Entre los muchos puntos de coincidencia que dejó la visita del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, a Mauricio Macri se destacó el rechazo al Gobierno de Nicolás Maduro y a las elecciones del 20 de mayo próximo.
"No vamos a convalidar el resultado electoral de mayo. No tiene ningún valor esa elección. Por más que el señor Maduro me insulte, no lo vamos a reconocer como un presidente democrático porque hace rato que no hay democracia en Venezuela", fue la frase de Macri en la conferencia de prensa conjunta del martes. "Yo me sumo a esas palabras", dijo, en tanto, el español.
Ambos se alinearon de ese modo con el planteo del grueso de la oposición venezolana, que considera que el proceso no brinda garantías de equidad y llamó a boicotearlo.
Julio Borges, uno de los principales referentes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), acaba de realizar una gira que lo llevó por varios países de América Latina y, luego a Europa junto coordinador político del partido Voluntad Popular, Carlos Vecchio, y al exalcalde de Caracas Antonio Ledezma. La semana pasada, desde París, Borges dijo que "nuestro clamor más importante es que el mundo no reconozca las elecciones. Queremos elecciones libres en Venezuela, queremos elecciones de verdad, y lo que está planteado el 20 de mayo son unas elecciones en las cuales es imposible participar porque los candidatos o están presos, o están inhabilitados o están en el exilio".
El propio Ledezma fue uno de esos presos, más precisamente desde febrero de 2015, cuando fue detenido por personal de inteligencia, hasta noviembre último, cuando aprovechó la concesión del arresto domiciliario para huir de Venezuela.
La MUD llegó desgarrada a la decisión de no participar de las elecciones, porque sigue fresco el trauma de la abstención en los comicios legislativos de noviembre de 2005, que dejaron en manos de Hugo Chávez la totalidad de las bancas de la Asamblea Nacional y, con eso, el poder de acelerar sin limitaciones con su revolución. Así, esta vez, el histórico partido socialdemócrata, Acción Democrática, dudó largamente y no sin ruidos internos decidió a último momento no participar. Mientras, el ex gobernador de Lara, el ex chavista Henri Falcón, se desmarcó de la alianza opositora con su partido Alianza Progresista y sí inscribió su candidatura presidencial.
¿Hacen bien Macri y Rajoy, así como otros líderes internacionales, en alinearse con el sector más radical de la oposición venezolana en lugar de respaldar a Falcón? Este, recordemos, intenta aprovechar la hora de mayor debilidad de Maduro, quien cabalga con muy poca gracia sobre la hiperinflación, la devastación del aparato productivo y una crisis social pavorosa.
Las respuestas no son fáciles, pero Falcón también busca apoyo internacional sin que los jefes de Gobierno que más invocan la causa venezolana parezcan prestarle atención.
En ese sentido, su campaña acaba de difundir un sondeo de la firma Datanálisis que lo favorece. Si bien esa encuestadora no es, como ninguna, infalible, hay que reconocerle que se ha mantenido al margen de las operaciones políticas y que tiene un historial más que respetable. Incluso cuando su titular, Luis Vicente León, es un analista reputado que no disimula su oposición al chavismo.
De acuerdo con lo difundido por Avanzada Progresista, entre quienes se declaran “muy seguros” de votar el 20 de mayo, Falcón supera a Maduro por 41,4% a 34,3%. Entretanto, el 66% de los encuestados asegura que la situación de Venezuela es mala o muy mala, mientras que un 9,1% más la define como "regular hacia mala". El voto contra el chavismo parece estar a la mano.
En contrapartida, el 10,9% dice que el país está en una condición “buena” o "muy buena" y otro 11,4% parece inclinarse al oficialismo al definirla como "regular hacia buena".
Como no fue Datanálisis la que difundió el estudio sino la campaña opositora, los cuestionamientos no tardaron en aparecer. Sin embargo, una fuente conocedora de la situación le dijo desde Caracas a Letra P que “el dato concreto (de la intención de voto de Falcón y Maduro) es correcto”.
Más allá de las encuestas que hace por encargo y entrega a sus clientes, la firma duda en publicar datos debido a lo que constituye la mayor incertidumbre del proceso electoral: cuántos venezolanos irán efectivamente a votar el 20 de mayo.
De acuerdo con los resultados que no se publican, el 31% de los consultados se declaran realmente dispuestos a concurrir a las urnas, pero la capacidad de movilización del aparato político y territorial del chavismo hace imposible realizar pronósticos.
Falcón, un opositor que supo acompañar a Chávez y que hace ya muchos años se separó por lo que denunció como desvíos autoritarios, cuenta con un perfil en teoría atractivo para dar pelea en la base electoral del oficialismo. Viene de perder en su propio estado, pero las encuestas ahora lo alientan.
Macri y Rajoy acaso se hayan apresurado al restarle apoyo a una cruzada opositora que, en vista del descontento existente, no parece necesariamente condenada al fracaso. ¿Y si Falcón finalmente gana? ¿Desconocerán también el resultado?