Hace 42 años se llevó adelante un golpe cívico-militar que instaló en nuestro país el terrorismo de Estado. Los militares en el poder desaparecieron a 30 mil personas, se robaron a 500 bebes, instalaron la impunidad y destruyeron el tejido social, la industria, los sindicatos y organizaciones del campo popular.
Tardamos muchísimos años en poder llamar a las cosas por su nombre. Muchísimos años para que la Memoria, la Verdad y la Justicia se instalaran en nuestro pueblo como un consenso transversal a todos los sectores.
En esta fecha es necesario un homenaje a esas mujeres que se enfrentaron a la máxima expresión de violencia y nos abrieron el camino de la recuperación democrática. Esas Madres y Abuelas que una por una empezaron a recorrer los tribunales, las comisarias, los hospitales, buscándonos a los bebes que en algún lado estábamos.
Esas mujeres hicieron posible mantener viva la lucha por saber qué había pasado con los 30.000 detenidos-desaparecidos, militantes que se oponían a que se instale en la Argentina un modelo económico donde muy pocos se quedaban con todo y donde la mayoría salía perdiendo derechos y dignidad. Hoy celebramos cuando encontramos un nieto o una nieta. Esas mujeres marcaron el camino para que sea posible ese milagro de la ciencia y del amor, creando el Banco Nacional de Datos Genéticos, que resguarda la sangre de todos los hermanos y hermanas que nos siguen faltando.
Como nieta restituida y militante política, estoy orgullosa de encarnar esta historia y llevarla como bandera al lugar que hoy me toca ocupar, que es la Legislatura porteña. Nuestra ciudad necesita fortalecer la memoria y la lucha contra la impunidad. Caminando por las calles, recorriendo barrios y charlando con la gente, puedo sentir que todavía vive entre nosotros una historia en continua reelaboración, una exigencia ciudadana de seguir pensándonos en relación a esa experiencia y ese duelo colectivo.
Por eso desde la Comisión de Derechos Humanos que tengo el honor de integrar como Presidenta, queremos trabajar en todas las deudas pendientes que hoy tiene la CABA en esta materia. Necesitamos que la falta de vacantes en las escuelas públicas o la ausencia de vacunas en las salas de salud nos importen tanto como la puesta en valor de los espacios de la memoria, que la gestión de Horacio Rodríguez Larreta sigue vaciando de contenidos y presupuesto. Necesitamos que la memoria sea un puente para fortalecer este presente y esta democracia, para construir colectivamente un futuro más igualitario.
Tenemos 30.000 razones para sostener ese compromiso.