REPLÍCA SISMICA. Si bien comparten edificio, el consorcio no es el mismo. El Senado y Diputados siguen diferenciándose con sus pros y contras. En el Senado las sesiones suelen ser más cortas, en Diputados se extienden. Cuando se abrió el palco de prensa de la Cámara alta, a simple vista las condiciones no eran las mejores. Una pila de sillas interrumpiendo el paso, superpoblación y el desprendimiento del revoque sobre el piso que sigue desprendiéndose de una de las paredes sesión a sesión. Encima, algo desorientado el diputado Mauricio Vivani (Cambiemos) buscaba ubicación para seguir la sesión. Amagó con entrar al sector prensa pero sin acreditación. “Soy diputado”, soltó a modo de chiste. Dio media vuelta y se fue. Un mozo ofreció botellas de agua con gas y café. La conexión de wifi nunca cumplió su objetivo. Al lado de la austera escena, la Cámara baja parecía un hotel tres estrellas. Computadoras propias, bebidas, servicio de merienda con sanguches de miga y masas secas, además de la pizza para la cena. Eso, ya fue suficiente. “Con qué poco nos conforman”, le dijo una periodista a un colega. A veces, poco es mucho.
El piso del palco de prensa del Senado bonaerense
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UN MÉDICO A LA DERECHA. En Diputados, Cambiemos necesitaba de todos sus integrantes sentados para sacar el endeudamiento. Arrancó la sesión y había 43 bancas ocupadas, faltaba una. Era de la diputada Verónica Barbieri. Sin ella, la votación no iba a salir como pretendía el oficialismo. Entonces por uno de los extremos ingresa la diputada oriunda de Vicente López. Lo hizo a paso muy lento y escoltada del brazo por su compañera de bloque Carolina Piparo. Sí, se puede pensó y se sentó en la banca a loguearse. La legisladora llegó con un fuerte malestar físico a sesionar, votó el endeudamiento y luego se fue escoltada por un médico. Entonces, lo que se encaminaba a coronarse como un gesto casi heroico, fue superador cuando hubo que volver a votar el presupuesto. Ahí, Barbieri regresó al recinto de la mano de un hombre de chaquetilla blanca. Otra vez se sentó, votó, se levantó y no volvió más. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, decía el tío de Peter Parker, más conocido como el hombre araña.
Carolina Píparo en la sesión de anoche
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ENTRE GALLOS Y AMANECERES. En Diputados, Unidad Ciudadana cuestionó la hora en la que se estaba sesionando. Cuestionó, también, el operativo de seguridad desplegado alrededor de la Legislatura. Es cierto, la presencia policial fue excesiva aunque similar a otras sesiones como la Asamblea Legislativa o votaciones de anteriores presupuesto. Cuando hizo uso de la presidenta del bloque K, Florencia Saintout, repitió varias veces que se estaba votando “entre gallos y medianoche, nunca mejor dicho”. En el hecho fáctico, lo apropiado de la frase debería haber sido entre gallos y el amanecer. Este martes, febo asomó a las 5.31 am. La sesión terminó casi una hora después y ya con el sol sobre la cúpula del recinto.
Saintout junto a parte de su bloque esperando que comience la sesión (Foto: AG La Plata)
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¿FELICES LOS CINCO? Faltan siete días para votar el presupuesto y el endeudamiento. De golpe, en medio de las negociaciones a cuatro bandas que lleva Cambiemos aparece el bloque del Frente Amplio Justicialista (FAJ) a anunciar el rechazo al presupuesto y endeudamiento. “Así como está no lo votamos”, avisan desde la bancada que preside la diputada Alejandra Martínez y tiene a José Ottavis como cara conocida. El vidalista Mosca apura reuniones, se saca una foto con el ex dirigente de La Cámpora y cierra el acompañamiento al endeudamiento. La votación es nominal y a viva voz. Ottavis no duda en decir “afirmativo”, cuando le preguntan cómo votaba el endeudamiento. Sus ex compañeros de la organización sonríen. “Ahí está un bloque nuevo, el bloque de los cinco”, dice uno de ellos.
Todo el bloque del FAJ junto a Mosca
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LA LLAMO. Sin mucha difusión, Piparo tuvo un rol casi clave para garantizar la presencia de todo su bloque. Además de asistir a Barbieri para ingresar al recinto, la diputada por la Octava sección electoral se sentó y notó que la banca ubicada a su derecha estaba vacía. Era la de Carolina Barros Schelotto. El senador por Unidad Ciudadana, que estaba en el palco justo sobre el sector de Cambiemos bormeó y dijo “se fue a ver a Boca a Madrid”, en referencia a la final de la Copa Libertadores de América que se juega en España y que tiene a los hermanos de la diputada –Guillermo y Gustavo- al frente de la conducción técnica del club que supo presidir Mauricio Macri. Cuando Piparo agarró su teléfono y buscó en la lista de contactos a su compañera de bloque para avisarle que había empezado la sesión, la legisladora ingresó algo apurada. También llegó con la sesión iniciada el camporista Ignacio Cote Rossi. Tantos Barros Schelotto como Rossi tienen algo en común: su simpatía futbolera por Gimnasia y Esgrima La Plata.