Cuando se opuso a una candidatura del ex vice Mendioroz, Weretilneck esgrimía el mismo artículo que ahora interpreta a su favor.
Ante la inevitable judicialización, el foco está puesto en el máximo tribunal de la provincia, que deberá decidir sobre un tema crucial en el año electoral. Antes de ese paso, el juzgado electoral que encabeza María Luján Ignazi precisará en primera instancia -cuando se presenten las candidaturas- si Weretilneck (en caso de hacerlo) puede competir o no. Como lo describen sus deberes y atribuciones en uno de sus apartados, es potestad "oficializar las candidaturas y boletas que se utilizan en los comicios decidiendo en caso de impugnación si concurren en los candidatos electos los requisitos constitucionales y legales para el desempeño del cargo". Se espera que, cualquiera fuese el fallo de ese tribunal, se apelará la medida y ahí entrará en acciones el STJ. Luego, tal lo marca el manual, la Corte Suprema.
Como ejemplos recientes se destacan lo sucedido con el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, que no pudo competir por un tercer mandato consecutivo. En la política doméstica, el caso del ex vicegobernador Bautista Mendioroz (intentó participar por tercera vez) se reflota. El dato curioso involucra a Weretilneck, que, en sus tiempos como jefe del Frente Grande, se oponía a la participación del hoy dirigente de la CC-ARI y citaba el mismo artículo constitucional que utiliza la oposición para argumentar su postura.
Con este convulsionado escenario, Enrique José Mansilla, Sergio Mario Barotto, Adriana Cecilia Zaratiegui, Liliana Laura Piccinini y Ricardo Apcarián serán los encargados de definir, cuando el gobernador confirme que irá por otro mandato, si esa acción puede ser viable. Mientras, en una jugada para contener a la tropa y mantenerse en el ojo de la opinión pública, Weretilneck piensa qué camino empezará a desandar su estructura, que, como indica este tiempo, podría ser el peronismo soft de Alternativa Federal en la discusión nacional.
Apcarián, Piccinini, Mansilla, Zaratiegui y Barotto. El STJ entero.
LOS CINCO. La estructura del cuerpo judicial más importante de Río Negro cambió con el arribo de Weretilneck. Tras la muerte de Soria, el fin de año de 2011, en una situación institucional delicada por la evaporación de un gobierno que suplantó a casi tres décadas de radicalismo y que duró apenas unos días, el mentor de Juntos, la versión rionegrina del Movimiento Popular Neuquino (MPN), avanzó con la ampliación de tres a cinco miembros. Mansilla y Barotto fueron los primeros en ingresar y luego fue el tiempo de Piccinini, Apcarián y Zaratiegui.
El actual presidente del cuerpo, Mansilla, es un reconocido miembro del Poder Judicial de San Carlos de Bariloche. De cercanía con el radicalismo y la alta sociedad, se destacó por el trabajo en el derecho laboral. Tras su paso por la cordillera e ingresar en 2012 al Superior Tribunal, ascendió a la cúspide judicial en 2018: el 1 de febrero se transformó en el presidente del tribunal, cargo que rota en forma anual. Su turno será hasta febrero de 2019, cuando Zaratiegui tome la posta en la conducción.
Previo desempeño como abogado junior, tras recibirse en la Ciudad de Buenos Aires, Mansilla se mudó a la Patagonia. Cuatro años en Viedma, al principio, fueron suficientes. Bariloche fue su destino por 23 años -diez como juez de primera instancia- hasta el 2012, cuando regresó a la capital rionegrina para asumir como vocal del STJ. “Sabemos que (en el Poder Judicial) tenemos una mala imagen, que debemos trabajar con mucho esfuerzo para revertirla. Hay mucha gente que trabaja honestamente, quizás nos está fallando el tema comunicacional”, comentaba Mansilla a Infobae TV en una entrevista en marzo de este año. Esa imagen que reclamó cuidar se vio afectada por un particular viaje a Europa para practicar su deporte favorito: el fútbol. La cita en el verde césped fue en España, por Barcelona, la tierra de Lionel Messi, algo que generó la furia de un sector opositor al gobernador.
Fuentes legislativas advirtieron a Letra P que una denuncia podría avanzar en contra del magistrado, aunque todavía es un borrador. Según ratificaron quienes transitan a diario el palacio legislativo, a Mansilla poco le importó que trascendiera el paso por Europa. Ni que los rivales más fervorosos a Weretilneck prometieran llevarlo a juicio por no dar explicaciones acordes. Por este caso, el diputado Alejandro Ramos Mejía (FpV) no ayudó al plan de mejorar la imagen judicial: “Las instituciones tienen el prestigio de las personas que las integran, por lo tanto, que un juez, que goza de un mes y medio de feria al año, se vaya en plena actividad judicial a jugar a la pelota parece como algo, al menos reprochable, dada la jerarquía y responsabilidad del cargo que ocupa. Si además ese juez es un integrante del STJ, evidencia por qué la gran mayoría de los rionegrinos no creen en nuestra Justicia”.
Barotto, en cambio, es el de mayor formación académica de los tres hombres. Ex decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales en la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), se desempeñó con creces en el ámbito privado. Su trayectoria académica atravesó todos los estadios, hasta terminar en el principal cargo de la universidad pública del Alto Valle. Desde 1989 hasta 2012, cuando arribó al STJ, transitó por diferentes cargos como el de conjuez federal y de la Cámara Laboral de General Roca e integró el Consejo de Decanos de Facultades de Derecho Argentinas. Ya como vocal, realizó un posgrado de Especialización y Maestría en Justicia Constitucional y Derechos Humanos de la Escuela de Jurisprudencia de la Facultad de Derecho de la Universidad de Bologna, en Italia. En el Poder Judicial de Río Negro a Barotto se lo reconoce como uno de los duros.
Por fuera de esta profesión, su otra pasión es el automovilismo, en especial el rally; es un piloto de trayectoria en ese deporte, reconocido en el ambiente. Su fanatismo por la velocidad se reflejó en la última edición de la Vuelta de la Manzana, la fecha que convoca a los amantes de los fierros en la Patagonia (participan, entre otros, el ex tenista David Nalbandián), en la que fue noticia por un vuelco.
Barotto en acción. Es un experimentado piloto de rally.
POLÍTICA. Apcarián, de los miembros, es el del historial más cercano al gobernador. Antes de su ingreso, en 2012, el cuerpo era de tres. Según ratifican fuentes judiciales, la ampliación a cinco era para que ingresara este viejo conocido de Weretilneck, con quien convivió en Cipolletti cuando el mandatario rionegrino se desempeñó como intendente, de 2003 a 2011. Otro de los puntos en común con el gobernador es el fútbol. Weretilneck es un confeso hincha del club Cipolletti, institución que Apcarián supo presidir. Cipo, como le dicen al cuadro del valle, es una escuela de dirigentes y clave en la trayectoria política para cualquiera que tenga aspiraciones en ese distrito.
En la política partidaria, el lazo con el gobernador era el Frente Grande. Como apoderado del partido, Apcarián estrechó un sólido lazo con el sucesor de Soria padre. Esa relación fue acrecentándose como asesor legal de la municipalidad, puesto que lo depositó en el STJ. Como abogado, además de ejercer la defensa de la comuna, fue conjuez de los juzgados Federales de Roca y Neuquén.
Apcarián y Weretilneck, dos viejos conocidos.
Piccinini fue procuradora general de la provincia y es hermana de la candidata a vicegobernadora de Pichetto en 2015, Ana Piccinini. Transitó el juzgado federal de La Plata antes de mudarse a la Patagonia. Su carrera fue nutrida como secretaria de instrucción y correccional, como jueza en lo correccional y subrogante de cámara en lo criminal. Su arribo fue un gesto al senador, a pesar de la extensa trayectoria en la Justicia. Luego de un sospechoso incendio en los tribunales de Viedma, fue acusada por el ex juez Fabián Igoldi, que terminó destituido tras avanzar en un pedido de investigación. “Piccinini es profundamente reaccionaria”, se despachó -en diálogo con Letra P- el secretario general de Sindicato de Trabajadores Judiciales de Río Negro (Sitrajur), Pablo Barreno. Y agregó: "Es antiderechos de los trabajadores".
Zaratiegui, en cambio, junto a Apcarián, es de los cinco la de mayor identificación con el poder político. Se la relaciona al histórico operador Daniel “Fino” Sartor, ex ministro de Desarrollo Social de Fernando de la Rúa y figura clave para la UCR de la provincia. “El Fino” se reconoce amigo de Weretilneck y no reniega del pasado, pese a que trabaja para que la UCR acapare los lugares de privilegio en Cambiemos. “A Weretilneck lo conozco desde hace muchos años, es un amigo”, le dijo Sartor a este cronista cuando la alianza nacional se lanzaba en Cipolletti, previo acuerdo para que Lorena Matzen fuera candidata, en 2017. Antes, fue un actor principal para desactivar cualquier avance del macrismo duro en las listas del frente electoral. Gracias a que Juntos bajó su lista, Matzen logró el puesto y le arrebató a la familia Soria la segunda banca en Diputados.
"El Fino" Sartor, un jugador de toda la cancha.
La jueza, que lleva en su ADN la lista 3, caminó los juzgados de la capital rionegrina. De abogada referencista del STJ o como secretaria del juzgado de Instrucción Nº 4; a cargo de la Fiscalía Nº 2 o como experimentada fiscal de Cámara, Zaratiegui adquirió el oficio en todos los ámbitos. Un dato no menor es su trabajo como fiscal electoral provincial y fiscal general subrogante. Como se oficializó, además, cuando asuma la presidencia (se dispuso mediante acordada n° 21/2018) del STJ, Zaratiegui será representante en la Junta Federal de Cortes y Superiores Tribunales de Justicia de las Provincias y en el Foro Federal de Consejos de la Magistratura. También, en el marco de las representaciones internas, continuará al frente de la oficina de género.
“El diálogo con los vocales del STJ es casi nulo. Hoy, en el Poder Judicial existen situaciones irregulares por donde se las mire”, comentó Barreno a este medio. Enfrentado con los magistrados, el sindicato tiene vedado el diálogo con el STJ desde el año 2014. “No tenemos relación”, se quejó el dirigente que integra la CTA de los Trabajadores.
Weretilneck quiere volver a competir en Río Negro.
EL CASO EN FOCO. Un caso que resuena por estos días es el del ex vicegobernador Mendioroz. Miembro de Cambiemos en la Coalición Cívica–ARI, actual asesor del bloque en la Legislatura y candidato a vice en 2015 de Magdalena Odarda, hoy aliada del peronismo, intentó competir en 2003. Todo terminó en la Justicia y no pudo ser parte. Eso generó un quiebre con Horacio Massaccesi, dos veces gobernador de Río Negro y candidato a presidente por la UCR en 1995, quien reclamara un pedido de certeza al STJ. La pelea de aquellos tiempos fracturaron al radicalismo, que todavía transita un período de reestructuración dentro de la alianza nacional. Letra P intentó comunicarse con Mendioroz para consultarlo al respecto, pero no hubo respuesta.
Un dato curioso, tal lo refleja un artículo del diario Río Negro de 2001, es cómo el ex titular del Frente Grande y hoy gobernador planteaba que no se podía alterar el orden que establece el artículo 175 de la Constitución provincial. Como lo indica la nota, Weretilneck “(…) pidió al Tribunal Electoral que admita esa vía para determinar ‘la improcedencia de la postulación del vicegobernador Mendioroz para un nuevo período consecutivo posterior a los dos que lleva en forma consecutiva y por el camino de la reelección´”.
Como informó la agencia Télam, Weretilneck piensa una estrategia que le permita sortear las trabas judiciales. Al igual que el STJ, la Corte Suprema de Justicia es la opción que suena en Río Negro. Sus operadores aseguran que cuentan con el respaldo de Miguel Ángel Pichetto, hoy miembro del Consejo de la Magistratura. Igual, esa opción parece ser la carta final para la batalla definitiva con Martín Soria por la provincia.