y Patricio Del Corro se encargaron de buscar apoyos durante la sesión en la que se aprobó la modificación de la ley de ministerios y el DNU que frena la construcción de una serie de obras por 90 días. Encontraron respaldo de esos bloques pero quedó pendiente la respuesta de la bancada que conduce Martín Lousteau, que sumaría cinco votos más.
En el trabajo minucioso, y en silencio para no desviar el normal funcionamiento de la sesión, de los legisladores de izquierda jugó en contra la audiencia pública por el incremento de la tarifa del subterráneo: parte de los ediles del FIT se anotaron para participar y debían abandonar el recinto de sesiones. En paralelo, la legisladora Paula Penacca - próxima a pedir licencia por maternidad- no estuvo en la sesión, al igual que el peronista Santiago Roberto que se anotó en la lista de oradores y despotricó contra el gobierno por el estado de la Línea E de subterráneos durante la audiencia, que se realizó en el Centro Cultural Adán Buenos Ayres, a metros de la estación Medalla Milagrosa de la línea que conecta Plaza de Mayo con la zona sur del barrio de Flores.
Ante estas ausencias, el reclamo de la izquierda se ralentizó y contaba con 18 firmas de 20. Por eso, la intención de acercar posiciones con los diputados de Lousteau. El bloque que comparten la Unión Cívica Radical porteña y los allegados al economista se ha mostrado en contra de los tarifazos, pero pidió tiempo para abordar una definición. Este espacio apunta a firmar el pedido de sesión especial entre el viernes o el lunes. Si la sesión se pide para el jueves 26, los tiempos parlamentarios acompañarán la embestida opositora.
El FIT aporta tres rúbricas, el socialismo dos, Autodeterminación y Libertad dos, el kirchnerismo ocho, el Partido Justicialista cuatro y con Abrevaya la oposición llega a 20, pero las ausencias lograron que se altere el panorama. Los cinco diputados de Lousteau cambian la ecuación y su incorporación lograría afirmar la convocatoria, incluso con firmas de sobra.
En paralelo, lo que traba el acuerdo opositor es la discusión por el temario a incluir que, al tratarse de una reunión especial, debe ser específico. Los legisladores que responden al ex embajador piden “términos claros” para avanzar en la negociación y reclaman que se incluyan “todos los proyectos” referidos a las tarifas. Además, en este bloque no gustó la intención de recolectar firmas durante la misma sesión. “No vamos a permitir que nos lleven a un golpe de efecto. Vamos a acompañar si hay un temario y un propósito serio. Hay tiempo de sobra”, sostienen en SUMA +.
A pesar de la negociación opositora, la convocatoria a la sesión especial tendrá un alcance limitado: el oficialismo cuenta con mayoría propia y la oposición no puede sentar a los 31 legisladores necesarios para iniciar una sesión especial. Rodríguez Larreta tiene 34 de 60 legisladores porteños, de manera que la oposición no tiene chance matemática de avanzar con este tipo de sesiones avaladas por el reglamento interno del Poder Legislativo.
En rigor, la convocatoria opositora busca visibilizar el tema y obligar al oficialismo a levantar la sesión ante la falta de quórum opositor porque ninguno de los proyectos aprobados en la Legislatura tiene incidencia en el orden nacional. Lo más probable es que la bancada oficialista no baje al recinto y simplemente pase el vicepresidente Francisco Quintana para contabilizar la presencia opositora y luego cerrar la reunión especial.
Los bloques opositores proponen que la sesión especial sea el jueves 26 de abril, pero la hora de convocatoria aún no fue acordada. Ese punto también retrasa el planteo. Para el armado de Lousteau el horario es "clave". Buena parte de la oposición propone montar la reunión especial a las 10, mientras que los ediles de Lousteau sugieren hacerla al término de la sesión ordinaria.
“Si convocamos la especial para después de la ordinaria el PRO quedará expuesto. No les va a quedar otra que levantarse de la sesión para lograr que se caiga” , razonan en SUMA +.