Ricardo Buryaile llegó a Casa de Gobierno con un ánimo radicalmente distinto con el que se fue de Olivos hace cinco meses, cuando se enteró que Luis Miguel Etchevehere había coronado su largo año de lobby remplazándolo como ministro de Agroindustria. La semana pasada volvió a hablar con Mauricio Macri, que lo invitó a un acto que compartió en Formosa junto al gobernador Gildo Insfrán y su rival en el radicalismo, el jefe de senadores de Cambiemos, Luis Naidenoff.
Luego de ese gesto de acercamiento, Buryaile volvió a Gobierno para ver a Marcos Peña, que fue uno de los que impulsó su remplazo por Etchevehere; y a Rogelio Frigerio, el ministro del Interior que sigue teniendo mucho peso en el armado nacional de Cambiemos y en la relación con los gobernadores.
“Yo quiero que al Gobierno le vaya bien, que reelija en 2019”, repite Buryaile a Letra P. Para el ex ministro y diputado nacional, “el Gobierno está bien, pese a que el clima y la herencia no ayudan”.
“La gente necesita creer en la dirijencia, no podemos estar hablando de candidaturas”, dice, y al mismo tiempo se ataja: “Tengo una fuerza política en Formosa, con diputados provinciales, concejales y mucho para aportar para que esa provincia deje atrás todas esas prácticas que la gente ya no quiere más”.
La salida de Buryaile había sido difícil para el formoseño, que se había quedado sin ser interna con Naidenoff ni candidatura porque, por indicación de Peña y Macri, tenía que seguir en la gestión. Con la salida del gabinete, Buryaile se encontró en diciembre en el llano, sin poder contener tropa y con un horizonte complicado para sus aspiraciones al ejecutivo provincial.“Todo eso ya pasó, yo estoy muy agradecido con el Presidente por la invitación de la semana pasada y por poder seguir trabajando como un dirigente para su reelección y para que al Gobierno le vaya lo mejor posible”, dice Buryaile.
Más allá del formalísmo, Buryaile fue a buscar más presencia en los cargos del Ejecutivo Nacional en Formosa en dependencias como Pami, Anses o Desarrollo Social, y mayor peso de cara a las elecciones del año que viene, donde sigue estando bien perfilado para enfrentar al invicto Isfrán. La efectividad de las gestiones del ex ministro se verán entrado el año, pero por lo pronto tuvo un logro más que simbólico: hoy volverá a ponerse los guantes para defender el arco de uno de los equipos que juegan al fútbol todos los miércoles en la Quinta de Olivos.