A escasos meses de desembarcar en el país, la empresa rusa Transmashholding (TMH) se posiciona como protagonista de la “transformación del sistema ferroviario argentino” pregonada por la gestión macrista. Su primer pez gordo lo obtuvo con la adjudicación para la reparación de material rodante de la línea San Martín, contando con emisario en ese proceso licitatorio a un ex directivo de parques eólicos que luego fueron vendidos a firmas ligadas al Grupo Macri. La piedra basal de TMH Argentina fue el acuerdo con el Gobierno que, nexos PRO mediante, otorgó en diciembre último al gigante ruso el manejo por tres años de los centenarios talleres estatales de la localidad bonaerense de Mechita.
Pero ese auge ferroviario tiene su áspera contracara a sólo 90 kilómetros de allí. La Cooperativa de Trabajo Talleres de Junín (Coottaj) atraviesa uno de los momentos más duros de sus 24 años de vida. Con un parate laboral persistente –finalizó su último trabajo hace dos meses- y con tarifazos que trepan a los $74 mil, la entidad reclama gestiones del Estado para revertir un escenario que pone en jaque decenas de fuentes de trabajo.
“Los acuerdos que fomentan con privados no lo hacen con nosotros. Ni más, ni menos”, apuntó en diálogo con Letra P el presidente de la Coottaj, Pedro Rodríguez, quien resaltó que “la situación está complicada si no tenemos trabajo de fuste, que nos sirva. Más allá de los tarifazos, el problema de la falta de trabajo es fundamental”.
Por esto, reclaman que el intendente juninense, Pablo Petrecca (PRO), se ponga al frente de las gestiones para reactivar el taller. Mientras tanto, el viernes pasado se reunieron con concejales de distintos bloques, con quienes acordaron formar una comisión “para ver si se puede lograr algo en concreto”.
El cooperativista detalló que el 27 de febrero pasado terminaron una orden de Belgrano Cargas y Logística. Desde ese momento, la parálisis laboral preocupa crecientemente en la Coottaj: “Si bien tenemos cosas menores, no nos sirven, necesitamos trabajo continuo y con la gente de Belgrano Cargas hemos venido trabajando bastante bien, pero siempre en forma espaciada, se termina una obra y pasan dos o tres meses hasta que te dan otra y eso a nosotros nos termina matando”, subrayó Rodríguez, para añadir que, a principios de 2017, con la Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado (Sofse) también venían trabajando, pero “después se fue parando” y “postergando los pagos”.
EL GOLPE DEL TARIFAZO. Además de la crisis laboral que la envuelve, otro aspecto hace cuesta arriba la realidad de la cooperativa: el tarifazo. En sólo un par de años, la boleta de luz que llega a la Coottaj pasó de “entre 12 y 15 mil pesos” a “$74 mil todos los meses”. “Hoy por hoy, no podemos sacar préstamos en ningún lado, solamente tenemos un descubierto de 180 mil pesos del Banco Credicoop que nos alcanza para pagar la luz cuando no tenemos plata, como en el caso de este mes”, sostuvo Rodríguez.
EN DESVENTAJA. Siendo una cooperativa, Coottaj corre en desventaja al momento de la compulsa de ofertas en diversas licitaciones privadas donde se presentan grandes empresas. Esto se reflejó en una de las últimas compulsas de estas características, efectuada el pasado 23 de enero en la sede de Sofse, en la que se presentó también TMH. La licitación era para la reparación general de bogies para la línea Sarmiento: “No pudimos presentarnos por su totalidad, eran 12, nos presentamos por cinco juegos. El problema nuestro es, fundamentalmente, la capacidad financiera para poder solventar los gastos para arrancar. Es complicada una licitación privada para nosotros, no podemos competir con las demás empresas, se habla de montos de $20 millones. Nosotros, cuando vamos a comprar los repuestos, tenemos que hacerlo a cuentagotas. Una empresa grande seguramente compra en cantidad”.
En esa licitación puntual, la empresa ganadora fue Material Ferroviario (Materfer) -propiedad de Sergio Tasselli, empresario que supo tener la concesión de los ferrocarriles metropolitanos-, compañía que por estos días fue protagonista de una situación conflictiva, cuando trabajadores tomaron una de sus plantas en reclamo por despidos. Más allá de esto, con una oferta de más de $11 millones, Materfer fue la elegida. “Ganaron la oferta con precios contra los que no podemos competir”, sostuvo el titular de la Coottaj.
RECLAMO AL ESTADO. “Si la mayoría de lo que está dentro del taller es del Estado y el edificio es del Estado, ¿por qué no podemos trabajar en forma más continua, con cosas que se pueden hacer?”, enfatizó Rodríguez para añadir: “Esto no es un galpón. Acá se puede hacer un montón de trabajos que ni siquiera el Belgrano Cargas tiene la infraestructura para hacerlo.¿Por qué no se puede hacer algo en conjunto y darle trabajo a mucha gente de la ciudad?”
Al hacer hincapié en el “acuerdo político” entre el Gobierno y el tanque ferroviario ruso TMH en lo relativo al taller de Mechita, el cooperativista subrayó: “Eso estamos buscando nosotros, un acuerdo político de ese tipo como para que venga alguien a trabajar o que nos den trabajo a nosotros, que es lo que nos está faltando en la gestión de nuestro intendente (Pablo Petrecca). Él está alineado con toda la política nacional y provincial, pero hasta ahora, en el tema ferroviario, no tenemos resoluciones favorables”.
Y sostuvo, en esa línea, que “los acuerdos que fomentan con privados” desde el Gobierno “no lo hacen con una cooperativa como la nuestra.
“Estamos trabajando en un taller del Estado Nacional. O sea que, si el día de mañana alguien de la Adifse (Administración de Infraestructura Ferroviaria Sociedad del Estado) dice ‘hasta acá llegamos’, nos tenemos que ir porque el taller, la maquinaria, los puentes grúa, todo eso es del Estado y lo vinimos preservando nosotros durante 25 años. Entonces, ¿por qué no nos dan trabajo como corresponde a través de una decisión política?”, insistió para recalcar: “No queremos que nos regalen nada, no queremos subsidios ni precios exorbitantes. Que sea todo como corresponde, pero démosle trabajo a Junín”.
En este sentido, ejemplificó: “Las reparaciones de los vagones o de las chatas que andan por la zona de Junín las llevan a hacer a Palmira (Mendoza). Hoy por hoy, está la vía del San Martín cortada por (los desbordes de agua de la laguna) La Picasa y tienen que ir hasta Venado Tuerto, de ahí a Rufino y de ahí hasta Palmira. Entre todo, son más de mil kilómetros. ¿Por qué no se pueden hacer acá en Junín?”
En ese escenario, al reiterar el pedido por respuestas del Gobierno a una cooperativa que trabaja en talleres del Estado –como sucede, con más suerte, en el caso de TMH- el presidente de la Coottaj fue determinante: “El tema del laburo urge, no se puede esperar mucho tiempo más”.